Clare Weiskopf debate sobre la maternidad en el filme documental “Amazona”

La cineasta colombiana de origen británico Clare Weiskopf debate en su filme documental “Amazona” sobre las nuevas visiones de la maternidad y la libertad de la mujer a partir de la experiencia vivida con su madre, que la abandonó a los 11 años para instalarse en la selva.

“Amazona”, que abre mañana una nueva edición del festival de cine documental DocsBarcelona, explica la historia de una hippie particular, Valerie Meikle -Val-, escritora, viajera, maestra de reiki, artesana y música, que nació en Inglaterra en 1937 y llegó a Colombia en 1960 por su relación con el abogado Alberto Guarnizo, con quien tuvo dos hijas, Liliana y Carolina.

Al separarse de su marido colombiano, Valerie retornó a Inglaterra y conoció en una comuna hippie a Jim Weiskopf, su segundo esposo, el que sería padre de Clare y Diego.

Tras la muerte trágica de su hija mayor, Carolina, en el desastre natural de Armero por la erupción del volcán Nevado del Ruiz, Val emprendió un viaje a la selva colombiana para superar el duelo y encontrarse a sí misma, dejando atrás a sus otros hijos.

Clare Weiskopf, codirectora del documental junto a su marido, Nicolás van Hemelryck, decide reencontrarse con su madre en la selva cuando está embarazada para conversar con ella sobre aquella decisión, aunque sin llegar a juzgarla.

Val resume aquella decisión como la salida natural al propio camino que todos debemos emprender en la vida, incluso a costa de tus propios hijos, como el único modo para “romper con la espiral de sacrificios a los que se ven sometidas las mujeres”.

“Desde siempre había tenido la idea de que quería hacer una película sobre mi madre, esta mujer increíble que con 80 años vive en mitad de la selva, que ha viajado por la selva a remo, una mujer a la que he admirado mucho como persona”, ha dicho la cineasta, que concibió el documental cuando estaba estudiando en la escuela de cine de Cuba, donde conoció además a su marido.

Fue precisamente Nicolás van Hemelryck quien le hizo ver que “no podía hacer una película sobre mi mamá sin implicarme, y al final se convirtió en una película sobre mí misma, sobre la maternidad, y sobre esa frontera entre la responsabilidad y la libertad; una película que empodera a las mujeres y trata esos temas tabú de los que las mujeres no podemos hablar”.

De este modo, “Amazona” se volvió un filme más profundo que un mero retrato y, en cualquier caso, “alejado totalmente de la típica película-terapia en la que al final se busca la reconciliación” y para ello la directora apostó por “el equilibrio entre una historia dramática, que fuera justa tanto para mí como para ella”.

Val, que ha podido ver la película, está encantada con el resultado, si bien, reconoce Weiskopf, siempre le dio la libertad para hacer lo que quisiera. “En el fondo, se siente una estrella de Hollywood”, bromea.

Tras conseguir fondos a través de micromecenazgo, Weiskopf y Hemelryck pudieron viajar al Reino Unido y allí encontró una bolsa en la casa familiar con bobinas de Súper8 y fotografías y volvieron a Bogotá, donde las digitalizaron.

“Encontramos el archivo de mi hermana Carolina en blanco y negro en Armero o la escena en la que mi mamá canta con su hermano después de la muerte de Carolina, y todas las fotos en la casa de mi tía”, puntualiza la cineasta.

Clare Weiskopf tuvo claro desde el principio que en la película no saldría su padre Jim ni ningún otro hombre, con la única excepción de su hermano Diego, “una ficha clave”, reconoce la directora, aunque también tuvo que equilibrar su presencia pues “es un personaje muy fuerte, con una historia de vida muy dura, y se habría llevado el protagonismo”.

Al nacer Noa, su hija, por primera vez Clare Weiskopf pudo ver a Val “como una madre” al ver como se relacionaban abuela y nieta, pero siempre la admiró como persona, porque “en tanto que madre, sufrió sus ausencias”.

Para la documentalista, “Amazona” resume que “no hay una receta para ser madre, ni una verdad absoluta sobre lo que es una buena o una mala madre” y añade: “yo prefiero una estabilidad, darle a mi hija ese centro que yo no tuve”.

Weiskopf admite que la vinculación de su hermana Carolina con la cinematografía fue lo que despertó su interés por el cine, que nació de “la admiración a alguien que nunca conocí”.

Sobre su próximo proyecto, Weiskopf anuncia que “seguirá siendo íntimo, pero ya no personal, y continuará abordando el tema de la mujer y de la maternidad”.