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Llega a España un parque temático francés que hace negocio gracias a 4.000 voluntarios

Puy du Fou

Analía Plaza

Cuando creíamos que los parques de ocio estaban muertos en España –o al menos en modo zombie, porque no han abierto nuevos desde la burbuja y algunos de los que siguen vivos son un auténtico fracaso empresarial– llega uno que promete fantasías como las de entonces. Inversión de 242 millones de euros, aumento de la llegada de turistas, efecto positivo sobre el comercio y la hostelería local y creación de miles de empleos. De aquí a 2028, concretamente, 876 puestos directos y 3.329 indirectos. Será en Toledo y abrirá el próximo agosto con un espectáculo, aunque la apertura definitiva será en Semana Santa de 2020. Se llama Puy du Fou, viene de triunfar en Francia, ocupa 161 hectáreas y las obras ya han comenzado.

El Puy du Fou –que en francés antiguo significa 'la colina de las hayas'– es un parque temático muy diferente. “No hay montañas rusas ni atracciones, sino espectáculo y visitas experiencia”, continúan. “Está pensado para que disfruten desde los más pequeños hasta el público senior”. Esto se concreta en que es un parque para familias donde el fuerte son las representaciones teatrales, que en Francia recrean su historia y en España harán lo propio. El primer espectáculo se llama 'El sueño de Toledo' y va del descubrimiento de América a la llegada del ferrocarril.

Que el parque no tenga atracciones significa una cosa: la inversión inicial necesaria es mucho más baja que en un parque normal. En España, grandes proyectos como Terra Mítica –que nació como empresa pública, quebró en 2004 y fue vendida en 2012 costándole a las arcas públicas 377 millones de euros– o Isla Mágica –que estuvo participada por Caixabank y varias cajas de ahorro hasta que la compró un operador privado– siguen en números rojos, arrojando pérdidas de hasta cinco millones de euros anuales porque no son capaces de rentabilizar su negocio. La única que sobrevive siendo independiente y con éxito es PortAventura, que recibe 5 millones de visitantes, ingresa 234 millones de euros y tiene un beneficio de 34 millones.

“No creo que Puy du Fou se pueda considerar un parque temático”, considera Giovanni Cavalli, actual director de Oh!tels y exdirector comercial de Port Aventura. “Port Aventura tiene 25 años y allí las instituciones y La Caixa han hecho un buen trabajo. Puy du Fou tiene éxito en Francia, pero son solo espectáculos. Es un producto de gran calidad con una característica única: muchos actores son voluntarios, así que el gasto en personal es muy poco. No mucha gente conoce su modelo”.

Modelo de negocio: no pagar a los 'puyfolais'

Puy du Fou tiene una gestión peculiar. “Lo particular de Francia, el origen de toda esta historia hace cuarenta años, es el espectáculo Cinéscénie. No forma parte del parque: es un recinto al lado con accesos independientes”, dicen fuentes de Puy du Fou. “Nació como una iniciativa donde solo participan voluntarios de la región, que forman parte de manera gratuita de este grandioso espectáculo”. El fundador es el expolítico francés Philippe de Villiers.

Aunque los actores no cobren, verlo no es gratis: la entrada cuesta 28 euros y la combinada de parque y espectáculo, entre 48 y 59 euros.

Cinéscénie es el germen del proyecto, nacido diez años antes que el parque y el espectáculo nocturno más grande del mundo. Cada año participan 4.150 voluntarios que llegan desde comunidades cercanas: los puyfolais. El año pasado, el gobierno francés aprobó un decreto para supervisar la figura del voluntario e impedir que participara en más de ocho espectáculos al año y de Villiers entró en cólera: dijo que era una decisión liberticida que sería “la muerte programada de Puy du Fou”.

Los puyfolais son muy importantes para el negocio del parque. Aunque representan la función solo en verano, 28 veces al año, atraen a más de 15.000 personas cada vez. Eso son unos 420.000 espectadores. Si Puy du Fou recibe algo más de dos millones de visitantes anuales, hablamos de que la parte que le sale gratis laboralmente supone un 18% de su público.

