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ENTREVISTA

Iago Negueruela, conseller balear de Turismo: “La unidad entre Govern, patronal y sindicatos logra mejores acuerdos”

Iago Negueruela, conseller de Turismo, Modelo Económico y Trabajo

Esther Ballesteros / Angy Galvín

Mallorca —

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Tras meses de arduas negociaciones, escollos y discrepancias, Balears ha dado luz verde esta semana a su nuevo convenio de hostelería, un acuerdo pionero en materia laboral y social que permitirá que hasta 160.000 trabajadores de las islas vean incrementado su sueldo en un 8,5% en dos años, además de poner el foco, especialmente, en la medición de las cargas laborales y la formación de los trabajadores. “Es un acuerdo que consolida un sistema de aumento salarial que en estos momentos es clave en Balears y es, una vez más, el convenio de hostelería con la subida más importante de España”, subraya el conseller de Modelo Económico, Turismo y Trabajo, Iago Negueruela, hombre fuerte del Govern balear y brazo derecho de la presidenta autonómica, Francina Armengol.

En una entrevista con elDiario.es, Negueruela (1980, Santiago de Compostela) destaca la unidad alcanzada por primera vez entre todos los actores implicados en las negociaciones del acuerdo, lo que permite, a su juicio, “tener una paz social y ser un territorio con un nivel de crecimiento muy alto, porque se basa en la confianza entre las partes”. El conseller destaca, asimismo, los avances logrados a lo largo de esta legislatura en el archipiélago, principalmente en materia de protección de la ciudadanía durante la pandemia de la COVID, así como en clave medioambiental, gestión turística y mejoras laborales –“Balears tenía la mayor tasa de temporalidad de España y ahora tiene la más baja no sólo a nivel estatal, sino también europeo”– y aboga por que el PSIB concurra a las próximas elecciones autonómicas con “un gran programa” con el “ganar de nuevo”. “Para nosotros es importante ser la primera fuerza política, ganar esos comicios e ir a por el tercer mandato”.

Se ha calificado el II Acuerdo Tripartito para la Calidad del Empleo en el sector de la Hostelería de histórico e incluso de pionero a nivel estatal, ¿por qué?

Creo que después del anterior convenio, que tuvo una subida salarial muy fuerte del 17% a cuatro años, el actual permite, por una parte, consolidar una subida también muy fuerte, un 8,5% a dos años, prácticamente la mitad que el otro, con un esquema de un 5% el primer año y 3,5% el segundo. Por tanto, se consolida un sistema de aumento salarial que en estos momentos es clave en Balears y, una vez más, el acuerdo se convierte en el convenio de hostelería con la subida más importante de España. Más de 160.000 trabajadores se beneficiarán de ello. Eso también marca que Balears, en materia de hostelería, consiga tener esa potencia de poder establecer salarios muy superiores a cualquier otra Comunidad Autónoma, lo cual para nosotros es muy positivo. Además, el acuerdo tiene aspectos novedosos. Además de que es un tripartito el que lo firma [Govern, patronal y sindicatos], se establecen límites a las cargas de trabajo de las camareras de piso de acuerdo a una metodología para evaluarlas. Era un compromiso firme. También en materia de prevención de riesgos laborales en un sector en el que debe incidirse más al respecto, sobre todo porque cuenta con una población feminizada, como las camareras de piso, con unas dolencias y problemáticas específicas. Así como en otros sectores industriales mucho más masculinizados la prevención ha evolucionado mucho, en el de la hostelería es obligatorio y es importante que empecemos a marcar esa mejora. Por tanto, esa metodología nos debe permitir homogeneizar cómo se tienen que evaluar las cargas de trabajo. Y en eso somos pioneros al establecer una metodología desde el Instituto Balear de Seguridad y Salud Laboral (Ibasal) junto a los sindicatos, que han trabajado mucho, junto a la patronal, que ha aportado muchos técnicos y empresas que se han prestado a probar esa metodología. Ha sido un año de trabajo muy intenso para poder incorporarlo al convenio.

Y además es la primera vez que se ha llegado a un acuerdo por unanimidad de todas las partes implicadas...

