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Así es Hiru, el sindicato nacionalista que tiene en jaque a la industria vasca

Marcha convocada por el sindicato Hiru a su paso por el polígono de Miramón, en San Sebastián.

Belén Ferreras

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Poco más de 700 afiliados del Hiru, el 'sindicato vasco de transportistas autónomos de Euskal Herria', tiene a toda la industria vasca, al sector de la alimentación y a los arrantzales conteniendo la respiración. A este sindicato no le sirve el acuerdo al que han llegado las empresas de transporte con el Gobierno, que es del todo “insuficiente”, dicen, y ha pospuesto hasta el domingo en una asamblea de afilados que celebrarán en Alsasua (Navarra) su decisión sobre si sigue o no con la huelga. Pero el hecho de que la Plataforma por la Defensa del Transporte convocante del paro, haya decidido seguir adelante con la huelga tras reunirse este viernes con la ministra de Transporte, no augura buenas noticias tampoco en Euskadi. Además, los transportistas autónomos del Puerto de Bilbao, que secundan el paro, estaban mayoritariamente a la espera de lo que se decidiera en Madrid. Es decir, de momento, todo indica que el paro seguirá, también en Euskadi.

Si algo ha demostrado Hiru a lo largo de su historia es que tiene capacidad de movilización suficiente como para compensar no representar a la mayoría del sector del transporte. Sindicato cercano a la izquierda abertzale, comparte pancarta habitualmente con el resto de las centrales nacionalistas ELA, LAB, ESK, Steilas o EHNE en las distintas movilizaciones que convocan. La última, por ejemplo, la que se celebró en contra la reforma laboral que aprobó finalmente el congreso, participaron en la última huelga general convocada por todas las centrales nacionalistas que se celebró a principios de 2020, y son habituales en las concentraciones de estos sindicatos a favor del acercamiento de los presos de ETA

Durante todas las intervenciones que han realizado sus principales dirigentes durante este paro, no se han cansado de advertir de que sus reivindicaciones van mucho más allá del precio del gasóleo: quieren hablar sobre facturas, juntas arbitrales del transporte, exámenes de capacitación y formación reglada, la jubilación a los 60 años y el reconocimiento de las enfermedades profesionales de los trabajadores del sector, … y también la eliminación de los peajes que las diputaciones vascas han impuesto para el paso de camiones y que este sindicato ha convertido en un auténtico 'caballo de batalla'. De hecho, Hiru se querelló contra Aintzane Oiarbide, diputada foral de Infraestructuras Viarias, y Bidegi, la sociedad que se ocupa de las carreteras en la Diputación de Gipuzkoa, por mantener el cobro del peaje en la N-I después de que el Tribunal Supremo anulara la norma foral que amparaba el canon que se cobra a los camiones que circulan por esta vía. El Juzgado rechazó las querellas, pero Hiru recurrió esta decisión. Ahora la Diputación de Bizkaia también quiere imponer esta medida, por lo que se abre una nueva vía de conflicto entre el sindicato y las Haciendas forales.

Hiru arrancó el pasado jueves el compromiso del viceconsejero de Transportes del Gobierno vasco de que se intentaría concertar un encuentro con Ejecutivo y Diputaciones forales, pero está por ver si se celebrará dicha reunión si se mantiene el paro. Hay que tener en cuenta que muchas de las reivindicaciones de los transportistas escapan a las competencias del Ejecutivo autónomo.

Los arrantzales pendientes del paro

Mientras tanto, la posibilidad de que el paro se alargue lleva al límite a cada vez más sectores. Los arrantzales de bajura tienen pensado salir a pescar a partir del martes porque corren el riesgo de perder toda la campaña de la anchoa y el verdel. Según señala Miren Garmendia, secretaria de la Federación de Cofradías de Gipuzkoa, esta parada de 15 días obligados por la falta de transporte les está haciendo perder parte de las capturas más importantes del año, ya que la anchoa suele desaparecer del Cantábrico en abril. En campañas normales estaban entrando a puerto unos 10.000 kilos diarios por día, lo que supone, según señala Garmendia, que en 10 días han perdido unos 100.000 euros solo con la anchoa. En principio, la idea es salir a faenar “pero si no tenemos garantizado el transporte es complicado”, reconoce. Desde la industria, las patronales están dando la voz de alarma sobre una situación que no puede alargarse y prevé paradas de producción en cadena y avalancha de ERTE.

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