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Los Coronas: “Nos sentimos bilingües del rock and roll”

Los Coronas: "Nos sentimos bilingües del rock and roll"

EFE

Madrid —

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Aunque sus canciones instrumentales no se sirvan de palabras, los madrileños Los Coronas se sienten “bilingües del rock and roll” con una aproximación que, siendo genuina respecto a las fuentes, bebe además de señas tan cercanas como la trompeta o el ritmo “tumbao” de la rumba.

“La pequeña aportación que podamos haber hecho a la música va por ese camino”, ha declarado hoy la veterana banda durante una charla con Efe en la que se proclaman, desde la “modestia”, herederos de los híbridos de la tradición española y anglosajona del rock andaluz, en la medida en que no se conforman con “encasillarse en el surf rock al uso”.

De ello dan pruebas en “Señales de humo” (Sony Music), un disco “ambicioso respecto al formato (álbum de estudio doble, en estos tiempos de sencillos, más tratándose de música instrumental) y también respecto al contenido”, resumiendo lo que han sido sus más de 25 años de trayectoria.

“Pensamos que igual era un buen reclamo, aunque solo fuera porque la gente se sorprendiese ante nuestra osadía, que dijeran que igual nos habíamos pasado de frenada”, comenta David Krahe, miembro de Los Coronas junto a Fernando Pardo, Roberto Lozano “Loza”, Javi Vacas y Yevhen Riechkalov.

Hacía dos años que no ofrecían ningún concierto y cuatro que no publicaban nuevo disco, desde “Adiós, Sancho” (2013), retrato postrero de la idiosincrasia española.

“Nos estábamos despidiendo de España en 2013 y mira lo que está pasando ahora, en 2017”, subrayan, con el conflicto político del 1-O en Cataluña tan fresco.

Cuentan que con el cuerpo y la mente rendidos después de siete años ininterrumpidos de gira, los transcurridos desde “El baile final” (2009), decidieron darse un año de respiro. A principios de 2017 volvieron a reunirse con las ideas oxigenadas para empezar a maquetar canciones y se juntaron nada menos que con 20 temas.

“Ahí nos dimos cuenta de que había ganas”, destacan.

Musicalmente, toman parte del aroma hispano de “Adiós Sancho” y extienden la atención más allá, hacia la costa mediterránea, hasta Argelia, Marruecos o Líbano, de donde era originario Dick Dale, autor del clásico “Misirlou”, con cuyo estilo encuentran muchas analogías.

Grabado de nuevo con Craig Schumacher como productor en Tucson (EE.UU.), el álbum recibe su título de un doble juego de palabras. Consideran, por un lado, que sus canciones sin palabras son a la música lo que las señales de humo a la comunicación.

Por otro, “para defender un proyecto de música instrumental en España, hemos tenido que vender un poco de humo a lo largo de todos estos años y convencer a la gente de que el género merece la pena”, afirman.

Prestos a hacer “del defecto una virtud”, esto es, de “no tener que supeditar la música al servicio de una voz”, Los Coronas han querido aprovechar “ese libre dominio del espacio y la melodía”.

A veces se ponen balcánicos (“7+6”), otras revisitan el rock y el rithm and blues de los sesenta (“Mr Reed”, “Lady Rolla”), le dan a sus canciones un aire mexicano que entronca con el “spaghetti western” o se alían con la música disco (“La fiebre”).

El toque autóctono lo ponen cortes como “A tope de amor y lujo” o “Mulas huyendo de una hostia consagrada”, nombre prestado de la mofa de unos jóvenes Dalí, Lorca y Buñuel al consagrado Juan Ramón Jiménez, en el que vuelven a dar muestras de su gusto por la ironía.

“Cualquiera que haya venido a nuestros conciertos sabe que el humor es un componente importante”, señalan estos músicos que no se han cortado al incorporar sonidos de patitos de goma en el tema inicial, “Tono viejo”, en el que rinden homenaje a sus preciadas guitarras Fender de los años 60.

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