Uno de los aspectos que más ha destacado es esa unidad del sector. Por primera vez lo han firmado las federaciones hoteleras, las de federaciones de restauración y el ocio nocturno de todas las islas. Creo que eso es importante, porque a partir de ahora el convenio también debe permitir ir evolucionando en las especificidades de cada sector. Y el de la hostelería es tan importante que cada vez son más ámbitos los que se incluyen dentro del acuerdo. No es lo mismo la restauración que el ocio, los hoteles o las cafeterías y, por tanto, al compromiso de asumir el convenio colectivo se suma el compromiso de empezar ya a trabajar en aspectos específicos de los distintos sectores.

¿Alcanzar esta unidad ha supuesto para el Govern realizar alguna cesión importante?

Lo que el Govern busca es mediar. Por lo tanto, no hace cesiones. Lo que hace es aportar y ese es un aspecto clave, algo que en Balears las empresas venían exigiendo. Y sobre todo con un criterio de profesionalización del sector en materia de formación: hay un compromiso firme de invertir en la construcción de nuevos centros de hostelería para mejorar la capacitación del personal, no sólo de los trabajadores y que se incorporen, sino también para el propio sector, para los que ya se encuentran en activo. Por lo tanto, es un compromiso que asumimos que hace que también el convenio sea novedoso en esa materia, incorporar la formación común dentro de un ámbito en el que creemos que la capacitación del sector es un valor añadido. Por lo tanto, ese diferencial que nos debe hacer más competitivos tiene una pieza clave ahí. Y creo además que las partes sabían, empresarios y sindicatos, sabían que tenían que hacer una subida fuerte dado que la inflación tiene un peso importante. Balears pasó dos años complicados por la COVID. Hay todavía que devolver muchos préstamos y créditos ICO, pero creo que las empresas sabían que con la inflación tan alta tenían que asumir un plus. Y yo creo que esa primera subida de un 5% en el mes de abril de este año permitirá a los trabajadores y trabajadoras del sector incorporarse ya con una mejora muy alta.

Comenta que para el primer año el convenio contempla una subida salarial del 5%, pero el IPC interanual creció el pasado mes de enero un 5,9%. ¿No teme que los trabajadores continúen perdiendo poder adquisitivo?

Durante el segundo año del convenio se prevé una subida salarial del 3,5% y las previsiones a dos años (8,3%) permitirán superar con creces ese poder adquisitivo. Y si, además, sumamos este aumento al anterior convenio, Balears habrá subido los salarios de los trabajadores de la hostelería un 25,5% en siete años. Son dos más dos dígitos que respecto a cualquier otro convenio del sector en España. Es un salto enorme.

En casos en los que no se llega a un acuerdo se celebra un laudo arbitral o puede la administración intervenir como tercero, ¿por qué un Govern decide mediar en una negociación que históricamente se dirimía entre patronal y sindicatos?

Hemos mediado en muchos más convenios cuando así lo han pedido las partes, como en el anterior acuerdo de hostelería, con una subida del 17%, y con acuerdos tripartitos. La diferencia radica en cuando la Administración también puede aportar en el convenio, una implicación que también hace que todo el mundo esté más cómodo, sobre todo cuando hablamos de formación o cargas de trabajo. Hemos mediado en el último convenio de comercio, en el de residencias privadas, que supone un 40% de incremento a cuatro años, en el de socorristas que se ha firmado este año, ayudando también incluso en la creación de las organizaciones empresariales para poder constituir asociaciones en Balears y poder tener un sujeto legítimo para negociar. Por tanto, el hecho de tener un diálogo social muy amplio y muy desarrollado nos permite desarrollar acuerdos sin conflictividad. Todos los convenios se están firmando sin prácticamente denuncias y sin ningún tipo de conflictividad. Y yo creo que eso también nos permite tener una paz social y ser un territorio con un nivel de crecimiento muy alto, porque se basa en la confianza entre las partes. Eso es lo que aportan los gobiernos y es algo positivo, porque hay muchos instrumentos que pueden ayudar a mejorar la vida de la gente y entre todos conseguimos mejores acuerdos.