Cinéscénie y Grand Parc están integrados: es Cinéscénie quien controla todo a través de una sociedad sin ánimo de lucro. Grand Parc funciona como una empresa normal, pero pertenece a Cinéscénie. De hecho, el parque tiene menos empleados que Cinéscénie voluntarios: entre fijos y temporales, emplea a 2.144 personas, casi la mitad de gente que participa sin cobrar en el espectáculo. Puy du Fou se enorgullece de su modelo, al que considera uno de sus “puntos fuertes” por reinvertir todo lo que gana.

En España, actores a 10 euros brutos por hora

En España, la historia será algo distinta. Este año, Puy du Fou prevé contratar a 87 personas entre fijos y temporales, incluyendo actores. Lleva un año anunciando ofertas de empleo, firmando acuerdos con organizaciones de personas discapacitadas, promocionando en redes a los jóvenes que entran de prácticas allí. También ha llevado a actores y técnicos a formarse a Francia, que en algunos casos han tenido que pagar de su bolsillo los gastos de desplazamiento y manutención. Y ha empezado los castings y dejado perplejos a los aspirantes: ofrece diez euros brutos la hora por trabajar en el espectáculo.

Aitor, que pide que no utilicemos su nombre real, es actor. Hace pocos días, acudió a uno de los castings de Puy du Fou en Talavera de la Reina. “Solo en ir me dejé 100 euros: el viaje, comer fuera y perder una clase de las que doy”, relata. “La prueba fue fantástica, con profesionales, coreógrafa, parte física, acrobacia. Pero mi cara se quedó blanca cuando llegó el tema económico: diez euros brutos por hora. Pregunté si se refería al período de ensayos y resultó que no, que era el mismo precio para el espectáculo. El espectáculo dura casi dos horas, te contratan cuatro y son dos cada fin de semana. Estamos hablando de cuarenta euros al día, ochenta a la semana, por un trabajo que requiere una condición física potente y experiencia”.

Lo habitual en este tipo de contrataciones, cuenta, es que el período de ensayos se pague peor y el sueldo 'de verdad' llegue en el espectáculo. “Pero el mundo del parque temático se ha desvirtuado”, continúa. “Warner empezó con especialistas de alto nivel y después externalizó los espectáculos, así que los cachés bajaron. Es triste, pero en mi casting había gente de la Warner que decía que estos diez euros ya eran más de lo que cobran allí. La situación es muy precaria, así que gente no les va a faltar. Supongo que muchos políticos se pondrán la medalla de la inversión extranjera, pero lo que hacen es normalizar la precariedad”.

Puy du Fou asegura que en ningún caso usará voluntarios aquí. La filial española no será una organización sin ánimo de lucro, sino una empresa con accionistas e inversores. El 50,1% es de la fundación francesa y el resto de inversores españoles y franceses, como Mapfre o La Caixa. También la Junta de Castilla-La Mancha tiene parte (un 5%) y la compañía quiere optar a entre 10 y 20 millones de euros de los fondos europeos FEDER.

Aunque sean porcentajes pequeños respecto al total de inversión, que Puy du Fou vaya a tener dinero público ha provocado quejas de varios colectivos, agrupados en la plataformaQueremos Saber la Verdad del Puy du Fou. “Nuestra crítica, desde el punto de vista laboral, es al modelo económico”, indica Xohana Bastida, miembro del movimiento. El resto de sus alegaciones tienen que ver con el impacto ambiental, el urbanístico y el turístico, ya que competirá con Toledo como destino. También con las facilidades que les ha dado el gobierno de Emiliano García-Page.

Aunque pague poco, Puy du Fou tendrá que incluir los costes laborales en sus gastos, una partida que en Francia le sale muy barata. ¿Sabrá ser rentable cuando lo haga o tendremos en unos años un nuevo zombie que alguien tendrá que rescatar? “La actividad generará suficientes ingresos para financiar el proyecto”, aseguran.

