Viento del Norte es el contenedor de opinión de elDiario.es/Euskadi. En este espacio caben las opiniones y noticias de todos los ángulos y prismas de una sociedad compleja e interesante. Opinión, bien diferenciada de la información, para conocer las claves de un presente que está en continuo cambio.
Señora Murga, no vamos a participar en otra OPE
El anuncio esta semana de un nuevo modelo de OPE por parte de Osakidetza nos ha dejado cuando menos perplejos. Después de constatar estadísticamente y con testigos que el examen puesto por el tribunal (el práctico) se filtra sistemáticamente, ahora la consejera se anima a consensuar con nadie (todos los sindicatos de la mesa sectorial se han desmarcado de la propuesta incluidos los firmantes de la última OPE) que los tribunales tengan aún más poder de decisión dando más valor al examen teórico en la nota ponderada y sacándose de la manga los proyectos y entrevistas personales.
Resulta evidente que existe NULA VOLUNTAD por parte de la empresa, y del Gobierno vasco por ende, de acabar con el sistema corrupto de caciques y vasallos. La supuesta medida de seguridad que han tomado, elegir por sorteo los tribunales (propuesta que le hicimos nosotros al Ararteko cuando nos recibió después de que estallase el escándalo), es una patraña descomunal. Nuestra propuesta iba ligada a quitarle a estas personas el poder de decidir y, por lo tanto, de delinquir y la única manera de hacerlo es que actúen como meros supervisores del proceso, haciendo de árbitros cualificados en la anulación o no de preguntas, por ejemplo.
La elaboración de las preguntas nunca debe de corresponder a los que observan su idoneidad así como un instructor no juzga después la causa. Hay que recordar que no estamos hablando de un examen al uso, en el tribunal no hay cátedra, no se evalúa algo enseñado previamente, se ordena por un mérito, en este caso el conocimiento y la capacidad de realizar un examen, a unos candidatos a una plaza y este valor se añadirá a otros tantos para configurar una lista definitiva. No hay pues libertad de cátedra; el tribunal debería de ser algo similar a un presidente de mesa electoral, la autoridad que se encarga de que las cosas se realicen como se debe según el reglamento establecido.
Resulta evidente también que se pueden elegir mil maneras de ordenar candidatos a una plaza minimizando el riesgo de fraude pero para ello hay que pensar de forma diametralmente opuesta a como lo ha hecho esta gerencia de Osakidetza y la Consejería de Salud. Es palmario que todas las medidas que se pretenden implementar están encaminadas a dar más poder a las jefaturas de servicio y tapar el escándalo con la complicidad de prácticamente todos los estamentos médicos de Euskadi. Elegir entre unos cuantos profesionales a los miembros de los plenipotenciarios tribunales es un fraude. Todos o casi todos los candidatos han salido de una OPE amañada y se deben a un sistema clientelar que con este nuevo modelo NO HACE MÁS QUE AFIANZARSE.
Una forma fácil, barata y segura de hacer una OPE es dejando sólo un examen tipo test elaborado el día de la prueba a partir de un banco de preguntas. Esas preguntas estarían elaboradas por expertos de otras comunidades seleccionados por el IVAP y las preguntas serían traducidas y custodiadas por el mismo. La trazabilidad de todas las preguntas estaría garantizada, la probabilidad de filtración sería mínima y en caso de producirse quedaría registrada. Haciendo un banco de, por ejemplo, mil preguntas sería sencillo que un ordenador eligiese al azar las 100 preguntas más diez de reserva poco antes de la realización del test. Después sólo habría que encargar otras 110 preguntas para rellenar ese banco. Está claro que a la hora de evitar la corrupción nada es infalible, pero comparado con la propuesta que ha presentado la consejera es un misil dirigido por láser contra una escopeta de feria.
Otra opción es consolidar empleo de forma directa por méritos. Es algo que no entendemos que no se plantee porque supone eliminar las costosísimas OPE y puede ser un motivo para atraer profesionales en un momento, recordemos, en el que va a haber seguro mayor falta de médicos en poco tiempo. El 40 % de los médicos tienen más de 55 años, un 22 % más tienen entre 45 y 55 años y en los próximos años se van a jubilar 70.000, así que es más que probable que haya una necesidad imperiosa de captar profesionales. Igual asegurando un contrato estable con los méritos conseguidos en unos años de eventualidad es un plus que puede hacer decidirse por esta empresa a los posibles candidatos sin menoscabar los principios de igualdad, mérito y capacidad.
Sea como fuere lo que tenemos claro es que nosotros no vamos a participar en una OPE con las características que ha planteado la Dirección General y la Consejería, entre otras cosas porque sería inútil el esfuerzo. La letra escarlata que llevamos en la frente haría imposible que consiguiésemos plaza con este modelo en el que el anonimato del candidato brilla por su ausencia y, además, por principios nos negamos a participar en megaproducciones teatrales (recordemos que el proceso selectivo cuesta millones de euros) para el regocijo de jefes y beneficiarios de plazas.
Llegados a este punto creemos que ya es una realidad que ni la administración ni el colectivo médico desean cambiar el sistema corrupto de asignación de plazas. Los apoyos por parte del colectivo médico han sido puntuales y nada organizados y en cambio hemos visto como algunos lanzaban bochornosos escritos en defensa de las personas investigadas y del “honor de Osakidetza”, así en general.
Entendemos que somos un poco peculiares, no hemos venido a hacer amigos y entendemos que muchos no quieran unirse a nuestro, digamos, colectivo. Lo que nos resulta mucho más lamentable es que no se hayan creado otros más moderados o más radicales o más educados o mejor vestidos, lo que sea. Nadie ha aprovechado el tirón para tratar de acabar con este sistema. Sentimos una profunda tristeza por este motivo sobre todo en comparación con el orgullo que nos produce sentir el calor del resto de colectivos de la empresa. Gracias de corazón a todos ellos y gracias también a los ciudadanos de Arrasate que nos muestran su apoyo muchas veces en persona y otras veces de forma más espectacular, como ocurrió en la fiesta de Maritxu Kajoi de este año, en la que se obró el milagro de que las elegantes personas allí congregadas recibieran plantillas rellenadas con las respuestas correctas para un examen de OPE de Osakidetza; fue un gesto que nos emocionó y nos consiguió desternillar a partes iguales. Nos identificamos más con la sorna de la cultura popular que con la ranciedad y la cobardía de un colectivo médico que no ha sabido estar a la altura.
*Manoel Martínez, Marta Macho y Roberto Sánchez son los anestesistas que denunciaron las irregularidades en la OPE de Osakidetza
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