La feria de Cáceres se traslada a septiembre pero el 28 de mayo será festivo
El Ayuntamiento de Cáceres ha acordado con el sector trasladar su tradicional feria, la primera que se iba a celebrar en la región tras el fin del estado de alarma, al mes de septiembre, con todas las atracciones, puestos de comida y abierto a instalar casetas si lo permite la evolución epidemiológica, aunque mantendrá el festivo local de San Fernando el 28 de mayo.
Tras la tercera reunión entre el Gobierno local y los feriantes, se da la misma situación del año pasado, trasladar la feria a finales de septiembre para intentar recuperar la vieja tradición de festejar San Miguel, a expensas de la evolución de la pandemia, ya que el año pasado tampoco se celebró por estar inmersos en la segunda ola.
Tras unas tensas negociaciones con los feriantes, que protagonizaron un plante al Ayuntamiento el pasado lunes, el alcalde, Luis Salaya, ha confirmado que “al final habrá feria como queríamos todos y hemos encontrado un punto de acuerdo bueno, con una negociación en la que nadie sale derrotado”.
Todavía sin fecha, lo más probable es que la feria se celebre el último fin de semana de septiembre. “Este cambio nos permite ganar tiempo; era difícil plantear la feria de Cáceres, una de las más grandes, en mayo. Era un reto con muchas incógnitas sobre cómo se iba a poder gestionar todavía en pandemia”.
Tras la última reunión celebrada esta tarde en el salón de plenos, Salaya ha reconocido la dificultad que planteaba la negociación con la línea roja que el Ayuntamiento había impuesto: “que no hubiese ninguna razón para quitarse la mascarilla en el recinto ferial en ningún momento”.
Por esa razón se prohibieron los puestos de comida, aunque se cedió con la instalación de las tómbolas, “lo que reducía mucho la rentabilidad”. La feria cacereña cuenta con 73 atracciones, 39 tómbolas y más de medio centenar de puestos de comida y bebida.
“Será una buena opción para que los más pequeños tengan su feria y los empresarios del sector, que lo han pasado muy mal, también puedan trabajar. Estaremos en un escenario en el que, probablemente, más del 70% de la población esté vacunada; nos puede dar unas condiciones muy diferentes de las que podríamos imaginar ahora mismo”, ha valorado el alcalde.
También ha reconocido Salaya que las restricciones del consistorio cacereño ponían en una “tesitura difícil” a los feriantes “que luego tendrían que negociar con el resto de ayuntamientos”. Pero ha mantenido que el Gobierno local “es duro con las medidas anti covid y estábamos dispuestos a pagar el precio de la impopularidad”.
El festivo local se mantiene, y el alcalde ha señalado que “se puede jugar poco” en este sentido “por la negociación social y el derecho de los trabajadores a planificarse con los festivos que tienen”, ha concluido.
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