Terapia familiar e intervención individual: un modelo integrador frente al trauma
El individuo no es un ser aislado sino que forma parte activa de distintos grupos, que actúan sobre él e interactúan entre sí. Todo ser humano forma parte de un sistema: en casa o en el trabajo, todo el mundo influye, de alguna manera u otra, en quien le rodea porque forma parte de una red o sistema más amplio. Ya lo decía Ortega y Gasset en 1914: “Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo”. Es esta interacción con los demás la que determina en gran medida un funcionamiento vital equilibrado.
Con el tiempo, los sistemas se modifican a medida que aparecen nuevos factores, y cada persona tiene sus fortalezas, resiliencia y recursos, que es lo que permitirá crear, o no, un entorno donde todo esté proporcionado, lo que favorece la salud y el bienestar. Es algo que saben bien en Ita salud mental —del grupo Clariane—, centrada en el tratamiento de problemas de salud mental y para la que la integración entre terapia sistémica e individual es algo vital. Y es algo de lo que han podido hablar estos días, en el marco de la formación sobre Intervención sistémica en trauma, con Mattteo Selvini, profesional de renombre y co-director de la Escuela de Psicoterapia Mara Selvini Palazzoli.
Terapia familiar sistémica
La terapia familiar aborda los problemas que presentan las personas en el contexto de sus relaciones con otros individuos y redes sociales. Se basa en la premisa de que, cuando algo afecta a un miembro, lo hace también a todos los demás. Asimismo, la fortaleza y la estabilidad de una unidad familiar pueden también brindar apoyo cuando un miembro necesita ayuda.
Como reconoce Selvini, el mundo sistémico está dividido en dos corrientes: una más clásica, más sistémica, y otra más individual. Para el experto, la clave en un futuro está en integrar las distintas corrientes de la psicoterapia, donde lo sistémico y lo individual se integren.
Una evolución necesaria ya que, tras 45 años de dedicación y experiencia, y aunque los beneficios de esta orientación sistémica han sido relevantes, también se han percibido ciertos límites. Por ello, Selvini apunta que ahora la clave es conocer cómo integrar el trabajo con toda la familia y con la pareja, con el trabajo individual, que es el cambio que a día de hoy se está viviendo. Una modificación que viene dada sobre todo por la idea de que los tipos de personalidad, es decir, las variables individuales, también tienen cabida, algo que la terapia sistémica clásica no contemplaba hasta hace poco. Y es algo que también tienen en cuenta en Ita, donde terapeutas sistémicos trabajan con otros especialistas.
Reconocer el trauma, comienzo de la resiliencia
Todo este progreso es determinante si tenemos en cuenta que, como reconoce Selvini, entre el 80% y el 90% de la población general tiene experiencias traumáticas o complejas. ¿Cómo es la respuesta a estas experiencias? Aunque cada persona es distinta y actúa de manera diferente, la mayoría tiene la capacidad de superar ciertas situaciones para cambiar el rumbo de su vida y resurgir de cualquier contratiempo.
Es lo que se conoce como resiliencia, una manera de proteger su salud mental y de contar con estrategias de afrontamiento específicas. Algo que, si no se tiene, puede llegar a transformar el trauma en trastorno mental. Y es precisamente en esta dirección en la que los profesionales de la salud mental ayudan a las personas a recuperar sus recursos de resiliencia. Si el trauma no se resuelve y no se trata, puede ser difícil tener relaciones sanas en un futuro.
La huella del trauma individual en el entorno
El trauma es una reacción emocional a un episodio angustiante, y puede proceder tanto de eventos traumáticos importantes como incidentes menores. Suele ser una herida invisible sin cicatrizar que permanece activa en la forma de relacionarnos con los demás. Esto afecta a una persona de distintas maneras y sus secuelas varían: puede cambiar la manera de actuar con el mundo y afectar a las relaciones al cambiar la forma de relacionarse con uno mismo y con los demás. Esta experiencia, además, suele poner a prueba la capacidad de la persona para integrar y comprender sus emociones y percepciones, dejando un impacto en su salud mental y emocional.
Selvini afirma que hay traumas individuales que van a traumatizar a toda la familia porque no son un hecho totalmente individual. Esto explicaría por qué no se puede trabajar de manera aislada, sobre todo si el trauma afecta de forma directa en el seno de una familia, como un abuso o una violencia.
En este caso, el trabajo con la familia, en el que intervenga un equipo de profesionales, es fundamental. Para Selvini, la idea de base sistémica es no dejar al terapeuta solo: tiene que trabajar en equipo, como integrante de una red, en una especie de co-terapia, en el que también participen parejas, padres o hermanos de los pacientes.
Pero en ocasiones, cuando hay traumas escondidos, es importante ser más flexibles y pensar en proyectos terapéuticos más específicos porque puede ser que la sesión colectiva no sea la indicada. De ahí que Selvini destaque la importancia de generar planes terapéuticos bien pensados y específicos para cada caso.
Para llegar a este punto es clave tener en cuenta algunos aspectos. Uno de los más importantes es la formación del terapeuta, que es la que le capacita para trabajar y tratar los problemas, una formación que debe ser constante y permanente. Pero también, y en el plano más personal, el trabajo sobre sí mismo. Para Selvini, la labor que uno hace sobre sí mismo debe permitir ver qué hay en su personalidad que pueda influir en su vida profesional y, por tanto, qué puede hacer para sumar en la terapia.
Al igual que para Matteo Selvini, para Ita salud mental, es primordial mantener a los equipos actualizados y ofrecer formaciones de calidad con la misión de ofrecer el mejor tratamiento a los y las pacientes. Gracias a formaciones como esta, los profesionales de Ita aprenden de referentes del ámbito de la salud mental y adquieren nuevos conocimientos y perspectivas que pueden aplicar en el tratamiento y el cuidado que se ofrece a las personas.