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Tres positivos más en la plantilla de la residencia de Vitoria en la que falleció una mujer de 84 años tras ser vacunada

Exterior de la residencia San Prudencio de Vitoria

Iker Rioja Andueza

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El alcalde de Vitoria, Gorka Urtaran, y la consejera de Salud, Gotzone Sagardui, han confirmado esta martes el fallecimiento por COVID-19 de una mujer de 84 años interna en la residencia municipal San Prudencio de Vitoria tras haber recibido la doble dosis de la vacuna de Pfizer, como publicó este periódico. Es el primer caso de estas características en Euskadi. Además, son tres más las personas afectadas por el brote de las últimas semanas en el centro, todos ellos trabajadores igualmente vacunados. Uno de ellos ha desarrollado síntomas.

“Empeoró y ha fallecido. Imagino que dentro del porcentaje de inmunidad, hay un porcentaje que queda fuera [...]. Estamos hablando de que las vacunas son eficaces al 98 ó 99%. No hay una garantía plena. A veces la vacuna no resuelve el problema. Estamos hablando de un caso entre millones de casos”, ha explicado en Radio Vitoria el alcalde de Vitoria. Sagardui, por su parte, también ha querido remarcar que es la excepción que confirma la regla: “Ustedes saben bien que la vacuna nos dota de un alto grado de inmunidad, de un alto grado de defensa. No es inevitable totalmente el contagio. Lo mismo ocurre con la sintomatología. Circunstancias como ésta pueden darse, pero la eficiencia de las vacunas está demostrando ser alta. Esperemos que desenlaces como éstos sean los menos”.

El positivo de la mujer fue detectado en una prueba PCR de control cuando iba a ser sometida a una prueba médica rutinaria. Entonces todavía estaba asintomática. Sin embargo, en la residencia empeoró, fue hospitalizada y falleció en Txagorritxu. Según Sagardui, “las circunstancias exactas del fallecimiento aún estarán por determinarse”, aunque las fuentes consultadas inciden en que no ha muerto “con” COVID-19 y por otras posibles patologías sino por la acción directa del Sars-Cov-2. Es algo que no había ocurrido desde que se generalizó la inmunidad en la red residencial de Euskadi, donde más de 1.000 mayores han perdido la vida en la pandemia. Es más, el único fallecimiento previo a este de Vitoria se había notificado en una residencia de Bilbao, Gazteluondo, y se trataba de una persona que había rechazado las vacunas. La consejera Sagardui ha apuntado que “la vacunación es un acto voluntario” pero ha pedido tener en cuenta su importancia ya que “es una decisión personal que además de tener una repercusión individual puede tener también una consecuencia colectiva, contagiar a otras personas”.

Aunque la transmisión no ha desaparecido del todo, los brotes también se han minimizado en esta fase. El principal se dio en el centro San Juan de Segura, con 24 afectados. Por efecto de la protección, todos ellos pasaron la cuarentena asintomáticos y bien de salud y recuperaron la normalidad unos días después. En este contexto, la consejera Sagardui ha destacado la importancia del mantenimiento de las medidas preventivas hasta que el virus desaparezca de la sociedad. “No se elimina el riesgo 100%. Siempre, aun vacunados, tenemos que mantener las medidas de protección”, ha remarcado.

En nuestros especiales interactivos, se pueden consultar todos los datos sobre la evolución de la pandemia en Euskadi, sobre los positivos y fallecidos en todas y cada una de las residencias de Álava, Bizkaia y Gipuzkoa y el avance día a día de la campaña de vacunación. También tenemos mapas con los brotes más destacados.

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