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Internet acaba con los catálogos

Internet acaba con la venta por catálogo, incluido el porno

Aldo Mas

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Otto, una de las grandes empresas de venta por correspondencia de Alemania, ha anunciado que dejará de publicar en diciembre sus catálogos de venta. Éstos disfrutan de especial tradición en suelo germano, sobre todo, entre quienes prestan atención al mundo de la moda. De ahí que por sus portadas pasaran grandes modelos como Heidi Klum o Claudia Schiffer. Otto llevaba más de 68 años publicando esos volúmenes en los que se ofrecía una amplia variedad de productos, desde calzado y ropa hasta electrodomésticos.

El negocio en Internet ha terminado acabando con ese modo de presentación de productos. Lo ocurrido con los catálogos de Otto no es del todo sorprendente. De hecho, torres más grandes han caído. El porno en Internet ya obligó, entre otras cosas, a que Beate Uhse, declarada insolvente a finales del año pasado, dejara de editar sus catálogos de productos eróticos en papel. Éstos convirtieron a esa firma especializada en la venta del erotismo en un referente internacional.

El reciente anuncio de Otto, una empresa con sede en Hamburgo (norte germano) y cerca de 4.500 trabajadores, es un signo de los tiempos. Es más, otros competidores directos de Otto, como Neckermann, ya lo había hecho antes. En concreto, Neckerman, otro histórico alemán de la venta por catálogo fundado en 1950, se declaró insolvente en 2012. Otto terminó adquiriendo ese nombre. Por eso también vende ahora con la etiqueta de esa marca por Internet.

A través de la red, Otto sigue haciendo negocio. Hasta el 95% de sus clientes siguen haciéndole pedidos a la firma por Internet. En su web compran no menos de siete millones de clientes. En 2017, el volumen de negocio de la empresa alcanzaba los 2.700 millones de euros.

La empresa ha demostrado contar con suficiente resiliencia en tiempos de la economía digital. Además, su sector no para de crecer. La venta en Internet lo hizo en el último año un 9,3% en Alemania, alcanzando casi los 64.000 millones de euros. Ese crecimiento ha ido en detrimento de cartas de presentación de productos como los catálogos de Otto. El final de éstos últimos se produce después de que esos gruesos volúmenes hayan llegado a generaciones de alemanes.

Millones de germanos descubrieron a través de ellos y durante décadas los más o menos asequibles productos estrella del milagro económico alemán y de la sociedad de consumo germana. La compañía se fundó en 1949. El primer catálogo consistía en una rudimentaria publicación compuesta de fotografías encuadernada con un par de cordones. Entonces, la empresa sólo vendía 28 modelos de pares de zapatos. Hay quien identifica los catálogos Otto con la propia “historia cultural alemana”.

“Nuestros clientes han ido suprimiendo ellos mismos el catálogo, porque lo han ido utilizando cada vez menos y desde hace tiempo aprovechan nuestras ofertas digitales”, según Marc Opelt, presidente del Consejo de Administración de la empresa. La compañía también opera bajo la presión de los gigantes e innovadores actores globales del comercio electrónico, como la estadounidense Amazon.

Internet acabó con los catálogos eróticos de Beate Uhse

La desaparición de los catálogos Otto es una historia casi idéntica a la extinción de aquellos volúmenes de productos que editaba Beate Uhse, gigante de la industria erótica alemana declarada insolvente por culpa, entre otras cosas, de la popularidad del consumo del porno por Internet.

Beate Uhse, fundada en 1951, surgió inicialmente como una empresa de productos para la “higiene de la pareja”. La venta por catálogo fue una de sus primeras y más duraderas herramientas de venta. En 2005, cuatro años después del fallecimiento de su fundadora, Beate Uhse, la empresa alcanzó un registro histórico: un volumen de negocio de 22 millones de euros.

Con todo, en 2016 Beate Uhse se vio obligada a publicar su último catálogo, una decisión también histórica que señalaba que la firma se estaba concentrando a marchas forzadas en el comercio por Internet. Un año antes, la empresa había caído en números rojos. El principal problema de Beate Uhse radica en que su producto estrella, las películas eróticas, se consumen de forma gratuita en Internet.

Portales de éxito como el canadiense Pornhub, que el año pasado registró 28.500 millones de usuarios, ofrecen de forma gratuita el producto estrella que se podría encontrar en las tiendas de Beate Uhse. Páginas web como esa empezaron a ofrecer ese producto sin mediar pago alguno a partir de 2006.

Ahí está el principio del fin de los años dorados de Beate Uhse. Esta compañía fundada por la aviadora Beate Uhse, entró en bolsa en 1999. Las acciones pasaron de un precio inicial 7,20 euros por título a 28,20 euros por acción en sólo tres días. Ahora, sin embargo, los títulos de la empresa ya no valen prácticamente nada.

Dejar el catálogo y centrarse en el comercio electrónico

Aún quedan tiendas abiertas de Beate Uhse en Alemania como la de la Bodestraße de Berlín, a diez minutos del célebre Museo de Pérgamo de capital germana. Aquí nadie habla del futuro de la empresa. “Tiene que contactar con la dirección para hablar de eso”, dicen a eldiario.es trabajadores de este establecimiento berlinés.

En la empresa, que continúa teniendo oficinas en Hamburgo pero cuya sede central se encuentra ahora en Walsoorden (al sur de los Países Bajos) han reconocido que la estrategia en Internet del gigante alemán del erotismo estuvo lastrada por “numerosos cambios en la gestión y decisiones equivocadas” desde hace años. Así lo ha indicado el CEO del Grupo Beate Uhse, Michael Specht. “La expansión al mercado online se hizo con dudas y no fue sistemática. La política de producto no tuvo estrategia, sólo fue casual y reactiva”, ha llegado a reconocer Specht.

La pasada primavera, la empresa, activa en siete países, encontró inversores con los que mantener vivo a este gigante del erotismo. Se prometió entonces una “renovación completa” de la compañía, que ahora está centrada en en el comercio electrónico y su plataforma de internet. En la red la empresa se presenta ahora como Be You, palabras contraídas en “BU”, de Beate Uhse. Poco más queda del modelo de negocio que inició su emprendedora mediante catálogos en papel.

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