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El delegado del Gobierno en Extremadura descarta la intencionalidad en Jarilla y pide una reflexión de país ante un fuego “que no se parece a nada”

El delegado del Gobierno en Extremadura en los incendios

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El delegado del Gobierno en Extremadura, José Luis Quintana, ha afirmado que el incendio de Jarilla (Cáceres) “no fue intencionado” y que presenta características atípicas, alejadas de los patrones con los que se suelen explicar los grandes fuegos forestales en España. “Antes parecía que todo era que no se podían poner pinos, que había que hacer cortafuegos, que los incendios eran intencionados, y resulta que este incendio tiene unas características que no se parecen a nada”, dijo, insistiendo en la no intencionalidad y en que las áreas afectadas incluyen arbolado autóctono (castaños, robles) y pastos con ganadería. Estas declaraciones las realizó en una comparecencia en la que detalló además el refuerzo de medios estatales y europeos en la zona.

Quintana enmarcó su mensaje en una llamada a la reflexión colectiva y en el apoyo al pacto de Estado contra la emergencia climática planteado por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tras su visita a los centros de coordinación. El delegado sostiene que un episodio como el de Jarilla obliga a revisar ideas preconcebidas sobre prevención y gestión de incendios y a coordinar a todas las administraciones con criterios técnicos. La propuesta de pacto, lanzada por Moncloa, busca alinear recursos y planes ante una situación climática extrema que está elevando la intensidad y el comportamiento de los fuegos.

En el frente operativo, Quintana detalló que España ha puesto “todos los medios operativos” a disposición del Mando Único y que se ha activado el Mecanismo Europeo de Protección Civil, por el que llega un destacamento importante de Alemania —alrededor de 65 personas y más de 20 vehículos—, además de nuevos retenes de Parques Nacionales. En el dispositivo figuran efectivos de la UME (con apoyo de maquinaria pesada), patrullas de la Guardia Civil, aeronaves del Ministerio para la Transición Ecológica y brigadas forestales (BRIF). Según la última comunicación de la Junta de Extremadura, el fuego había arrasado unas 12.000 hectáreas y seguía exigiendo un esfuerzo sostenido de coordinación.

El delegado pidió además no hacer política con los incendios y mantener el trabajo “con rigor técnico”, en línea con sus mensajes del pasado fin de semana sobre la colaboración entre administraciones y la movilización de recursos estatales y europeos. En paralelo, desde el Gobierno central se ha reiterado que la UME y los medios estatales operan al máximo ante una temporada marcada por olas de calor prolongadas, vientos intensos y reactivaciones, lo que refuerza la necesidad de ese acuerdo de país que unifique criterios de prevención, extinción y reconstrucción.

En esa misma línea, el consejero de Presidencia de la Junta de Extremadura, Abel Bautista, había advertido en días anteriores de que el fuego estaba generando “un clima propio”, una situación extrema en la que el calor, el viento y la sequedad provocaban turbulencias y columnas convectivas capaces de modificar la evolución de las llamas. Bautista explicó que este fenómeno convierte el incendio en un escenario imprevisible, donde los medios de extinción se ven obligados a trabajar en condiciones de riesgo permanente y con una capacidad muy limitada de anticipación.

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