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El banco público ICO prefiere ir a Luxemburgo a emitir deuda que quedarse en España

Sede del ICO en el Paseo del Prado de Madrid.

Marta Garijo

El Instituto de Crédito Oficial, dependiente del Ministerio de Economía, mantiene sus emisiones de deuda fuera de España. La segunda de las colocaciones de sus “bonos sociales”, llamados así porque tienen la finalidad de crear o mantener empleo en aquellas regiones españolas más desfavorecidas económicamente, se realizó en Luxemburgo en abril de este año. Una emisión por 500 millones de euros, que sigue a la anterior de 1.100 millones lanzada en febrero de 2015.

Esta querencia por el banco público estatal por emitir en el extranjero no sienta nada bien a la industria de deuda española que se pregunta cómo van a captar inversores extranjeros, tal y como promueven instituciones como el Ministerio de Economía, cuando el sector público es el primero que opta por marcharse fuera. En el actual contexto del Brexit, en el que Madrid se está postulando como ciudad alternativa a la City londinense (Luxemburgo es la segunda plaza financiera europea), estas decisiones llaman especialmente la atención. Otras entidades públicas, como Adif, han decidido empezar a emitir desde España para “prestar apoyo al regulador español, en su interés por impulsar las emisiones bajo su supervisión”. No en vano este es uno de los deseos de la CNMV.

La explicación de la entidad es que las emisiones se realizan en este mercado porque al tener mayor liquidez les permite ofrecer rentabilidades más bajas. “El bono social lanzado por ICO está emitido, como el resto de bonos benchmarks (referencia) del Instituto, bajo su programa de emisión GMTN, que está listado en Luxemburgo. Esta es la práctica habitual en mercado, y la que siguen muchos de nuestros homólogos en otros países europeos”, apunta un portavoz del ICO.

Fuentes del mercado señalan que en un contexto como el actual, donde se opera de forma virtual, la explicación de la mayor liquidez carece de sentido. Los inversores operan sin tener presencia física en un mercado, por lo que si una emisión de bonos es atractiva, apuntan, interesará a los inversores independientemente de que se emita en uno u otro mercado. Por tanto, no estaría penalizado teniendo que ofrecer mayores rentabilidades si emitiese en España. De hecho, las mismas fuentes consultadas aseguran que la explicación más plausible es que son los colocadores de la emisión, normalmente grandes bancos internacionales, los que fomentan que las emisiones sean en plazas extranjeras. Es más cómodo para ellos, al tener en estos países sus centros financieros, y también para cobrar otro tipo de comisiones.

Las emisiones de bonos las realizan las empresas e instituciones en los mercados para financiarse. Así, trocean su deuda y emiten bonos con un porcentaje de esta al que ligan una rentabilidad, que es la que pagaran durante los años de vida del bono.

Adif: de Irlanda a España

Otra entidades públicas, como Adif, han decidido cambiar el mercado donde emitían sus bonos. Adif Alta Velocidad inició un programa de emisión de deuda con el objetivo de financiar la construcción y el mantenimiento de infraestructuras ferroviarias en 2014. La primera de las emisiones tuvo lugar en mayo de ese año en la Bolsa de Irlanda, donde se vendieron 1.000 millones de euros de bonos a 10 años. La entidad pública que gestiona las infraestructuras ferroviarias decidió inscribir este primer programa en aquel mercado por la “mayor flexibilidad y agilidad” en la tramitación de la documentación requerida, previa y posterior a la emisión y porque la bolsa irlandesa se había constituido como “un organismo de referencia para los inversores en el mercado europeo”.

A pesar de esta decisión inicial, Adif decidió en enero de 2015 “pasaportar” este plan a la Comisión Nacional del Mercado de Valores para realizar la segunda emisión del mismo a través de los reguladores españoles. “El motivo del cambio obedeció a la intención de prestar apoyo al regulador español, en su interés por impulsar las emisiones bajo su supervisión, para lo que había desarrollado un plan de agilización en sus trámites”, explican fuentes de Adif. En esta segunda emisión pública, Adif colocó otros 1.000 millones de euros en bonos a 10 años en la bolsa de Madrid y en septiembre del año pasado realizó otra colocación de 600 millones de euros también en este mercado.

Las plazas extranjeras

Las grandes empresas habían tradicionalmente acudido a mercados extranjeros para realizar sus emisiones de deuda. Una de las razones esgrimidas por las compañías era que estos mercados eran más ágiles en los procedimientos, lo que facilitaba los procesos. Para tratar de dar un empujón a este tema, la CNMV aprobó una serie de cambios en sus guías de emisión de renta fija y pagarés con el objetivo de facilitar y así incrementar las operaciones en la bolsa española. En noviembre de 2013, el regulador anunció que se comprometía a verificar en un plazo de cinco días hábiles las operaciones de emisión de estos valores destinadas al mercado profesional.

El regulador, apuntaba en la nota de prensa publicada en ese momento, que con esta revisión el organismo “pretende dar respuesta a las demandas actuales de eficacia y eficiencia del mercado sin menoscabar, en ningún caso, la protección de los inversores”. Además del plazo, la CNMV incorporaba un nuevo apartado específico sobre el régimen para emisiones en el ámbito profesional. Así, permitía que el folleto se pudiera enviar en español o en inglés y los contenidos, excepto algunos puntos, podrán ordenase de forma voluntaria por parte del emisor.

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