¿Funcionará otro parque de ocio en España?

El Puy du Fou de Toledo espera superar los dos millones de visitantes en 2028. Es una estimación muy optimista, puesto que en Francia llegaron a esa cifra hace solo tres años (y llevan más de cuarenta operando) y además cuentan con el tirón del famoso Cinéscénie. En nuestro país, solo Port Aventura puede presumir de superar esa cifra: tuvo 4,7 millones de visitantes en 2017 y se coló entre los más visitados del mundo.

Por comparar: Parques Reunidos gestiona 61 parques en todo el mundo y recibió menos de 20 millones de visitantes en 2018.

El negocio de los parques de ocio se vio resentido con la crisis, pero el problema no es solo ese. Actualmente, su competencia es amplísima. Ricardo Esteban, director del parque más longevo de España, el de Atracciones de Madrid, explica que “hace poco más de veinte años, el Parque de Atracciones y el Zoo eran los únicos negocios de ocio al aire libre que había en la ciudad. Desde entonces, hay muchos más centros comerciales y urbanizaciones con piscina. Las cifras que se movían en los 80 no se mueven ahora ni de broma”.

Por otro lado, estos parques 'para toda la familia' cada vez tienen menos público porque hay menos familias. “El Parque se construyó en pleno 'boom' de la natalidad. Eso nos ayudó a crecer muy rápido”. Más tarde apostaron por los conciertos y en los 2000 tuvieron que reinventarse para competir con actores como el Warner, otro que iba tan mal que tuvo que hacerse cargo Parques Reunidos y que ahora, tras dos EREs, remonta y ha dejado de perder dinero.

“Al principio tenía una proyección más internacional y el número de visitantes era menor”, apunta Manuel Rodríguez, su delegado de Comisiones Obreras. “Ahora la mayoría de público es nacional”. En Warner, además, un buen grueso del negocio (la tercera parte) es la restauración, ya que no te dejan meter el bocadillo. Puy du Fou sí dejará.

Los expertos apuntan que hay dos tipos de parque: el temático, al que vas desde la ciudad, y el de destino, como Disney, como pretendió Warner o como PortAventura, donde lo importante es que no es solo un parque sino un auténtico resort.

“Hay cinco hoteles, centro de convenciones, safari... Los hoteles te aseguran visitas al parque, así que hay un flujo directo de negocio”, añade el antiguo director comercial. Otra de las claves de su éxito es que está en Salou. “Hay muchos turistas internacionales que vienen 7 o 10 días y van uno o dos a Portaventura. En Roma, los turistas no van a un parque, van a Roma. Pero en Salou sí”.

En todos estos detalles estará el quid de la cuestión de Puy du Fou. “Ellos habrán hecho sus estudios, pero yo entendería que se apoyaran en Madrid”, concluye este experto. “No en los turistas internacionales, porque esos ya tienen la ciudad, sino en gente de Madrid que tiene Toledo a una hora”.

La plataforma crítica muestra su preocupación tanto si el Puy du Fou funciona como si no. Si lo hace, porque competirá con Toledo. “Creemos que se quieren aprovechar del turismo de la ciudad”, dice Miguel Ángel Hernández, de Ecologistas en Acción. “Y si funciona habrá un problema, porque Toledo ya está colapsada. Aumentar la presión tendría un impacto negativo”. Como el espectáculo termina a media noche, la gente tendría que quedarse a dormir allí y harían falta nuevos hoteles y apartamentos turísticos, con los efectos negativos que eso tiene sobre el alquiler.

Asumiendo que las cifras proyectadas son reales, preguntamos a Puy du Fou cuándo pretende ser rentable en España. Responden que “esa información, de momento, no la comentaremos”. Hace pocos días, el fundador De Villiers dijo en declaraciones a El País que “nuestro objetivo no es ganar dinero sino crear espectáculos cada vez más bellos”.

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