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Competencia sólo permitirá el tren privado A Coruña-Oporto si los ingresos de Renfe no caen más de un 2%

Ejemplo de horarios propuestos para la línea A Coruña-Oporto por Arriva, filial española de Deutsche Bahn

David Reinero

La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) acaba de establecer los criterios que deberá cumplir el tren privado A Coruña-Oporto promovido por la empresa ferroviaria alemana Deutsche Bahn, a través de su filial española Arriva, para que sea autorizado a competir con los servicios que presta la pública Renfe en el Eje Atlántico A Coruña-Vigo. El nuevo servicio internacional no podrá suponer que los ingresos de Renfe en el tramo gallego caigan más de un 2%. Ahora la empresa deberá presentar una propuesta de servicios que cumpla con ese requisito para que sean autorizados por la CNMC.

La liberalización del transporte ferroviario llega a las líneas internacionales antes que a las nacionales, lo que llevó a Arriva a presentar una propuesta de un nuevo servicio entre A Coruña y Oporto que quiere comenzar a operar a partir del próximo mes de julio. Sin embargo, como el tren tendría paradas intermedias en Santiago, Vilagarcía, Pontevedra y Vigo, podría suponer en la práctica un servicio regional que compitiese con Renfe también en esos trayectos intermedios y no sólo con el actual servicio internacional Vigo-Oporto. A raíz de la propuesta de Arriva, Competencia decidió establecer unas normas generales para determinar, tanto en este como en otros casos, cuándo un servicio internacional puede ser autorizado sin que suponga una competencia con los servicios públicos nacionales ya existentes, y el viernes hizo públicas esas condiciones.

Según las reglas ahora divulgadas por Competencia, la aparición de nuevos servicios internacionales de un operador privado no podrá reducir los ingresos de Renfe en sus servicios regionales en más de un 2%. Si la reducción es de entre el 1% y el 2%, la condición que deberán cumplir los nuevos servicios internacionales privados es la de que los nuevos viajeros generados por estos supongan más del 30% de los pasajeros totales de esos nuevos servicios. Esto es, Competencia considera “razonable que un nuevo servicio internacional incorpore, por lo menos, un viajero adicional por cada dos que detrae” del servicio que presta Renfe. Por debajo del 1% de pérdida de ingresos por parte de Renfe la nueva operadora no tendría que cumplir ningún otro requisito.

Durante el procedimiento para la elaboración de estos requisitos, Renfe intentó que la CNMC permitiese que la propia empresa pública participase en el procedimiento de evaluación de la propuesta del competidor privado, a lo que el regulador se negó argumentando que eso daría a Renfe “acceso a información sensible por lo que, no sólo es contrario al marco regulador, sino que no sería factible dada la confidencialidad de la misma”.

Ahora Arriva deberá presentar una propuesta de servicios que cumpla con esos límites y que será analizada por la CNMC. Si esa primera propuesta no supera la evaluación, la empresa podrá replantearla.

Según la información inicialmente trasladada en su momento por la propia Arriva a Competencia, su nuevo servicio internacional contaría con cuatro viajes diarios en cada sentido que tardarían dos horas y 48 minutos de A Coruña a Oporto y que se beneficiaría de las mejoras de la línea actual que ya están en marcha en Portugal, a la espera de que Adif mejore su parte del trazado en España. La nueva propuesta de servicios ferroviarios mejoraría notablemente el servicio internacional actual que presta Renfe entre Vigo y Oporto, con sólo dos viajes diarios en cada sentido.

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