Un conejo envenenado fue el cebo utilizado para matar al lince k2
El lince K2 fue salvajemente envenado de manera premeditada. Para matar al lince, se utilizó de cebo un conejo con veneno en su interior que habría sido comido por K2 y habría provocado su muerte.
Así se desprende de los primeros datos del análisis realizado al animal, que mostraron restos cárnicos y pelo de conejo impregnados con una sustancia granulada de color negruzco, identificado como un compuesto extremadamente tóxico y que está retirado del mercado y prohibido en el medio natural desde el año 2011.
Estos datos fueron dados a conocer anoche por la Junta de Extremadura, en una nota informativa en la que califican esos hechos como “de una práctica delictiva, penada por la ley, motivo por el cual las investigaciones siguen abiertas y no es conveniente dar mayor información para no entorpecer el buen desarrollo de las mismas”.
La Junta de Extremadura no ha respondido aún a las preguntas sobre en qué lugar concreto falleció el lince, pese a que todos sus movimientos pueden ser rastreados conforme a las emisiones del collar de radioseguimiento que portaba.
Tampoco ha quedado nada claro, más bien todo lo contrario, por qué el PP decidió eliminar la unidad canina de detección de venenos en el campo y regalar los tres pastores belgas a la Guardia Civil.
Hace tres años, cuando la Junta decidió regalar los tres perros especializados a una unidad de la Guardia Civil de El Pardo, el comunicado oficial dijo que entregaban a los perros (comprados por 12.800 euros) para evitar derroches derivados de su mantenimiento. Sin embargo, el director general de Medio Ambiente ofreció anoche una versión diferente señalando que las actividades de los perros entrenados para buscar venenos “deben ser gestionadas por la Guardia Civil o Seprona, motivo por el cual se decidió cederlos a dicho cuerpo de seguridad y vigilancia”.
Al mismo tiempo, ha subrayado que los datos sobre especies e individuos envenenados en la región vertidos por el diputado socialista Rodríguez Osuna son erróneos, pero no ha ofrecido datos oficiales.
El director de Medio Ambiente reconoció la veracidad de la denuncia de la asociación conservacionista WWF en la que se afirmaba que Extremadura es una de las escasas comunidades que aún no tiene una estrategia de venenos, pero ya anuncia que se va a crear antes de que acabe este año.