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Plan Edificant: 150 municipios, 280 actuaciones en colegios e institutos y más de 377 millones de inversión

Las obras de construcción del Ceip Ciutat de Cremona de Alaquàs

Miguel Giménez

Valencia —

Ciutat de Cremona (Alaquàs), 103 (Valencia) o Regina Violant (Almassora). Son nombres de colegios ligados a los barracones que actualmente se encuentran en construcción -los dos primeros- o en licitación -el tercero-. La eliminación de las aulas prefabricadas fue una de las banderas del conseller de Educación, Vicent Marzà, y del Gobierno del Botànic. El objetivo que se marcaron era claro, que al finalizar la legislatura no quedara ningún colegio ubicado íntegramente en barracones -hay niños que han pasado toda su escolarización en Infantil y Primaria, nueve años, en módulos prefabricados-.

Para ello, la Generalitat Valenciana presentó un plan de choque (Edificant) que prevé la construcción de 200 colegios e institutos, así como la reforma de otros 500. Esta iniciativa, a desarrollar entre 2018 y 2022, prevé una inversión superior a los 700 millones de euros y contempla la colaboración con los ayuntamientos -la Conselleria de Educación asume el coste total de las infraestructuras y los consistorios que se adhieren al plan se encargan de la tramitación para la construcción-.

A fecha 5 de diciembre, las poblaciones valencianas adheridas al Plan Edificant eran 154, donde se van a realizar 279 actuaciones con una inversión prevista de 377,4 millones de euros. De estas intervenciones, 98 corresponden a la construcción de nuevos centros educativos. Actualmente quedan 4.000 alumnos cuyos colegios siguen instalados íntegramente en barracones, pero con centros en construcción o en proceso de iniciarse las obras. “Ahora los módulos tienen el sentido que deberían haber tenido siempre, se ponen de forma provisional mientras se construye o amplía un nuevo centro”, apuntan desde la conselleria.

Desde el comienzo de la legislatura se han realizado más de 700 actuaciones en colegios e institutos ente obras de mejora y construcción de nuevas infraestructuras. Intervenciones entre las que destaca la retirada de fibrocemento de unos 150 centros (en la pasada legislatura, esta operación sólo se realizó en una veintena de edificios).

Sin triunfalismos

Vicent Marzà asegura que no son triunfalistas y que no estarán satisfechos “hasta que todo el alumnado esté en aulas dignas”. “Por eso hemos creado el programa Edificant”, añade. La Conselleria de Educaciön ha apostado por un cambio de paradigma: “La mayoría de las empresas trabajan muy bien, pero otras paralizan las obras como medida de presión para exigir más presupuesto del que estaba licitado”. “Si no está justificado el incremento”, sostiene el titular de Educación, “nosotros no cedemos. Las políticas anteriores [en referencia a los Gobiernos del PP] no nos sirven”.

“El dinero público se gestiona de forma eficiente y si se reclama un sobrecoste que no está justificado, no se aprueba”, señala Marzà, quien explica que todo el mundo “lo debe saber y aguantaremos toda la presión que sea necesaria”. “Con el dinero público no se juega”, insiste.

Excesiva “burocracia” y “lentitud”

Desde la Federación de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos (Fampa) ven con preocupación la situación de las infraestructuras educativas aunque desconocen los datos actuales, “la Conselleria no ha publicado ningún informe ni ofrece datos sobre barracones”. Así, valoran el plan Edificant pero lamentan la “burocracia” y “lentitud” de este tipo de trámites: “Querríamos que fuera más deprisa, aunque nos parece que es una buena idea la colaboración con los ayuntamientos”.

A juicio de Fampa, hay centros que estaban en “muy mal” estado: “Son muchas más las necesidades reales de las que se pensaban en un principio”. “Nuestra exigencia sigue siendo barracones cero, como a principio de legislatura”, apuntan, al tiempo que añaden que la asignatura pendiente es la elaboración de un estudio con las necesidades específicas de cada centro educativo del territorio valenciano.

1.700 barracones en 2015

En septiembre de 2015 había una treintena de centros compuestos íntegramente por aulas prefabricadas (con unos 8.000 alumnos) y unos 200 que tenían algún módulo. En total había más de 1.700 barracones instalados en todo el territorio valenciano, con un coste en mantenimiento de 5,5 millones de euros anuales. Con la entrada del Botànic, la Conselleria detectó que el 63% de los centros necesitaba de algún tipo de actuaciones después de décadas “sin inversión real en infraestructuras públicas escolares por parte del PP, a lo que se sumaba la nefasta gestión de Ciegsa”.

Además, desde el departamento que dirige Marzà resaltan otra problemática con la que se enfrentaron con el cambio de Gobierno: las deficiencias en construcciones realizadas por la empresa Ciegsa en la pasada legislatura. Como ejemplo encontramos el caso del IES Torrellano de Elche, una infraestructura que tiene poco más de una década. Se adjudicó por 6,7 millones de euros, un millón más del coste de licitación estimado inicialmente, a la empresa “de un hermano de un exministro del PP”, y recientemente se ha licitado un proyecto para la reparación del muro de la fachada por 277.000 euros. Antes ya se habían reparado otros desperfectos.

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