PNV y PSE-EE miran a Podemos para salvar sus presupuestos forales de 2026 en Álava y en Gipuzkoa
PNV y PSE-EE gozan de mayoría en el Parlamento Vasco, y también en Bizkaia. Aprobarán sí o sí los presupuestos de 2026 próximamente, independientemente de sus relaciones con la oposición. De hecho, lo utilizan para poner en valor la estabilidad que ofrece Euskadi en contraste con España y Francia. Pero no ocurre lo mismo en Álava y en Gipuzkoa. Con las opciones de EH Bildu -socio alavés en 2025- y PP -apoyo guipuzcoano en 2025- alejadas, nacionalistas y socialistas miran a Podemos, que en el caso de Álava aún opera en coalición con IU, y cuyos votos pueden ser decisivos. La formación morada, que quedó fuera en las autonómicas de 2024 y que ahora está liderada por Richar Vaquero, exprime así su protagonismo institucional en Euskadi.
En Gipuzkoa la tramitación va algo más adelantada. La diputada general, Eider Mendoza, no ganó las elecciones y fue investida con el apoyo externo no solamente del PSE-EE, con el que gobierna, sino del PP. Ese primer año no pudo aprobar las cuentas y para el segundo volvió a mirar a la derecha. En Álava, hace dos años hubo también prórroga por falta de apoyos, pero el pasado ejercicio se encontró receptividad en EH Bildu. En este juego de la geometría política variable, este 2025 ya habido un acercamiento de PNV y PSE-EE con Podemos. Fue el socio para la reforma fiscal, cerrada en primavera. Son ajustes que se presentaron para incentivar áreas como la vivienda, aunque la previsión es que dejen 335 millones menos en 2026 en las tres Haciendas forales.
En 2023, Podemos concurrió a las elecciones forales como cabeza de la coalición Elkarrekin, con IU y las pequeñas formaciones ecologistas Alianza Verde y Equo. En 2024, sin embargo, IU fue a las autonómicas con Sumar. En 2025, este partido no participó en la reforma fiscal de PNV, PSE-EE y Podemos y lanzó duras críticas. Ahora, según las fuentes consultadas, va “al alimón” de sus todavía socios en las conversaciones con el Gobierno foral de Ramiro González. En el caso de Gipuzkoa, los dos escaños de Elkarrekin son de cargos de Podemos.
En Gipuzkoa, su portavoz, Miren Echeveste, ha visto “buena disposición” en el Ejecutivo foral para cerrar un acuerdo. Y Mendoza, la diputada general, ha dicho que “pinta bien” con la formación de izquierdas. En una entrevista con este periódico, el líder de los socialistas guipuzcoanos, José Ignacio Asensio, también alentó esa opción. “Viniendo de un acuerdo fiscal con Elkarrekin, si queremos materializarlo y que también tenga un reflejo presupuestario, puede ser un buen socio”, manifestó. De momento, quedan seis días para que se voten las enmiendas de totalidad. Solamente la ha registrado EH Bildu, por lo que la opción del PP no está aún cerrada del todo tampoco. Las fuentes consultadas apuntan, eso sí, a más contactos con Podemos “a principios de semana”. El plazo último para cerrar la cuestión lleva al 15 de diciembre, momento en que se discuten las enmiendas parciales en comisión, aunque técnicamente la votación final es el 19 en pleno.
¿Qué piden los morados? Sus 69 enmiendas suman 50 millones, pero Echeveste, públicamente, viene acotando a cuidados (reducción de copagos), condiciones laborales en los servicios sociales, gestión forestal y transporte público las prioridades. Por ejemplo, plantean que LurraldeBus sea una entidad pública como DBus en Donostia y que el sistema Mugi mejore sus tarifas para colectivos con necesidades especiales. Y plantean que eso se financie con recursos de los peajes de Bidegi. Esimprescindiblee el voto favorable de Podemos, ya que una abstención no es suficiente dado el reparto de escaños. El partido no sometería a consulta de sus bases la decisión de pactar con PNV y PSE-EE, extremo que podría introducir otro elemento de incertidumbre política y que ya se descarta.
En Álava, en cambio, el escenario es aún más complejo. La coalición Elkarrekin ha presentado ya enmienda de totalidad como los otros partidos de la oposición, EH Bildu, PP y Vox. Ahora mismo, la votación dejaría 27 procuradores en las Juntas Generales de Álava a favor de la retirada de las cuentas y solamente 24 a favor. Y un matiz añadido: a González tampoco le vale con la abstención de los tres representantes de la coalición de izquierdas, porque un empate también hace decaer las iniciativas. Necesita un 'sí' y la “llave” para que Elkarrekin cambie de postura y se avenga a negociar partidas está fuera del marco presupuestario, en el conflicto de las residencias privadas.
“Tras más de cincuenta días de huelga y seis años de conflicto abierto, las negociaciones por un convenio provincial digno para las trabajadoras de residencias privadas y viviendas comunitarias de Álava, a día de hoy, continúan bloqueadas. Lo que nos estamos jugando, además de unas condiciones laborales dignas para este ejército de mujeres precarizadas, trabajando en condiciones vergonzosas para nuestra sociedad, es un sistema de cuidados responsable y sostenible, ante la acelerada privatización y pérdida de calidad a que la Diputación está condenando al sector. De ello depende la calidad de los cuidados de nuestras personas mayores y nuestros familiares dependientes”, argumenta el portavoz alavés, David Rodríguez.
“Solucionar este conflicto es la condición 'sine qua non' y la llave para que podamos sentarnos a negociar. Si quieren contar con nosotras en este proceso, la Diputación debe poner pies en pared y asumir de una vez su responsabilidad en este conflicto dándole una solución con garantías. Debe poner fin a esta situación sangrante que afecta a derechos laborales y a la propia calidad de los cuidados que reciben nuestras personas mayores. En ese caso, negociaremos con la mejor voluntad y cargados de propuestas. Con lealtad y con la mejor disposición para encontrar un acuerdo que sea bueno para la ciudadanía alavesa. Pero antes, por responsabilidad y justicia, no”, ha añadido. IU sí confirma que sometería un posible acuerdo a la ratificación de su asamblea.
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