Los empresarios turísticos batieron récords de beneficios durante la última temporada alta. Con la inflación, aumentaron considerablemente los precios sin tan siquiera perder clientela. Precisamente por ello, Armengol manifestaba en octubre que “si el turismo había generado unos resultados que los empresarios calificaron de históricos, la negociación para actualizar los salarios debía contemplar subidas igualmente históricas”. En este caso, el convenio contempla ese aumento de sueldo del 8,5% en dos años, una cifra que puede considerarse destacable, pero, ¿no cree que con los ingresos obtenidos los grandes hoteleros podrían permitirse subidas salariales más altas?

El de la hostelería es un tejido productivo que agrupa hoteles, restaurantes, cafeterías y ocio. No es lo mismo el bar de aquí abajo que una gran compañía hotelera. Además, el tejido hotelero de Balears es muy amplio. Hay, sobre todo, cadenas pequeñas y medianas y muchísimos hoteles familiares. Las grandes cadenas tienen aquí una parte. Lo que tenemos es una implicación del sector hotelero en querer asumir esas subidas y yo creo que también han sido claros y contundentes en otras partes del territorio español como Catalunya, Comunitat Valenciana o Andalucía, donde las subidas son mucho menores. En otras Comunidades muy turísticas como Canarias se están situando en una subida del 10,25% a cuatro años. Eso es lo que marca la comparación con el resto del Estado, donde también hubo una temporada turística récord, no solo en Balears. Si ampliamos la vista y vemos lo que pasa en el resto de España, vemos que aquí las subidas son mucho más altas, y también hay que reconocer que nuestras empresas fueron muy castigadas por la COVID. El año pasado fue un buen año, pero este año se tienen que empezar a devolver los créditos que le ha permitido al sector sobrevivir, cantidades también muy superiores a las de cualquier otra parte del territorio español. Yo creo que han asumido de forma clara que tenían que subir los salarios. Eso también muestra una negociación colectiva más fuerte en Baleares.

El sector turístico acusó el verano pasado la falta de mano de obra, sobre todo cualificada, debido a la falta de vivienda y la precarización laboral. ¿Se espera este año una carestía de trabajadores?

Yo creo que el año pasado se dieron dos circunstancias. Por un lado, veníamos de la pandemia y había gente que había estado trabajando en otros sectores, por lo que no se incorporó en un primer momento al sector del turismo. Había incertidumbre acerca de cómo se desarrollaría la temporada. Ese es un factor clave. El sector va a pasar de un año de incertidumbre, como el pasado y que después fue extraordinario, a un año que ya apunta directamente a que va a ser un gran año. Por lo tanto, no hay sombras, no hay incertidumbre y yo creo que eso también permite dar más estabilidad. En segundo lugar, la reforma laboral ha convertido en miles de puestos de trabajo temporales en indefinidos o fijos discontinuos. Cuando se llame a partir de ahora a los fijos discontinuos veremos que es positivo, porque permitirá fidelizar plantillas y garantizar una mayor estabilidad. Por otro lado, para que el sector sea atractivo para las personas que viven aquí, la formación jugará un papel clave y ese es un cambio que tenemos que iniciar y que tiene que durar años. Este año, por ejemplo, se inaugura la Escuela de Hostelería de Eivissa, que será un referente en materia de restauración y atención y nos permitirá dar un servicio en una isla con gran necesidad de mano de obra, en este caso además cualificada. Yo creo que la apuesta por la formación es clave, será estratégica en los próximos años y el convenio también afianzará esa tranquilidad y esa estabilidad a los trabajadores del sector. De hecho, hemos estado en pleno empleo durante seis meses al año en Balears, algo que nunca había sucedido y eso muestra también la fortaleza de nuestra economía.

Tras la firma del acuerdo de hostelería, el PP ha exigido un “esfuerzo empresarial” por parte del Govern, al que reclama que baje impuestos, ya que consideran que el Ejecutivo se ha beneficiado de “una mayor recaudación por la inflación”. ¿Qué opina? ¿Es el mensaje de siempre: más ayudas, menos impuestos?

