Pontón afea a Rueda sus promesas incumplidas sobre vivienda: “Usted no lleva dos años gobernando, lleva 16”

Que los sucesivos gobiernos del Partido Popular que han ocupado la Xunta de Galicia redujeron la política de vivienda pública a la anécdota es un hecho basado en datos objetivos. Lo recordó este miércoles Ana Pontón durante la sesión de control al presidente gallego Alfonso Rueda: “Vuelva al planeta Galicia, usted no lleva dos años gobernando, lleva 16 años dinamitando la política de vivienda”. La líder del BNG lo interpelaba por uno de los principales problemas de la ciudadanía gallega -así lo recogen estudios y sondeos-, el derecho a un lugar donde vivir y le afeó sus promesas incumplidas en la materia. La primera, las 4.000 viviendas públicas que comprometió el pasado año para estar terminada en 2028. Alfonso Rueda lo negó y aseguró, sin concretar, que están en construcción.

“Hay 22.680 personas en el registro de demandantes de vivienda protegida”, arrancó Pontón su pregunta, “y lo cierto es que tienen más posibilidades de que les toque la Lotería de Navidad que una vivienda protegida”. A continuación, criticó que la derecha siempre haya preferido la especulación al derecho a la vivienda -recogido en la Constitución española- y que sus actuaciones se reduzcan a “bulos, propaganda y mentiras”. Si en 2024, el Gobierno gallego afirmó que en cuatro años terminaría 4.000 de promoción pública, solo han entregado, en cifras del ministerio del ramo citadas por Pontón, 47. “Ánimo, ya solo le quedan 3.953”, ironizó la nacionalista.

A Rueda no le hizo gracia. Dijo que las viviendas prometidas están en construcción y, con una peculiar manera de medir el paso del tiempo, que solo ha pasado un año desde su anuncio. En realidad, un año y diez meses, ya que sucedió durante la campaña de las elecciones de febrero de 2024, las de la primera mayoría absoluta del presidente gallego. Este, en todo caso, añadió que hay obras en más de 20 ayuntamientos y que algunos -citó Pontevedra, donde reside- los gobierna el BNG. La consellería María Martínez Allegue había afirmado un día antes que son 3.000 las que están “en tramitación” y las mil restantes lo estarán el año que viene. “[Las 4.000 viviendas públicas] van a estar construidas en 2028”, insistió el presidente. Fue cuando Ana Pontón mencionó la realidad: ni un año, ni un año y diez meses, Rueda forma parte de los ejecutivos populares en Galicia desde 2009 y es su jefe desde 2022. “Las últimas viviendas públicas que la Xunta entregó en Santiago de Compostela”, usó Pontón como ejemplo de la desidia del PP al respecto, “las entregó una conselleira del BNG”. Teresa Táboas, del bipartito entre socialistas y nacionalistas que gobernó la comunidad entre 2005 y 2009.

“¿Están construyendo 4.000 viviendas? Dígame dónde e iré a verlas. Pero se trata de un bulo más”, consideró la portavoz del Bloque, antes de sintetizar tres propuestas de su formación sobre el objeto de debate: “Compren vivienda para destinar a alquiler social, decreten protección permanente y adquieran aquella vivienda protegida que sale al mercado”. Rueda lo desdeñó, despreció una vez más a su interlocutora -“no sabe cómo funciona una administración”, “esas caritas que pone”- y se inventó que los nacionalistas habían instado a la Xunta a expropiar pisos.

Besteiro a Rueda: si autoriza Altri, “va a cruzar la raya de la prevaricación”

La táctica de José Ramón Gómez Besteiro, portavoz del Partido Socialista, para interrogar a Rueda fue distinta. Su grupo había registrado una pregunta sobre las políticas de bienestar del Gobierno gallego -el reglamento de la Cámara gallega obliga a hacerlo con casi diez días de antelación- pero llegada la hora se descolgó de la misma y arremetió contra la posición de la Xunta respecto del proyecto de macrocelulosa de Altri. Su jugada le valió una reprimenda amable del presidente del Parlamento, Miguel Santalices, y una ristra de descalificaciones de Rueda. “Con usted hablar de cualquier cosa en serio es cada día más difícil”. Y aunque en su primer turno, este había asegurado que no tenía inconveniente en hablar sobre Altri, lo cierto es que no lo hizo, más allá de volver a escudarse en los técnicos. En los autonómicos, claro.

Besteiro había enumerado todos los reveses que ha recolectado Altri en los últimos meses y mencionado el paradójico apoyo de Rueda a una iniciativa que, además, suscitó un enorme malestar social. “Es un proyecto vacío, muerto, no es autorizable”, resumió. Sin dinero de Europa ni el favor del Gobierno central, la Xunta debe ahora decidir si otorga la Autorización Ambiental Integrada. La opacidad que ha dominado la información sobre las relaciones entre la Administración autonómica y la empresa de matriz portuguesa impiden saber con exactitud cuando expira el plazo, pero para Besteiro, “si Rueda no tiene el valor de denegar la autorización, además de un error político, estará cruzando la raya de la prevaricación”.