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Cómo empezar el año protegido de los virus informáticos

Una persona consulta su ordenador.

Las ‘vacunas’ aún no han llegado al mundo de los virus informáticos, una peligrosa realidad que nos acompaña desde que nació Internet. Y todas las precauciones son pocas. El universo online hace que, de una u otra manera, estemos expuestos a cualquier ataque en la red. 

Los orígenes de los virus informáticos se remontan a 1972. Entonces un virus llamado Creeper atacó al sistema operativo Tenex, presente en todos los ordenadores americanos que se utilizaban para la investigación y la enseñanza. Creado sin mala intención por un ingeniero llamado Bob Thomas, este virus circulaba por Internet lanzando siempre el mismo mensaje: “Soy la enredadera, atrápame si puedes”. Con la idea de combatirlo, se creó Reaper, considerado el primer antivirus de la historia. 

Pero en los años 80 surgieron los primeros virus maliciosos. Desde ese momento, han aparecido cientos de variantes, algunas muy agresivas. Aunque es complicado decidir cuál ha sido el peor de la historia, muchos expertos destacan el Chernobyl como el más dañino: nació en 1998 y atacó a 60 millones de ordenadores con Windows y Millenium. Borraba todos los datos de los dispositivos e impedía su puesta en funcionamiento. Veinte años después, en la primavera de 2017, el ransomware WannaCry se hizo famoso a nivel mundial al aprovechar una debilidad en Windows para atacar a múltiples organizaciones inutilizando los dispositivos y pidiendo un rescate económico a cambio de su liberación. 

En la actualidad proliferan de un modo alarmante una variedad enorme de virus grandes y pequeños que, en función de su naturaleza, son más o menos agresivos. Cada uno de ellos cumple la función para la que ha sido creado. Consciente de ello, Banco Santander lanzó a mediados de 2021 una campaña, junto a su embajador Rafa Nadal, para educar a los usuarios sobre ciberseguridad. 

Bajo el eslogan Saca partido a tu vida digital, realiza un símil con la historia del tenis para explicar cómo el sector financiero ha evolucionado para proteger a sus clientes en el ámbito digital. La campaña incluye un vídeo del deportista español que se difundió de manera masiva en las redes sociales en los países en los que está presente la entidad (Brasil, México, Argentina, Polonia o Chile). Como complemento a todo esto, ahora el banco cántabro ofrece una serie de consejos básicos de seguridad online: proteger la información y el equipo; ser discreto online y en público; pensar antes de hacer clic o responder; mantener las contraseñas seguras; y si existe alguna sospecha, reportarlo a la entidad. Además, ha creado un test con 15 preguntas para que cada cliente conozca y sea consciente del conocimiento que tiene de las precauciones que hay que tomar ante una posible estafa o ciberataque. Por ejemplo, saber utilizar las claves, cuáles son más apropiadas, que es el pishing, que es un ciberdelincuente y cómo actúa, cuál es la precaución que hay que tomar ante una red no segura, etc.

Clases de virus

En este entorno, existe un amplio listado de virus informáticos que abarcan una extensa tipología y variedad según sus características. Los residentes que se encuentran en la memoria del ordenador y alteran los archivos a medida que se van seleccionando o cerrando. Los de acción directa, que están instalados en el directorio raíz del disco duro y atacan cuando se ejecuta un programa, y los llamados de sobreescritura que se encuentran en los archivos, eliminan los contenidos y los reemplazan por otros. También destacan los localizados en el escritorio, los famosos cluster, que cambian la localización de los archivos cuando intentamos acceder a ellos. Y, finalmente, los virus del sistema de arranque que atacan en el momento en el que se ejecuta el disco duro. Estos cinco virus son muy comunes y peligrosos, ya que atacan el corazón de los sistemas operativos.

Pero no son los únicos. También, los populares troyanos se ocultan detrás de una apariencia inofensiva, por ejemplo, un programa, y provoca que los hackers o ciberdelincuentes tomen el control del ordenador para robar datos personales. Por su parte, los gusanosmalware se expanden cuando se transfiere algún archivo provocando bloqueos en el sistema y el gasto de ancho de banda; el spyware recopila datos de tu dispositivo y los transfiere a otro lugar; el adware rastrea la memoria de tu ordenador para averiguar tus preferencias y te muestra publicidad de forma constante; los secuestradores del navegador controlan tu navegador y te dirigen a otros sitios webs; los virus email que aparecen cuando abres un correo y el ransonware que impide el acceso a los sistemas y exige grandes sumas de dinero para desbloquearlos.

Datos de verificación

Para mayor seguridad, Banco Santander adoptó también la SCA (Strong Customer Authentication), que desde septiembre de 2019 se ha ido implantando en Europa progresivamente. Se trata de un método para usar cuando se va a efectuar alguna transacción económica. En el proceso, Santander solicita una serie de datos de verificación, lo que ayuda a minimizar el riesgo de fraude. La información requerida puede ser de varios tipos. En primer lugar, de conocimiento. La entidad puede pedir un PIN, una contraseña, una clave o cualquier otra información que solo sepa el titular de la cuenta bancaria. Segundo, de posesión: solicitar objetos en poder del cliente como la tarjeta de crédito o el teléfono móvil, dispositivo al que nos puede enviar un mensaje de texto (SMS), una notificación o un correo electrónico para confirmar la operación. Y, tercero, la inherencia: aquella verificación biométrica que se realiza a través de parámetros físicos como, por ejemplo, la huella dactilar, el reconocimiento facial o el iris ocular. Una vez estén verificados dos de estos tres factores, se dará luz verde a la operación con total seguridad.

Estos filtros son muy importantes cuando el usuario accede a su cuenta bancaria para realizar alguna operación. Por ejemplo, si tiene que enviar un Bizum o transferencia telefónica; o al comenzar una transacción de pago electrónico, como suscribirse a la versión premium de un periódico o comprar en una tienda online. Del mismo modo, hay que tener especial precaución con las redes sociales (nunca se debe abrir un archivo sin comprobar su origen), cerrar cualquier web cuando el navegador te indique que no es un sitio seguro, no aceptar archivos de contactos desconocidos y realizar copias de seguridad de los archivos periódicamente. Además, hay que evitar el uso del Wi-Fi abierto o gratuito (sin contraseña, sin cifrar) y nunca se debe utilizar la misma contraseña, especialmente en la cuenta bancaria. En cualquier caso, y al margen de estas precauciones, lo mejor para estar protegido es instalar un antivirus y mantenerlo actualizado.

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