Yo creo que el PP tiene un problema. En Balears, además, tiene una líder [en alusión a Margarita Prohens, candidata 'popular' a la presidencia del Govern] en la que creo que ni el propio PP confía. Es un perfil que no está al nivel que se merecen estas islas, porque, sobre todo, no hace propuestas. El PP pasa de criticar una semana la negociación del convenio a dar la enhorabuena a empresarios y sindicatos. Eso llama sorprendentemente la atención de un PP que además vota en contra de la reforma laboral, en contra de las subidas del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), que está en contra de las subidas de las pensiones. Y el discurso que hace ahora es: “Estamos de acuerdo en que se suban los salarios, pero que se bajen los impuestos”. Pues el compromiso del Govern en este convenio precisamente necesita de impuestos. Durante la negociación del convenio, las empresas no nos han pedido en ningún momento la bajada de impuestos. Lo que nos han pedido es más inversión pública en materia de centros de formación, que asumamos lo que van a costar, que los implementemos y los desarrollemos, porque aquí en Balears no tenemos un problema impositivo. Y si no hay impuestos, no habrá centros de formación ni habrá una apuesta por la mejora y cualificación del sector, y el sector perderá competitividad. Los impuestos no marcan la competitividad del sector, lo marcan la innovación, el desarrollo de la inteligencia turística, el desarrollo de centros de formación. Y el PP está en el PP de siempre: es un PP anclado en el pasado, que cuando había crisis económicas defendía despedir a los trabajadores y trabajadoras y bajarles las prestaciones, que es lo que hicieron en estas islas, despedir a miles de trabajadores públicos y privados y bajar las prestaciones. Ese es el modelo del PP y con bajos impuestos no se puede sostener un sistema social. Lo vemos estos días, donde ya no sabe si un día dice que reniega del aborto y en materia de derechos vuelve a 20 años atrás. Cuando llegan grandes acuerdos, pide que se bajen los impuestos cuando nadie lo está pidiendo en ninguna mesa. Al PP simplemente le queda ese discurso fácil, no se sabe dónde está ni dónde se le espera, pero desde luego no en resolver los problemas de estas islas.

Hay voces que abogan por crear instrumentos para que los excedentes del sector hotelero no se vayan a México, a Santo Domingo y a otros nuevos destinos y se reinviertan en otros sectores económicos de Balears como una forma de apoyar la diversificación del actual modelo. ¿Sería factible?  

Yo creo que sí y un primer paso es la Ley Turística. Estamos en una sociedad abierta y europea en la que hay obligaciones de circularidad, de compra de producto primario, obligaciones energéticas, de tratamiento de aguas, y todo esto lo incorpora la Ley Turística. En el fondo, lo que vamos a hacer es que se invierta más aquí y además de forma inteligente. Es decir, lo que estamos haciendo es establecer un marco de sostenibilidad que va a obligar a invertir en las islas unos recursos altos por parte de las empresas del sector y que ayudará a diversificar la economía de Balears en sectores estratégicos como la energía, el agua, el tratamiento de aguas y de residuos y el producto primario. Por lo tanto, lo que hacemos es incidir en una parte importantísima de nuestro PIB para que actúe sobre otras partes de nuestro PIB. Y creemos que ese es un mecanismo pactado y que dará resultados. Además, con apoyo de los fondos europeos y las convocatorias en marcha para energía, eficiencia energética o sustitución de camas y calderas moverá mucha economía en nuestras islas. Esa es la forma en la que hemos pactado trabajar.

¿Cuáles son las cifras que maneja el Govern de cara a esta temporada turística? ¿Prevén plena ocupación? ¿Habrá cifras récord en la llegada de visitantes?

Para nosotros es básico que haya pleno empleo, y lo habrá. Y mientras mantengamos ocupaciones y rentabilidades que nos permitan generar ese pleno empleo podremos reducir el número de turistas, porque al final la calidad turística no se mide en este aspecto. El año pasado tuvimos un 5% más de ingresos y hubo menos turistas que en 2019 y 2018, que fue el año más importante para Balears. Por lo tanto, al situarnos por encima de esos dos años en facturación vemos que hay margen para poder tender a la baja en número de turistas. Creo que veremos fenómenos distintos en los próximos años. De hecho, ya estamos presenciando cómo, además de los meses como mayo, junio, agosto y septiembre, octubre fue extraordinario y noviembre, muy bueno. Vemos que el efecto desestacionalizador es más alto. Y yo creo que lo que hay que hacer es compensar los meses centrales del año en los que tenemos que conseguir que también se reduzca el nivel de presión turística.

