Extremadura cuenta con más de 600 alumnos matriculados en centros de Educación Especial
Un total de 670 alumnos están matriculados en Educación Especial en Extremadura, de entre los casi 37.000 alumnos de España en esta situación.
Se trata de un 18 % más que hace una década y las cifras empiezan a asemejarse a las de los años 90, cuando se llegó a más de 42.000 alumnos en este tipo de centros, sobre el futuro de los cuales ha surgido cierta polémica.
Suponen el 16,5 % del total del alumnado con discapacidad, escolarizado en los más de 470 centros de Educación Especial que existen en España. El otro 83,5 % del alumnado con necesidades educativas especiales está en centros ordinarios.
Se distinguen las siguientes categorías: discapacidad auditiva, motora, intelectual y visual, trastornos generalizados del desarrollo, trastornos graves de conducta/personalidad y plurideficiencia.
Matriculados en centros ordinarios
El aumento de las matriculaciones en Educación Especial coincide con la incertidumbre de muchos centros y padres después de que la reforma educativa que quiere impulsar la ministra Isabel Celaá, parada ahora por las elecciones, plantee ir incorporando a este alumnado a centros ordinarios en el plazo de diez años, aunque se ha recalcado que no implica el cierre de centros.
Se responde en cierta manera al informe de la ONU que señala que España no cumple con el derecho a la Educación Inclusiva, defendido por el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (Cermi), que insta a “un único modelo de educación inclusiva en el que pueda ser escolarizado todo el alumnado con discapacidad”.
Precisamente, se ha puesto en marcha la Plataforma Cívica en defensa de la Educación Inclusiva, defendiendo ese modelo de “escuela común que deje de segregar a los más vulnerables”. Mientras, la plataforma “Educación inclusiva sí, Especial” también apoya el actual modelo, donde coexisten ambas.
“El aumento de alumnos en centros de Educación Especial se puede deber a los recortes que ha habido estos años y que estos chicos hayan sido asumidos en ellos”, señala a Efe Ana Delgado, directora del colegio de Educación Especial Cepri de Majadahonda (Madrid), especializado en trastornos de autismo.
“Inclusión es una palabra muy bonita, pero hacen falta medios”, dice Delgado, miembro del sindicato Stem. Sostiene que hay “mucho desconocimiento” sobre el mundo de la discapacidad, en el que hay chavales con unas necesidades muy diversas.
Relación con iguales
Desde hace años los alumnos de Educación Especial ya realizan “actividades de normalización” y de “relación con iguales” a través de momentos de ocio con chicos de centros ordinarios de su misma edad e incluso del mismo barrio, añade.
Por su parte Elvira Rodríguez, jefa de estudios del Centro Nuestra Señora de las Victorias de Madrid (pertenece a Afanias), recurre a un símil para defender la Educación Especial: “Vamos al médico general y, si ve que es necesario, nos deriva a los especialistas para una atención más específica”.
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