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El padre del microprocesador: “Intel borró todo lo que hice por venganza”

Federico Faggin fue uno de los creadores de los primeros microprocesadores de Intel

Cristina Sánchez

Tal día como hoy, hace medio siglo, nacía en la meca de la tecnología, que por entonces ni siquiera se apodaba Silicon Valley, una compañía tecnológica que acabaría dominando el mercado mundial de microprocesadores. El 18 de julio de 1968, Robert Noyce, Andrew Grove y Gordon Moore (que ya había promulgado su famosa ley de Moore, prediciendo que cada año se duplicaría el número de transistores de un circuito integrado) fundaban Intel.

En realidad, Intel no nació con el objetivo de integrar la unidad central de procesamiento de un ordenador en un chip, sino que sus primeros productos fueron chips de memoria. Es más, su creación coincidió con los primeros días de trabajo en Fairchild Semiconductor, la compañía que los tres fundadores de Intel abandonaron por su nueva aventura, de Federico Faggin. Precisamente este físico italiano se convertiría después en uno de los padres del pionero Intel 4004, además de desempeñar un papel fundamental en la creación de muchos otros chips que hicieron historia.

Terminé uniéndome a Intel porque me sentía frustrado en Fairchild [...] Después me sentí frustrado en Intel, porque no estaban moviéndose lo suficientemente rápido con los microprocesadores, así que fundé mi propia empresa, Zilog”, explica Faggin a HojadeRouter.com. Ampliamente reconocido como uno de los padres del microprocesador, este inventor asegura que, tras su marcha de Intel, intentaron “borrar mi legado”.

De fabricar ordenadores en Italia a Silicon Valley

Nacido en la Italia de Mussolini, a Federico Faggin le apasionaban las máquinas desde niño. Además de entusiasmarse jugando con Meccano, a los doce años comenzó a diseñar, fabricar y construir las piezas de sus propias maquetas de avión funcionales “sin comprarlas en kits”. Decidió estudiar para convertirse en ingeniero aeronáutico, pero los ordenadores se cruzaron en su camino.

La desaparecida empresa Olivetti le fichó como ingeniero asistente y, a los pocos meses, diseñó buena parte de uno de los ordenadores experimentales de la firma con tan solo 19 años, haciendo uso de transistores. “Mi trabajo era construirlo, no diseñarlo. Pero mi jefe estaba recuperándose por un accidente así que hasta que volvió diseñé el resto de la máquina, la parte más difícil, que era la sección de control”, rememora.

Tras estudiar Física en la Universidad de Padua, Faggin consiguió un trabajo en SGS Fairchild en Milán, que se dedicaba precisamente a la fabricación de transistores. Trabajar allí le ayudó a dar el salto, hace medio siglo, a la compañía matriz en California.

Por entonces, Fairchild Semiconductor ya había vendido el primer circuito integrado primer circuito integradoy Faggin lideró un proyecto para desarrollar la tecnología de puerta de silicio para los circuitos integrados MOS. En esencia, esa tecnología mejoraba la fiabilidad y la la velocidad de los chips anteriores y tuvo una amplia repercusión posteriormente. “Durante 40 años, esa tecnología fue la principal [en los circuitos integrados] así que en cierta medida eso fue incluso más importante que el microprocesador”, valora Faggin.

A finales de 1968, la compañía lanzaba al mercado el primer chip basado en esa tecnología (el Fairchild 3708). Pero, para entonces, una veintena de los compañeros de Faggin se habían marchado a Intel. Y curiosamente, allí comenzaron a construir dispositivos basándose en esa tecnología.

Percatándose de lo que sucedía, Faggin trató de advertir a su superior de los planes de Intel. “Mi jefe dijo los demandarían si lo hicieran, pero no pasó nada”. Fairchild nunca denunció a Intel por violación de secretos profesionales y Noyce siempre insistió en que ese trabajo no era robo de la propiedad intelectual, sino “mejoras evolutivas”.

A sus 26 años, en un país diferente al suyo y sin hablar del todo bien inglés, Faggin desistió en luchar contra Intel. Es más, acabó queriendo trabajar en la empresa. “Estaba frustrado por la incapacidad de Fairchild para ver el valor de la tecnología cuando ellos fueron los primeros que la tuvieron”, critica.

Así que con, ganas de continuar su carrera en el mundo de los circuitos integrados, llamó a principios de 1970 al que había sido su jefe en Fairchild, que también se había pasado a Intel, para ver si había un hueco en la compañía. A los pocos meses, su exjefe le devolvió la llamada proponiéndole un proyecto pionero: la creación del primer microprocesador.

