El Gobierno vasco defiende flexibilizar la fecha de 2035 para vetar a los vehículos de combustión: “No está funcionando”
El Gobierno vasco es partidario de la “flexibilización de la fecha de 2035 como límite para la venta de los coches de combustión interna” que ha impuesto Europa. En opinión del consejero de Industria,Transición Energética y Sostenibilidad, Mikel Jauregi, ese modelo de transición “no está funcionando”. En este sentido, Jauregi ha puesto de manifiesto la apuesta vasca por una flexibilización de los plazos y ha apostado por “la descarbonización del sector de la automoción desde la neutralidad tecnológica para avanzar hacia una movilidad más sostenible y afianzar la competitividad del sector”.
El consejero ha presidido este lunes por la tarde la primera reunión de la mesa de la automoción, dentro de los encuentros sectoriales que el Gobierno vasco está manteniendo con los sectores más afectados por la imposición de los aranceles por parte de la administración estadounidense de Donald Trump. La pasada semana de se reunió la mesa de la siderurgia. La automoción es el segundo sector que tendrá encuentros específicos, además de la fabricación avanzada, que se reunirá la semana próxima.
Antes de iniciarse el encuentro, el consejero ha señalado que precisamente esta situación de los aranceles que afecta de lleno al sector de la automoción, es un escenario que ha puesto de manifiesto “la situación de debilidad que atraviesa actualmente la automoción en Europa, marcada por la transición energética hacia un vehículo eléctrico, la presión regulatoria y la desaceleración de la demanda”. El consejero ha señalado que la semana pasada expuso en Múnich ante la Alianza europea de Regiones de la Automoción, así como ante el ministro Carlos Cuerpo en el Consejo Interterritorial de Internacionalización de Valencia, “el compromiso firme del Gobierno vasco con la descarbonización del sector de la automoción, desde la neutralidad tecnológica”.
El Gobierno vasco hace ya tiempo que tiene clara esta apuesta de “neutralidad”, es decir, avanzar hacia el coche eléctrico sin penalizar al diesel o gasolina. De hecho, el último plan renove lanzado por el Gobierno vasco financiaba la compra de un coche nuevo, sin importar si este era diésel o gasolina, al considerar que los posibles compradores acaban inclinándose por uno de segunda mano antes que por uno eléctrico, de precios muy elevados.
Junto al Gobierno vasco se han sentado en la reunión para analizar salidas al sector de la automoción, la diputada foral vizcaína de Promoción Económica, Ainara Basurko, representantes de las empresas CIE Automotive, Gestamp, Grupo Mondragón, Mercedes, Tenneco, Tecnia, Gureak Industrial, Alcorta Forging Group, así como del clúster Acicae, de la Cámara de Comercio de Bilbao y de Confebask. “Queremos ofrecer certezas en un momento complejo. Nuestro compromiso es proteger el empleo y acompañar a nuestras empresas en su adaptación a los retos de los aranceles y la transición hacia una automoción más sostenible”, ha señalado Jauregi.
El sector vasco de la automoción, altamente internacionalizado y con presencia productiva en Estados Unidos y México, es uno de los más expuestos a la evolución de la política arancelaria. Según los datos que maneja el Gobierno vasco, aunque las exportaciones directas a Estados Unidos suponen solo el 8% de las ventas vascas a ese mercado (164 millones de euros, equivalentes a menos del 2% del total sectorial, “presenta una elevada exposición indirecta por su integración en las cadenas de suministro de Francia y Alemania, principales exportadores europeos de vehículos a estados Unidos”. Se trata de un sector muy internacionalizado con 20 plantas de fabricantes vascos en Estados Unidos y 50 plantas en México, desde donde se exporta a los clientes de automoción estadounidense, plantas que están pendientes igualmente de la negociación arancelaria entre México y Estados Unidos.
Actualmente, el sector vasco de automoción tiene un 27,5% de arancel (el 25% más un 2,5%). Según el acuerdo negociado con Estados Unidos, se aplicará el 15% desde el primer día del mes en que la Unión Europea inicie el procedimiento legislativo de rebaja arancelaria que le corresponde. Esto quiere decir que el impacto sobre los 164 millones de exportaciones vascas a Estados Unidos, supondría un sobrecoste de 24,6 millones, si se aplica el 15%, o de 45 millones de euros, si el arancel fuera del 27,5%.
1