“Siento que me han robado a la cara”
José Ángel, junto a su mujer y sus hijos de 14 y 8 años, vive en una situación de “impotencia y de nerviosismo total”, ya que su vivienda puede ser subastada el próximo 6 de marzo, después de ser víctima de una estafa en 2005, corroborada por la audiencia de Gipuzkoa. El Banco Santander aceptó unas letras de cambio por valor de 58.000 euros, a pesar de no haber fondos en la cuenta y de que no llevaban su firma.
A pesar de ganar este juicio, la entidad no asume su responsabilidad en el fraude y exige a este vecino de Errenteria que firme un nuevo préstamo para hacer frente a esa deuda, la cual ha ido pagando mes a mes, junto con la cuota de su hipoteca hasta que en enero de 2012 se quedó sin trabajo. Tras unos meses el Banco Santander inició el proceso de ejecución hipotecaria, cuyo primer paso es la subasta de la vivienda familiar, sin “querer llegar a ningún tipo de negociación, lo que provoca que me tenga que ir a la calle con mis hijos”, denuncia el afectado.
José Ángel ha interpuesto una demanda contra la entidad por los daños y perjuicios sufridos por la estafa y la vista está fijada para el 12 de mayo, pero es demasiado tarde teniendo en cuenta la fecha de la subasta, 6 de marzo. Por ello, ha presentado también una demanda en el juzgado de lo mercantil para paralizar la subasta, y así agotar todas las vías posibles para llegar a la situación menos deseable.
Más de un centenar de vecinos de Errenteria se han concentrado frente al Banco Santader de la localidad para solicitar que paralice el proceso de desahucio y se abra una vía de negociación para llegar a un acuerdo satisfactorio y “sin mayor perjuicio para esta familia doblemente afectada”. Además, han realizado una marcha hasta el Ayuntamiento en la que han participado varios concejales, quienes este pasado miércoles aprobaron una moción por unanimidad en el pleno, donde han mostrado su apoyo a la familia en el proceso de negociación y han enviado una carta al Banco Santander pidiendo que “paralice absolutamente todo”.
José Ángel, visiblemente afectado, ha denunciado que “le han robado a la cara” y que “ya es hora de que el Banco Santander se baje los pantalones un poquito”, porque esto es “una injusticia”, por lo que espera que el juez paralice la subasta. Además, ha querido agradecer tanto a sus vecinos como al Ayuntamiento su apoyo, así como a los profesores del colegio de sus hijos que se han acercado a la concentración y que han llenado de pancartas de denuncia el centro escolar.