El Intel 4004: retrasado y sin apoyos

Meses antes de que Faggin aterrizara en Intel, la compañía de calculadoras japonesa Busicom les había encargado el desarrollo de unos cuantos chipscompañía. Pagaría 100.000 dólares (casi medio millón de euros al cambio de actual, teniendo en cuenta la inflación) por su diseño y otros 50 dólares (casi 300 euros actuales) por la producción de cada uno. El ingeniero Ted Hoff, uno de los primeros empleados de Intel, creyó que los circuitos integrados propuestos por Busicom eran demasiado complejos, ya que requerían miles de transistores, e ideó un chip de 4 bits que ejecutara las funciones de la calculadora.

El por entonces CEO de Intel, Robert Noyce, le dio permiso para continuar trabajando en el proyecto. Junto a otro ingeniero, Stanley Mazor, crearon la arquitectura básica, el diagrama de bloques o el set de instrucciones del microprocesador.

Faggin no cree que la mera idea fuera revolucionaria, ya que otros ingenieros también trataban de desentrañar por entonces cómo crear un microprocesador. “No fue un paso tan extraordinario, era simplemente tomar lo que el cliente quería hacer y hacerlo mejor en ese momento, sencillamente porque la tecnología de puerta de silicio de Intel permitía colocar el doble de transistores en el mismo chip y usando una RAM dinámica podías reducir aún más el número de transistores”, opina Faggin.

Pero hasta que él llegó a Intel, el proyecto para Busicom estuvo parado durante meses. “Estaba muy feliz, francamente, porque pensaba que era el momento correcto para construir una CPU en un chip, pero al mismo tiempo estaba preocupado porque habían prometido un tiempo de entrega muy corto”, comenta Faggin.

Intel le había contratado demasiado tarde para cumplir lo pactado y tampoco había valorado la dificultad del proyecto. De hecho, al día siguiente a su incorporación, él, Hoff y Mazor recibieron la visita de Masatoshi Shima, un ingeniero de Busicom que se encontró con el pastel. “¡Estaba muy enfadado!”, reconoció el nipón años después al recordar cómo Faggin le contó que él acababa de llegar.

“Estaba tan abrumado por la magnitud del proyecto y por el poco tiempo que tenía que casi no pude pensar en ello, tenía que hacerlo realidad”. Así que se puso manos a la obra. Durante meses trabajó a conciencia, quedándose en Intel hasta altas horas de la noche para lograr su meta.

Faggin no solo tenía que dar vida a ese chip, sino que el pack incluía el desarrollo del 4001 (una memoria ROM), el 4002 (una RAM) y el 4003 (un dispositivo de entrada y salida). “Estaba solo porque mi jefe estaba agotado desarrollando el 1103 [un novedoso chip de memoria dinámica de acceso aleatorio] que se suponía iba a poner a Intel en el mapa. Habían decidido que el negocio de Intel no eran los microprocesadores, en realidad nadie creía en los microprocesadores”. El que sí le echó una mano fue Shima, el ingeniero de Busicom, que durante seis meses estuvo en Intel ayudándole y comprobando sus avances.

En 1971, Faggin había desarrollado toda la familia de chips e Intel los presentaba anunciando “una nueva era de la electrónica integrada”. Aunque es difícil determinar la contribución que hizo cada uno, lo cierto es que no solo Federico Faggin, sino también Ted Hoff y Stan Manzor, han pasado a la historia, conjuntamente, como los padres del microprocesadorpadres del microprocesador.

La compleja historia del Intel 8008

En 1969, casi al mismo tiempo que el proyecto de Busicom se ponía en marcha, Computer Terminal Corporation (CTC), una empresa texana nacida con la idea de crear un ordenador personal, el Datapoint 2200, hacía que Intel comenzara a fabricar otro microprocesador histórico.

Aunque no está muy claro de quién partió la idea, lo cierto es que CTC desempeñó un importante papel en su nacimiento. Sin embargo, el proyecto se congeló porque desde Intel “estaban preocupados por hacer dos chips de tanta complejidad”, según relata Faggin. “No fue hasta que hice el 4004 cuando estuvo claro cómo hacer el 8008, y por supuesto me ocupé del proyecto y lo hice posible. También empezó como un proyecto personalizado y acabó siendo el punto inicial del 8086 [que dio lugar a la arquitectura x86, la línea de microprocesadores más exitosa de Intel]”.

En realidad, el ingeniero Hal Feeney era el responsable del diseño del Intel 8008. Sin embargo, Faggin nos cuenta que no conocía la tecnología de puertas de silicio y finalmente “hizo el diseño bajo su supervisión”.

