Los diez principales mitos sobre Japón que creemos los turistas españoles

Un récord de 15,89 millones de turistas visitó Japón en la primera mitad de 2018

Jordi Sabaté

Japón, el país del sintoísmo, la cultura zen y la tecnología más puntera, entre muchas otras cosas, está de moda entre los turistas hasta un punto que está empezando a crear preocupación entre sus autoridades por las consecuencias del incremento disparado de visitas. No sería raro, en consecuencia, que estuviésemos pensando en ir en el futuro o incluso que tengamos el viaje ya planificado y contratado para el próximo otoño o el hanami en primavera, la semana de floración de los cerezos.

En tal caso, es muy posible que poseamos una serie de ideas preconcebidas sobre ciertos puntos, muy extendidas en España pero que son bastante equivocadas. Algunas de ellas no pasan de ser meras curiosidades y anécdotas, pero otras nos pueden provocar algún que otro disgusto, pues pueden hacer que planifiquemos el viaje erróneamente.

A continuación se exponen los diez mitos equivocados que los españoles tenemos sobre Japón y cuya aclaración nos puede servir para hacer más intensa y grata nuestra experiencia de viaje.

1. El alojamiento es muy caro

Como en todos sitios, el alojamiento en Japón es bastante variado en calidades y precios. Hay desde los riokan, un tipo de hospedaje tradicional lujoso y caro, hasta hostels de habitaciones compartidas para mochileros, por cierto muy económicos y abundantes. Entre medias existen en casi todas las ciudades los numerosos hoteles para ejecutivos, que tienen un precio bastante moderado y una calidad aceptable, a precios por debajo del estándar en España. En general, los precios son sobre un 20% más bajos de lo que podríamos encontrar en España.

2. Es un país altamente digitalizado

A pesar de Japón es uno de los grandes creadores de electrodomésticos, consolas de videojuegos y numeroso hardware tecnológico, el país está bastante atrasado en lo que a digitalización se refiere. La mayoría de locales no suele disponer de acceso y si bien existen numerosas redes wifi públicas, suelen ser bastante débiles y estar saturadas. Por otro lado, en los hoteles no siempre llega la señal de red a las habitaciones. Por eso no está de más contratar una tarjeta SIM local con contrato de consumo de datos.

3. Se puede pagar con tarjeta en todos sitios

Los japoneses tienen por costumbre pagar todo en efectivo, incluso en el caso de grandes cantidades. Las ciudades están repletas de cajeros para sacar dinero donde ellos acuden con frecuencia. Una consecuencia de estos es que en las ciudades no turísticas, como Tokio, Osaka, Yokohama, etc., los datáfonos son muy rudimentarios y no suelen leer tarjetas extranjeras porque leen bandas magnéticas pero no el chip.

Por descontado, no se puede pagar con el teléfono ni el reloj. Es posible que se rían de ti si lo intentas; no lo hacen con mala intención pero es que están muy lejos mentalmente de estos avances, que les parecen extravagantes. La consecuencia directa para nosotros es que, como no viajemos con mucho efectivo traído de España, podemos vernos en aprietos: no nos aceptarán las tarjetas en muchos sitios, cadenas de ropa como Zara incluidas. Además, no es tan fácil sacar dinero, ya que son pocos los cajeros que aceptan este tipo de operaciones con tarjetas no japonesas.

La solución es llevar todo el efectivo desde España; no hay riesgo porque Japón es un país muy seguro. Una alternativa es contar con una tarjeta Revolut, un formato que permite sacar dinero en la mayoría de los cajeros y además hacerlo sin comisiones extraordinarias en los cambios de moneda.

4. No hay turismo masivo

En otoño y en primavera prepárate para vivir rodeado de turistas en los principales destinos turísticos, como Kioto, Nara, Hiroshima, etc. En verano, casi que también. Estas zonas están todo el año saturadas, al estilo París o Praga, y la experiencia termina siendo muy desagradable a pesar de la belleza de los templos y barrios que visitaremos.

Como muchos de ellos resultan imprescindibles por su valor, lo mejor es tomar la estrategia de levantarnos muy temprano para ser los primeros en visitarlos, o bien concentrar su visita en un par de días y buscar después otras ciudades menos visitadas pero que albergan también monumentos de gran interés, como Takamaya, Matsuyama, Kanazawa, Naoshima o Takamatsu, entre otras.

5. Abundan los restaurantes de sushi

Los japoneses comen tanto sushi como nosotros paella. Es decir, de vez en cuando. Si vas a Japón buscando sushi, lo encontrarás, pero o bien lo pagarás caro -lo que cuenta es la calidad del género- o pagarás por pescado peor que el que puedas tener en España si vas a sitios muy baratos. Además te perderás el resto de la oferta gastronómica japonesa, que es muy variada y completa.

6. La comida es muy diferente a la nuestra

En esencia, y salvando el pescado crudo y la ausencia de lácteos y embutidos, la comida japonesa es muy similar a la española. Abundan los fritos -tempura-, las gambas al ajillo, el filete empanado o la casquería en barbacoa.

También el arroz, la pasta -soba y udon-, las sopas -no solo la de miso- y las ensaladas, aunque le incluyan algas y tofu. No le hagas ascos a ninguna pequeña tasca -que por cierto son bastante baratas- y no caigas en el error de recurrir siempre a la pizzería de turno, donde pagarás de más y comerás peor.

7. El vino es caro y difícil de encontrar

Si bien no en las tradicionales tascas de pocas mesas a pie de calle, en japón se puede pedir vino en bastantes restaurantes. Suele ser joven e importado de Australia o China, aunque también lo hay español. El precio de la botella se sitúa en torno a los 15 o 20 euros, más de lo que merece, pero por copas suele estar en torno a los cuatro euros, y son generosas.

8. La cerveza es barata

Una jarra de cerveza vale lo mismo que una copa de vino y a veces más, lo que la hace inusualmente cara. El motivo es que el alcohol paga impuestos por volumen, no por grado alcohólico, y lo mismo vale medio litro de sake -entre 40% y 60% de alcohol- que de cerveza, con 4,5%. Si te tomas tres jarras durante la cena, por ejemplo, corres el riesgo de doblar el pecio de la misma. Y en verano, con el calor extremo que hace en Japón, es posible que lo hagas. Por cierto que los japoneses prefieren cenar con sake...

9. No hay cafeterías

Muchas personas creen que en Japón solo se toma té. Es cierto que esta bebida goza de un gran prestigio y una larga y rica tradición, pero en las ciudades japonesas abundan las cafeterías -a los japoneses les gusta mucho el café de calidad-, por lo que no nos será difícil encontrar dónde tomarlo. Eso sí, es tan caro como la cerveza.

10. El sake es una bebida

Si pides sake para cenar, te pueden poner en un aprieto cuando te pregunten cual. Literalmente, la palabra sake quiere decir “alcohol”, y se utiliza para definir los destilados japoneses, que pueden ser fermentados de arroz, patata, cereales, etc. Este artículo te explica los diferentes tipos de sake que te pueden proponer, todos con elevado grado alcohólico. Recuerda que los japoneses y las japonesas son muy bebedores y están acostumbrados a los alcoholes fuertes mientras cenan, pero que a ti un botellín de sake puede tumbarte.

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