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Multados con 2.404 euros cuatro activistas antimilitaristas que se encadenaron a dos tanques de la OTAN en 2015 en Sagunto

Un momento de la acción de los antimilitaristas en el puerto de Sagunton con motivo de las maniobras de la OTAN

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Valencia —

El 16 de octubre de 2015, un grupo de ocho activistas de Antimilitaristas-MOC accedió al puerto de Sagunto (Valencia) y cuatro de ellos se encadenaron a dos tanques Leopard daneses que formaban parte del contingente militar que se estaba desplegando con motivo de las maniobras del 'Trident Juncture 2015', que se realizaron en España y en las que participaron unidades de una treintena de países de la OTAN.

En noviembre de 2016, el juzgado de Instrucción número 1 de Sagunto absolvió a cuatro activistas de Antimilitaristes-MOC del delito leve de “daños”, después de desestimar las acusaciones de la Guardia Civil de “desórdenes públicos” y de “desobediencia”, delitos agravados y ampliados tras la última reforma del Código Penal, y que podrían haber supuesto para el grupo multas de hasta 12.000 euros y condenas de hasta un año de cárcel.

Sin embargo, la Delegación de Gobierno activó las denuncias por faltas graves por “intrusión en instalaciones donde se prestan servicios básicos para la comunidad, causando interferencia grave en su funcionamiento”, contempladas en la Ley de Seguridad Ciudadana -la conocida como 'Ley Mordaza'-, que habían quedado en suspenso desde 2015 en espera de la resolución de las acusaciones penales.

En los últimos días, quienes se encadenaron a los tanques, han estado recibiendo las notificaciones donde se les imponen multas de 601€. El grupo de activistas anunció ya en su momento que recurrirá contra estas sanciones, entre otras razones, porque “la apropiación militar de infraestructuras básicas como los puertos para llevar a cabo ensayos de guerra e intervención militar para reforzar el dominio militar de los países de la OTAN, no puede considerarse en ningún caso un ‘servicio básico a la comunidad’, sino más bien todo lo contrario”.

Antimilitaristes-MOC espera “que estas acciones motiven a otras personas a emplear también la desobediencia civil no violenta para entorpecer el funcionamiento de la maquinaria de la guerra, bloqueando o negándose a colaborar por ejemplo con el transporte desde puertos españoles de armamento que será probablemente empleado por las fuerzas armadas saudíes en la guerra de Yemen, y que sirvan de inspiración a movimientos de otros lugares del mundo que , como en Siria, han resistido con la no violencia a la brutalidad de las armas de su propio ejército”.

La acción en el puerto de Sagunto

El 16 de octubre de 2015, un grupo de 6 activistas de Antimilitaristes-MOC vistiendo monos blancos y chalecos reflectantes de color rosa, y desplegando un par de pancartas con los lemas “War stops here” y “Disculpen las molestias: obstaculizando la preparación de la guerra”, acompañados de dos reporteros gráficos, aprovechó una abertura en la tapia del recinto que habían detectado previamente para introducirse en el puerto de Sagunto, puerta de entrada principal del material militar de las maniobras. Cuatro activistas se encadenaron a dos de los tanques que se encontraban allí estacionados. El bloqueo se prolongó durante unas horas, hasta que personal de los GRS de la Guardia Civil liberó a los activistas cortando los tubos con una sierra radial portátil, siendo detenidas las 6 personas y liberadas varias horas después, cuatro de ellas con cargos de “desobediencia” y “desórdenes públicos”.

Según señalaron ya el día del bloqueo del transporte de armamento, “hemos querido detener el flujo de material y personal de estos juegos de guerra también para visibilizar el contraste por un lado entre la terrible situación de las personas refugiadas de las guerras, que buscan protección y se encuentran con vallas, cuchillas y muerte en el mar, y por otro lado la absoluta libertad de movimientos con que se desplazan estos días los ejecutores de las guerras y su armamento, especialmente durante estos ejercicios militares”.

Para el colectivo antimilitarista, “acciones como ésta contribuyen a construir una cultura de paz basada en la cooperación, la justicia y la no violencia, y no en la disuasión y la fuerza”. “Hay que cambiar el paradigma de la defensa y pasar de la seguridad entendida militarmente, que nos conduce una y otra vez a la guerra y la violencia, a la 'seguridad humana' según la define la ONU, que pone en el centro la defensa de los derechos de las personas y la naturaleza”, sentenciaron.

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