A finales de 1971, con un gran retraso, Intel enviaba a CTC el microprocesador que les habían encargado. Sin embargo, la compañía texana estaba desarrollando una nueva versión del Datapoint 2200 y ya no estaban interesados en ese chip que se les había quedado pequeño cuando les llegó. Así que CTC decidió renunciar a los derechos de propiedad intelectual sobre el microprocesador, una elección que el ingeniero a cargo del proyecto llegó a calificar como una de las peores decisiones empresariales de la historia.

En 1972, se lanzaba a la venta el Intel 8008. Antes incluso de finalizar el proyecto, Faggin comenzó a presionar para crear su sucesor. “Me llevó nueve meses convencer a la dirección de que me dejaran hacer el 8080, que fue realmente el primer microprocesador de alto rendimiento del mercado”. La propia Intel reconoce que empezó “por la perseverancia de Faggin”, que lideró el proyecto, en el que también trabajó Shima, el ingeniero de Busicom al que Intel acabó contratando.

Intel lanzó el 8080, un procesador con un rendimiento 6 veces mayor que el de su predecesor, en 1974. Fue el primer éxito de ventas, además del padre del Intel 8088 que se convirtió en el cerebro del famoso IBM PC. Sin embargo, cuando Intel lanzó aquel chip, empresas como RCA, Honeywell, Fairchild o Motorola ya desarrollaban sus propios microprocesadores.

“La competencia creció porque Intel no vio el potencial de los microprocesadores y no me dejaron hacer el 8080 cuando lo propuse para ir por delante. Eso fue una gran frustración para mí”, afirma Faggin. “No quería estar en una empresa que no creía en lo que yo hacía. Quería empezar mi propia compañía”. El retraso, el hecho de que se sintiera poco reconocido en Intel (“probablemente me valoraban pero no querían hacerme sentir valioso”) o el propio clima de la compañía hicieron que Faggin se marchara.

Ese mismo año, fundó Zilog, donde concibió el microprocesador z80,microprocesador z80 muy popular en los 80 al ser utilizado en ordenadores como el Amstrad CPC o el Sinclair ZX Spectrum. Haber creado una empresa competidora hizo que Intel quisiera borrar su legado.

“Acabó brotando la venganza, me borraron de todo lo que yo había hecho”, señala Faggin. El propio Stan Mazor reconoció hace unos años que cuando Faggin fundó Zilog, salió de la historia de Intel porque “no querían promocionar el hecho de que había sido un gran contribuidor”, si bien destacó que, cuando acabó esa aventura, “compartió el reconocimiento también”.

A lo largo de los años, Hoff, Mazor y Faggin han recibido numerosos reconocimientos, desde entrar en el Salón de la Fama Nacional de los Inventores o recibir la Medalla Nacional de la Tecnología y la Innovación estadounidense por la concepción, el diseño y la aplicación del primer microprocesador.

Sin embargo, la carrera de Faggin no prosiguió por el camino de los microprocesadores. “Hacer lo mismo una y otra vez no era buena idea”, asegura. En los 80, cofundó y dirigió Synaptics, una compañía que ideó pantallas táctiles y touchpads ya en aquella época, y que hoy cotiza en Bolsa, y posteriormente fue el CEO de Foveon, una empresa enfocada al desarrollo de sensores de imagen.

Desde hace algunos años, este incansable inventor tiene otro proyecto en mente: entender la conciencia humana. Junto a su mujer, creó una fundación en 2011 destinada a apoyar proyectos de investigación sobre este tema. De hecho, Synaptics nació precisamente por el interés de sus fundadores en las las redes neuronales, una técnica de la inteligencia artificial que se ha hecho muy popular en los últimos años.

Faggin se dio cuenta entonces de que replicar el funcionamiento de nuestras neuronas no era sencillo y que ni siquiera comprendemos apenas cómo opera nuestro cerebro. Así que comenzó a preguntarse si una máquina llegaría a ser consciente. “Llegué a la conclusión hace diez años de que la conciencia no es una propiedad del cerebro, el cerebro es un terminal, un puente entre la conciencia y el mundo físico”, explica. A su juicio, y por suerte para nosotros, los robots carecerán de ella, por lo que no nos dominarán.carecerán

Sin embargo, sigue trabajando para descubrir los misterios de la conciencia humana. “En términos de dar algo al mundo, creo que si tengo éxito con mis ideas actuales sobre la naturaleza de la conciencia, esas ideas serán mucho más revolucionarias de lo que lo han sido las de los microprocesadores”, asegura.

Sin embargo, fueron los microprocesadores los que hicieron que Intel, el gigante de los chips nacido hace medio siglo, iniciara una revolución tecnológica en la que Federico Faggin tuvo un papel fundamental, aunque él no sienta que se le haya reconocido lo suficiente.

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Las imágenes son propiedad, de Wikimedia Commons (1, 4 y 6), Intel Free Press (2) e Intel Corporation (3, 4 y 7)

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