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Urkullu no espera “nada” ni del Supremo ni de Sánchez y se resigna a gestionar la pandemia al margen del estado de alarma

La consejera de Salud, Gotzone Sagardui, con el portavoz del Gobierno vasco, Bingen Zupiria

Iker Rioja Andueza

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El Gobierno de Iñigo Urkullu parece resignado a “atenerse al marco fijado” para gestionar la situación actual de la pandemia en Euskadi -la comunidad con la tasa de incidencia más alta de España, todavía en alerta roja- sin pelear por conseguir una vuelta al estado de alarma, su 'plan A' desde hace semanas por permitir restricciones “efectivas y eficaces” como el toque de queda nocturno o el cierre perimetral de la comunidad autónoma. “No estamos esperando a nada”, ha dejado claro el portavoz del Ejecutivo vasco, Bingen Zupiria, sobre las dos opciones que se le han puesto en la mesa al lehendakari, una recurrir al Tribunal Supremo el varapalo judicial a las medidas propias sin estado de alarma como ha hecho la comunidad de Canarias o, dos, plantear un estado de alarma localizado solamente en Euskadi.

Preguntado en repetidas ocasiones por los medios de comunicación tras la reunión semanal del Consejo de Gobierno, el Ejecutivo no se ha movido de una posición de resignación. Si llegare un pronunciamiento favorable al toque de queda de Canarias desde el alto tribunal, Euskadi lo “analizaría”, pero sin más pretensiones. “Ni vamos a cerrar todas las puertas ni vamos a abrir todas las puertas. Analizaremos el pronunciamiento judicial y si tenemos que adoptar algunas decisión la adoptaremos... o no”, ha asegurado a medio camino entre la ironía y lo críptico Zupiria. Más claro ha sido sobre el hipotético estado de alarma localizado, como el que hubo en Madrid justo antes del segundo estado de alarma general. Algunos ministros como Miquel Iceta, presente este lunes en Bilbao para la transferencia de Prisiones, abrieron la puerta a esa vía, pero ni en público ni en privado Euskadi lo tiene claro. Jurídicamente argumentan que solamente es viable si la calamidad que motiva el estado de alarma es “exclusiva” de un territorio o de parte de él y esto es una pandemia “global”. Políticamente -ha añadido Zupiria- Sánchez ha “desautorizado” a los ministros que habían apuntado esa vía.

De hecho, Zupiria ha leído la respuesta del presidente del Gobierno a la carta que envío el lehendakari el 22 de abril planteando una prórroga del marco excepcional. Ésa es la única guía “oficial” que maneja Urkullu sobre la postura real del Estado. Y en ella no hay matices al final definitivo de la alarma. Es más, Euskadi se queja de que esa respuesta llegara “una hora antes” de que se reuniera la mesa de crisis de la emergencia sanitaria para definir el nuevo decreto de medidas ya sin estado de alarma y después incluso del auto judicial del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) que dejaba claro que no podría mantenerse ni el toque de queda ni el cierre perimetral. En Euskadi gobiernan en coalición PNV y PSE-EE y voces socialistas presentes en esa reunión ofrecieron alternativas matizadas a la visión general de Urkullu y su partido.

En este contexto, la consejera de Salud, Gotzone Sagardui, ha considerado que, desde el plano epidemiológico , “el final del estado de alarma le ha llegado muy pronto” a Euskadi. La evolución en las dos últimas semanas es de caída de la incidencia, pero la tasa a 14 días por cada 100.000 habitantes sigue por encima del umbral que marca la alerta roja, en este caso 402. La tendencia es especialmente positiva “desde el 2 de mayo”, en palabras de Sagardui, pero asume que se abre un período de “incertidumbre” por “no saber si el final del estado de alarma, con el aumento de la movilidad y de las interacciones sociales, podrá tener efectos negativos”. 24 horas atrás, en cambio, el vicelehendakari y consejero de Seguridad, Josu Erkoreka, dijo que este fin de semana no había ocurrido nada sustancialmente diferente a los anteriores.

Además, como otro elemento nuevo, son ya cinco los casos de la variante india del Sars-Cov-2 confirmados, aunque siguen siendo de los dos mismos brotes. Cuatro están vinculados al barco Stavanger Pearl -eran dos hace cuatro días- y el quinto caso es otro positivo vinculado a una persona que importó el coronavirus de un viaje. Como publicó este periódico el pasado viernes, estos casos son de un subtipo segundo de esa mutación que, en principio, no reviste especial gravedad ni escapa a las vacunas autorizadas.

La UCI sigue casi al 80% a pesar de la caída de la incidencia

En las últimas 24 horas han aparecido 461 nuevos casos positivos en Euskadi, el 4,7% de las pruebas totales realizadas. Es la primera vez en semanas que la positividad no supera el 5% crítico. Los casos se reparten en 265 en Bizkaia, 163 en Gipuzkoa y 32 en Álava, y hay un positivo más de una persona o de fuera o sin residencia conocida. Bizkaia, desde este martes, ya no está en alerta roja como Álava. Mejoran también su situación los municipios de Amurrio, Basauri, Bergara y Oiartzun, pero Sestao y Sopela pasan al peor de los escenarios. Sí continúa en riesgo extremo Gipuzkoa (tasa de 476) pero acredita un descenso del 26% en siete días frente al 21% de caída media de la comunidad autónoma. El R0 -casos que origina cada infectado- sigue contenido en 0,85.

Menos halagüeña es la situación hospitalaria. Aunque la consejera Sagardui ha dejado entrever que caen los ingresos a un ritmo mayor del previsto, formalmente Euskadi mantiene suspendida en toda su red de hospitales toda la actividad quirúrgica no urgente. Sin ofrecer plazos, la titular de Salud se ha limitado a reseñar que “es de desear que se recupere lo antes posible” pero ha confirmado que Osakidetza “necesita un poco más de tiempo”. Son 517 las personas hospitalizadas con COVID-19. De ellas, 158 están en la UCI. Es el 41,36% de las 382 camas habilitadas, pero sumados los casos críticos de otras patologías, solamente quedan libres el 21,73% de ellas. Por territorios, el 72% de los enfermos en Gipuzkoa tienen coronavirus, el 58% en Álava y el 42% en Bizkaia.

En cuanto a la campaña de vacunación, Sagardui ha destacado que son ya más de un millón las dosis administradas en Euskadi. Excluidos los menores de 16 años, alrededor del 40% de los vascos tiene ya una dosis y el 16% la pauta completa. Como siempre, Salud condiciona su velocidad hacia la inmunidad de rebaño a la “disponibilidad” de vacunas y sigue denunciando que fallan algunas entregas. Esta semana han llegado 91.260 unidades de Pfizer y se espera otro paquete “algo menor” para la próxima, pero Janssen ha entregado 6.500 y no las 11.000 prometidas. De AstraZeneca no queda ninguna unidad y se esperan 14.800 para “este miércoles por la tarde”. La cuarta en liza, Moderna, no ha dado detalles de nuevas remesas. La campaña busca acabar ya con las franjas de 70 a 70 y de 60 a 69 años, aunque ya están llegando citas a personas de 50 a 59 años empezando por los más mayores.

En nuestros especiales interactivos, se pueden consultar todos los datos sobre la evolución de la pandemia en Euskadi, sobre los positivos y fallecidos en todas y cada una de las residencias de Álava, Bizkaia y Gipuzkoa y el avance día a día de la campaña de vacunación. También tenemos mapas con los brotes más destacados.

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