Turrón de guirlache con piñones, avellanas o cacahuetes: el método fácil para hacer este dulce en casa

Turrón de guirlache

Beth Hernández

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El turrón de guirlache es uno de los dulces más tradicionales de la Navidad, junto a otros clásicos como los polvorones, los mazapanes, los mantecados o las galletas de jengibre. Se trata de una elaboración que, ya sea comprada o hecha en casa siguiendo la receta tradicional, forma parte indispensable de las celebraciones de diciembre y de las fiestas navideñas.

Su preparación básica se centra en dos ingredientes principales, el caramelo y las almendras tostadas. Sin embargo, existen numerosas variantes en las que las almendras se sustituyen por piñones, avellanas, cacahuetes u otro fruto seco. Además, al caramelo, que normalmente es elaborado con agua y azúcar, se le puede incorporar un poco de limón para añadir un matiz cítrico o incluso miel para intensificar su dulzor.

El guirlache tiene su origen en la época medieval, cuando los árabes introdujeron en España una receta elaborada con miel y almendras. No obstante, en aquel momento no alcanzó gran popularidad, ya que ambos ingredientes eran considerados productos muy costosos.

No fue hasta el siglo XIX, con la llegada de los franceses a la península, que esta receta comenzó a difundirse y consolidarse, especialmente en regiones como Aragón, Catalunya y Valencia, donde estos ingredientes eran abundantes.

El nombre 'guirlache' proviene del francés 'grillage', que significa 'algo tostado', haciendo referencia al proceso de caramelizar los frutos secos.

Turrón con piñones

Turrón

Esta receta es una alternativa de la clásica, combina la textura crujiente del caramelo con el toque suave de los piñones dando como resultado un postre ideal para ocasiones especiales. Estos son los ingredientes para ocho personas:

  • Una taza y un cuarto de azúcar
  • Una taza de agua
  • 300 gramos de miel
  • 500 gramos de piñones crudos
  • Ocho copitas de vino dulce
  • menta (opcional)

Cuando tengamos preparados todos los ingredientes, estaremos listos para dar comienzo a la receta. Para empezar, ponemos en una sartén el azúcar junto con la miel y lo calentamos a fuego lento. Removemos constantemente durante cinco minutos, procurando que no se adhiera al fondo, hasta que el azúcar se funda por completo y se forme un caramelo homogéneo.

A continuación, incorporamos los piñones y continuamos la cocción a fuego bajo durante aproximadamente quince minutos, sin dejar de mezclar para que se integren bien y no se quemen. Seguidamente, en una superficie lisa colocamos una hoja de papel vegetal. Vertemos la mezcla caliente y la distribuimos de manera uniforme, dándole forma rectangular. Después, cubrimos con otro papel vegetal y pasamos el rodillo para alisar y extender bien la masa.

Antes de que se enfríe por completo, marcamos porciones horizontales con un cuchillo y dejamos reposar hasta que endurezca totalmente. Por último, retiramos los papeles, separamos las piezas y las presentamos en un plato. Podemos decorarlas con una hoja de menta y servir el guirlache de piñones para disfrutar de su irresistible sabor.

Turrón con avellanas

Turrón con avellanas

Esta receta es sencilla y fácil de preparar, y el resultado es un postre exquisito en cualquier momento del día, que aúna un perfecto equilibrio entre el sabor tostado de las avellanas y el dulzor del caramelo. Estos son los ingredientes para ocho personas:

  • Dos tazas de azúcar blanco
  • 10 mililitros de zumo de limón
  • 400 gramos de avellanas
  • Una taza de agua
  • 60 mililitros de miel
  • Semillas de sésamo
  • Obleas (opcional)

Para empezar, debemos tostar las avellanas. Para ello, podemos optar por dos métodos. El primero consiste en calentar una sartén con un chorrito de aceite y añadir las avellanas, removiéndolas con frecuencia para que se doren de manera uniforme hasta que adquieran un tono dorado.

Como alternativa, también podemos colocarlas en una bandeja de horno forrada con papel vegetal, distribuyéndola de forma homogénea, y hornearlas a 200 grados con calor arriba y abajo durante unos quince minutos. Una vez listas, reservamos. A continuación, en un cazo y a fuego suave, incorporamos el azúcar junto con un chorrito de zumo de limón, teniendo cuidado de que no caigan pepitas. Mezclamos ligeramente y seguidamente añadimos un poco de agua.

Dejamos que el azúcar se humedezca con el agua y el zumo de limón, y mantenemos la cocción a fuego bajo hasta que comience a hervir, removiendo de forma constante con una pala de madera para evitar que se queme. Poco a poco, el caramelo irá tomando color y los grumos desaparecerán.

Cuando el caramelo esté casi en su punto, añadimos la miel y mezclamos bien. En este momento, incorporamos las avellanas tostadas, removiendo para que se integren perfectamente, y retiramos inmediatamente del fuego antes de que la mezcla cristalice. Seguidamente, vertemos el guirlache en un molde de acero inoxidable, previamente engrasado en el fondo y los bordes con aceite de girasol, para evitar que se pegue.

Con la ayuda de una cuchara también impregnada en aceite, presionamos y alisamos la superficie para que quede compacta y bien integrada. Por último, podemos espolvorear semillas de sésamo por encima o colocar una oblea según prefiramos.

Dejamos enfriar completamente dentro del molde. Si deseamos cortarlo en porciones, es recomendable hacerlo antes de que se enfríe por completo, ya que así será más fácil partirlo con un cuchillo.

Turrón con cacahuetes

Turrón de cacahuetes

Esta receta es una deliciosa variante del turrón de guirlache, en la que las almendras se reemplazan por cacahuetes, logrando así una textura crujiente y un sabor más intenso y lleno de carácter. En total se necesita una hora aproximadamente entre la preparación y la cocción. Estos son los ingredientes para ocho personas:

  • 330 gramos de azúcar
  • 220 mililitros de jarabe de maíz
  • Una taza de agua fría
  • Mantequilla sin sal a temperatura ambiente
  • Una pizca de sal
  • 10 mililitros de extracto de vainilla
  • Una cucharadita de bicarbonato
  • Aceite vegetal
  • 380 gramos de cacahuetes tostados

Para empezar, tomamos un molde rectangular de 20 x 30 cm y, con ayuda de una brocha de silicona, engrasamos bien tanto el fondo como las paredes de mantequilla. A continuación, en una sartén amplia, incorporamos el azúcar, el jarabe de maíz, el agua y la sal. Mezclamos suavemente para evitar que se pegue y llevamos al fuego.

Cuando la superficie comience a burbujear y esté a punto de ebullición, removemos hasta que el azúcar se haya disuelto por completo. En ese momento, añadimos los cacahuetes, mezclamos bien y dejamos cocinar hasta que la preparación adquiera un tono dorado. Seguidamente, y con mucho cuidado, agregamos el extracto de vainilla y el bicarbonato, en ese punto la mezcla espumará dentro de la sartén. Actuamos con rapidez para integrarlo todo correctamente.

Por último, vertemos la mezcla en el molde previamente preparado y la extendemos de manera uniforme con una espátula de metal ligeramente engrasada con aceite. Dejamos enfriar por completo y, una vez sólida, la cortamos en porciones para servir.

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