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Acusan a dos soldados malteses del asesinato de un inmigrante marfileño

Lassana Cisse en una imagen difundida en redes sociales y por los medios malteses.

Desalambre

Dos soldados de las fuerzas armadas maltesas han sido acusados del asesinato a de Lassana Cisse, un ciudadano de Costa de Marfil que residía en la isla. Cisse murió el 6 de abril cuando le dispararon desde un automóvil mientras caminaba por una calle en Hal Far, al sur de Malta, cerca de un cuartel del Ejército y un centro de migrantes, según informa Reuters. Otros dos hombres, uno de Gambia y otro de Guinea, resultaron heridos en el tiroteo.

Los dos acusados, Lorin Scicluna y Francesco Fenech -de 22 años y 21 años-, fueron detenidos y procesados por un tribunal este fin de semana. De acuerdo con el diario local Times of Malta, se enfrentan a cargos de asesinato por motivos raciales e incitar al odio por motivos de raza, por los que pueden ser condenados a cadena perpetua. Ambos se han declarado inocentes.

De acuerdo con el medio maltés, la Policía ha dicho que el ataque fue motivado por motivos raciales y una fuente de la investigación ha asegurado que uno de los sospechosos había admitido haber apuntado a los inmigrantes “solo porque eran negros”.

Ambos han sido suspendidos de su cargo por una orden especial del presidente George Vella, según recoge este martes el Times of Malta. Las fuerzas armadas, encargada también del rescate de personas en peligro en el Mediterráneo, han asegurado estar “conmocionadas” por la presunta participación de dos de sus soldados en el asesinato y ha expresado sus condolencias a la familia de la víctima y a la comunidad migrante en Malta. 

Lassana Cisse trabajaba en una fábrica y, según han informado los medios, después acudía a un centro de migrantes donde se encargaba de labores de vigilancia. Se cree que su asesinato es el primer ataque motivado por el odio racial de Malta. En varios tuits, el primer ministro maltés, Joseph Muscat, ha dicho que una investigación trata de determinar si los sospechosos actuaron de forma individual o como parte de una red más amplia.

Asimismo, ha asegurado de que el asesinato de Cisse “es una señal para todos aquellos que han difundido el discurso del odio”. “La propagación de estos sentimientos tiene consecuencias”, ha advertido, tras afirmar que “las palabras de odio y de división no tienen lugar en nuestra sociedad”. La ministra de asuntos europeos, Helena Dalli, también ha apuntado que la muerte del hombre marfileño es “la terrible consecuencia de deshumanizar a un grupo racial”.

Activistas y 60 organizaciones de la sociedad civil maltesa han pedido a los políticos que tomen acciones contundentes para acabar con el racismo en la sociedad maltesa y consideran que el asesinato de Cisse es una “llamada de atención” sobre lo que sucede cuando se permite que los discursos del odio penetren sin freno.

“Durante mucho tiempo hemos ignorado las experiencias cotidianas de los migrantes y nos aferramos al mito de que los incidentes racistas son aislados y raros. Durante mucho tiempo hemos aceptado puntos de vista intolerantes, comentarios despectivos y discursos incendiarios”, dicen en un comunicado difundido en los medios malteses. “Hasta que el racismo no sea abordado con la seriedad que merece, y cada caso sea debidamente investigado, Malta nunca será un país seguro para todos”.

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