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Fallece Joseba Arregi, el portavoz más longevo del PNV que se reconvirtió en crítico con el nacionalismo y en voz de las víctimas

Joseba Arregi, en un acto de Covite

Iker Rioja Andueza

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El político, teólogo y sociólogo Joseba Arregui Aranburu, natural de Andoain, ha fallecido a los 75 años después de una larga enfermedad, según se ha conocido este martes. Arregi inició su trayectoria vinculado al nacionalismo vasco y llegó a ocupar importantes cargos públicos y orgánicos con el PNV, entre ellos el de portavoz del Gobierno con el lehendakari José Antonio Ardanza y el de miembro del Euzkadi Buru Batzar (EBB). Sin embargo, al final de su vida dejó el PNV, fue alejándose del mundo abertzale y abrazó el constitucionalismo y la dura crítica a la gestión del final de ETA.

“El proyecto por el que ETA mató sigue vivo y animando propuestas políticas para la definición del futuro político de la sociedad vasca [...] al servicio de un proyecto excluyente de una parte de la sociedad vasca, con la intención de imponer una visión única y homogénea de la sociedad vasca, negando su pluralismo y por lo tanto su libertad”, escribía en 2019 en 'El Mundo'. Una de sus últimas participaciones públicas se dio a finales de 2020 en un acto organizado por la Fundación Fernando Buesa, una de las organizaciones de víctimas de ETA a las que se había aproximado. “Tengo miedo de que entre tanta palabra y tanta imagen quede escondido el grito de silencio de los asesinados”, manifestó detrás de una mascarilla.

Arregi nació en 1946 en el seno de una familia euskaldun y nacionalista. Como tantas personas en la época, estudió en un seminario -fue ordenado sacerdote, según la agencia Efe-, aunque también se pudo formar en universidades de Alemania. Casado y con tres hijos, su hermano era el impulsor del euskera en la dictadura Rikardo Arregi. Afiliado al PNV en la organización municipal de Zarautz, empezó como secretario general de Política Lingüística en los primeros Gobiernos autonómicos tras la aprobación del Estatuto de autonomía. Después pasó a ser consejero de Cultura (1987-1995), donde fue uno de los promotores de lo que en 1997 se convirtió en el Guggenheim de Bilbao y ha sido la persona que más años ha ejercido de portavoz del Gobierno vasco en democracia (1987-1995) junto con Josu Erkoreka (2012-2020).

A nivel interno, fue miembro de la Ejecutiva guipuzcoana del PNV y asumió importantes funciones de reorganización del aparato después de la traumática ruptura con Carlos Garaikoetxea, que cristalizó en 1986 con la escisión de EA. Fue precisamente en Gipuzkoa donde más afectó este cisma. Fue también miembro del Euzkadi Buru Batzar, el máximo órgano de dirección del PNV. Tuvo un escaño en el Parlamento hasta 2001, año en el que dejó la primera línea política. Sin embargo, no fue hasta 2004 cuando abandonó el PNV. Fue precisamente ése el año en que se presentó al Congreso de los Diputados el denominado 'plan Ibarretxe'. Desde el pacto de Lizarra, Arregi había criticado el giro soberanista del nacionalismo vasco. Plasmó sus desavenencias en ensayos y artículos de opinión en medios de comunicación.

En 2004 participó ya en la creación de la plataforma 'Aldaketa-Cambio por Euskadi', cercana al PSE-EE y que defendía la vigencia del Estatuto de Gernika frente al 'plan Ibarretxe'. Fue el primer presidente de este grupo. Hasta 2011 fue profesor en la Universidad del País Vasco (UPV/EHU). En 2013, Covite propuso a Arregi como comisionado para los Derechos Humanos y la Convivencia, cargo que finalmente recayó en Jonan Fernández dentro del primer Gobierno de Iñigo Urkullu. En 2018, impulsó con personas de la órbita de UPyD como Maite Pagazaurtundua o Fernando Savater un manifiesto contra la impunidad tras el final de ETA.

El lehendakari, Iñigo Urkullu, ha iniciado un discurso en un acto público ya programado con un recuerdo a Arregi. También ha subrayado que es el tercer exconsejero que fallece en fechas recientes después de Francisco Egea y Pilar Unzalu, ambos socialistas. Bingen Zupiria, el actual portavoz del Gobierno vasco y también consejero de Cultura -el mismo cargo que tuvo Arregi durante tantos años-, ha asegurado que asumió “grandes responsabilidades” en la labor de revitalizar el euskera y la cultura vasca tras la dictadura. Su expartido, el PNV, también ha compartido una despedida en redes sociales.

La secretaria general del PSE-EE y vicelehendakari, Idoia Mendia, ha dicho “recibir con dolor” la noticia de la muerte de un “firme defensor del Estatuto”, un “intelectual valiente” que tuvo siempre como prioridad a las víctimas del terrorismo“. El exdirigente socialista Eduardo Madina lo ha definido como ”una de las brújulas“ en un ”País Vasco de sangre“.

El lehendakari de 2009 a 2012, Patxi López, ha destacado su figura como un “defensor del autogobierno” y de la memoria de las víctimas. Carlos Iturgaiz, presidente del PP vasco, ha señalado que Arregi era “un gran hombre”. Consuelo Ordóñez, de Covite, lo ha definido como “referencia intelectual” en el combate contra ETA cuyas “palabras y enseñanzas pervivirán”. Florencio Domínguez, director del Memorial de Vitoria, ha calificado a Arregi como uno de los “padres” de ese proyecto.

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