La educación vasca pierde más de 5% de alumnos en los primeros cursos en un solo año y tiene a la mitad en la privada

Un total de 366.000 alumnos de educación no universitaria -un 1,4% menos que el año pasado en total y hasta un 5% en los cursos iniciales- han iniciado este miércoles el nuevo curso escolar en Euskadi, en el que el consejero de Educación, Jokin Bildarratz, se ha marcado el reto de combatir el “impacto” de la pandemia, tanto en lo que se refiere a la salud física y emocional de los alumnos, como en la propia educación. Además, ha reafirmado su apuesta por alcanzar un pacto sobre el que articular el modelo educativo en las próximas décadas.

Bildarratz ha visitado este miércoles el Centro de Educación Infantil y Primaria Luis Elejalde-Rogelia de Álvaro de Vitoria con motivo del inicio del nuevo curso 2021-2022, que se desarrollará con medidas preventivas frente a la COVID-19 similares a las del pasado, aunque se recuperarán las actividades extraescolares suspendidas en el ejercicio 2020-2021 por causa de la pandemia, informa Europa Press.

El CEIP Luis Elejalde-Rogelia de Álvaro es un centro público que presta atención educativa al barrio de El Pilar, con algo más de 400 alumnos de Educación Infantil y Primaria en sus aulas (alumnado de 2 a 12 años). El centro consta de dos líneas en modelo lingüístico 'D', en el que cerca de 45 profesionales docentes se ocupan de la atención educativa de su alumnado. Tras realizar la visita al centro escolar acompañado por el equipo directivo, el consejero ha repasado los principales datos con los que comienza este nuevo curso escolar, el tercero consecutivo que se desarrollará bajo los efectos de la pandemia.

El curso 2021-2022 comienza en Euskadi este 8 de septiembre con 366.697 alumnos en las etapas educativas no universitarias, es decir, desde Educación Infantil hasta Bachillerato y Formación Profesional. Esta cifra representa un descenso del 1,41% respecto al curso pasado. La caída en el número de alumnos mantiene así su tendencia, debido al descenso de la tasa de natalidad, en las etapas inferiores. En Educación Infantil, la caída es del 5,08% en relación al pasado curso en la etapa 0-2 años, mientras que el descenso asciende al 6,21% entre los 3-5 años. En Primaria, el número de alumnos desciende un 1,79% este año. Tanto en la ESO como en Bachillerato, las cifras globales no presentan una variación significativa.

El 51,2% de las familias se decanta por la red pública para la educación de sus hijos, mientras que el 48,8% lo hace por la privada-concertada. En relación a los modelos lingüísticos, también sigue la tendencia de los últimos años. De esa forma, el 'modelo D' sigue siendo el más demandado entre el global del alumnado, y crece en la etapa de Infantil. En la franja de edad de 3-5 años, este modelo es el más demandado y sube 0,7 puntos, hasta situarse en el 81,9% del alumnado. El 'modelo B' es elegido por el 15,3%, y el 'modelo A', por el 2,9% de las familias en la citada franja de edad.

En la Formación Profesional, se dispone ya de datos de matrícula a fecha de 6 de septiembre, con 44.486 alumnos matriculados hasta ese día. El periodo de matriculación en la Formación Profesional permanece abierto hasta el 15 de junio, de forma que el alumnado que no participó en el proceso de admisión abierto en junio se podrá inscribir en las plazas que quedan libres.

Durante la intervención, el consejero ha puesto en valor la “magnífica labor” realizada por toda la comunidad educativa el pasado curso, así como la experiencia acumulada durante el anterior año. No obstante, se ha mostrado “prudente”, y ha recordado que la COVID-19 “sigue aún presente”. El Departamento de Educación mantendrá todos los refuerzos extraordinarios que se activaron el año pasado, tanto en medios materiales de higiene y seguridad, como en profesionales de refuerzo: profesorado, personal de limpieza, de comedores o de cocina.

Bildarratz ha mostrado su esperanza de que en este curso “se pueda hablar más de educación y algo menos sobre la pandemia”, y que el eje vuelva a ser una figura “fundamental” para la educación: la del profesor. Bildarratz ha expresado su deseo de que este curso sirva para que la figura docente “recupere el prestigio social que le corresponde”, tras haber demostrado “su compromiso y toda la aportación que realiza a la sociedad”. Entre los retos para el nuevo curso, ha destacado la necesidad de garantizar el bienestar emocional y la salud mental, tanto del alumnado, como del profesorado. Con ese fin, se pondrán en marcha actuaciones educativas “que permitan minimizar el impacto negativo” de la pandemia.

El Departamento de Educación también impulsará programas de liderazgo educativo y de digitalización, así como acciones para dotar de mayor autonomía a los centros con una “mayor complejidad”. También se impulsarán programas para mejorar la comunicación en un contexto plurilingüe, y se desarrollará una estrategia para “reforzar una escuela plural e inclusiva”. El consejero ha reiterado la necesidad de trabajar por una actualización y modernización del sistema educativo, para lo que considera que se ha de definir “una estrategia común, en la que agentes educativos y políticos acuerden los principales retos y estrategias para los próximos años”.

“Tenemos que seguir trabajando conjuntamente para mejorar, en beneficio de la sociedad. Vamos a esforzarnos en lograr un acuerdo lo más amplio posible entre toda la comunidad educativa”, ha manifestado. A su juicio, existe la oportunidad de “modernizar, actualizar y mejorar” la educación a través de un nuevo pacto educativo entre partidos políticos, agentes sociales y comunidad educativa, para lo que ha propuesto “acordar una base que nos sirva para responder a los retos y objetivos de los próximos 30 años”. “Sé que el acuerdo siempre es complicado, pero estoy convencido de que en este ámbito, y en este momento, vamos a ser capaces de acercar posturas y trabajar codo con codo”, ha señalado.