La desestacionalización es uno de los grandes debates de las últimas décadas en Balears, pero ¿hasta qué punto puede permitir que se diluya esa masificación en verano y se equilibre el número de visitantes a lo largo de todo el año?

Ese es el gran debate. De entrada, desestacionalizar siempre fue un objetivo porque lo que te permite es que los trabajadores trabajen nueve o diez meses. No es lo mismo trabajar seis meses con un salario y recibir luego una prestación o un subsidio, porque eso provoca que las rentas salariales bajen el cómputo anual, que trabajar nueve o diez meses y necesites lo mínimo necesario, elevando así las rentas salariales. Por ejemplo, el PIB per cápita desde 2014 en Balears comenzó a incrementarse. Eso tiene que mucho que ver con los meses en los que crece el turismo, meses en los que antiguamente no había tanto turismo ni tanto empleo y hacía que las rentas salariales bajasen mucho. Y después hay que hacer un debate real acerca de cómo será el nivel de carga que podamos aguantar en todo el año, también en consumo de recursos naturales. Balears ha sido valiente al convertirse en el primer destino de España en bloquear todas las plazas turísticas. No se puede crecer en plazas hoteleras ni vacacionales, que son las que más habían aumentado en los últimos años. Hemos paralizado el crecimiento de plazas y hemos marcado mecanismos para que la tendencia sea la de reducirlas. Es un camino en el que confío y espero que, en los próximos años, esa tendencia nos permita también ser más sostenibles.

Entiendo, por tanto, que sería factible mantener el nivel de empleo con un menor número de visitantes...

Por supuesto, sí. Aunque es cierto que este año también tendremos una temporada muy importante.

Además de conseller de turismo es portavoz del Ejecutivo balear. Uno de los principales problemas que tiene Balears es el precio de la vivienda. Ustedes han dicho públicamente que en cuanto se apruebe la Ley de vivienda estatal van a declarar todo el archipiélago zona tensionada y pondrán un coto a los alquileres. ¿Qué margen le queda a su gobierno para solucionar el problema mientras no se apruebe la normativa estatal?

Hay que recordar que en 2015 había –1 vivienda de alquiler de protección oficial porque el PP balear, que ahora habla de vivienda, lo que hacía era convertir solares para VPO en hoteles. Creo que el PP no quiere que en determinadas zonas la clase trabajadora pueda residir y por eso prefiere hacer hoteles. Si empiezas así en 2015, necesitas una planificación. Primero se necesita suelo para construir VPO y seguir desarrollando planes públicos de vivienda. Siempre ponemos de referencia otros lugares como Berlín y otras ciudades nórdicas que llevan haciendo VPO desde hace cincuenta o sesenta años. Por eso han conseguido esos parques públicos y han logrado tener una menor presión. Nosotros empezamos ese camino en 2015 y, por ejemplo, ahora estamos ya desarrollando promociones y entregando las llaves de las que se empezaron a planificar la pasada legislatura. Los Ayuntamientos donde por suerte hay gobiernos de izquierdas nos están cediendo solares para poder hacer vivienda pública. Y un ejemplo peculiar es el de la ciudad de Eivissa, que ha cedido un solar para hacer vivienda pública y el PP ya ha anunciado que lo quiere recurrir. También necesitamos instrumentos legales de control. Confiamos en que se apruebe la Ley de Vivienda, pero, mientras tanto, nosotros tenemos que seguir haciendo ese camino. Lo que es cierto es que se necesitan muchos años de gobiernos para poder desarrollarlo. Desde luego, lo que no puede suceder es tengamos solares públicos y luego el PP los convierta en hoteles, porque necesitamos vivienda para los trabajadores de esos hoteles. La política se demuestra con hechos y con los años de trabajo.

¿Está el ala socialista del Govern a favor de pelear en Bruselas la limitación a la compra de vivienda no residentes? Desde fuera da la sensación de que es una medida principalmente impulsada por Podemos...

Para nosotros, lo más importante ahora es que se apruebe la Ley de Vivienda a nivel estatal y desarrollar los instrumentos que tenemos, porque sabemos que cualquier otra medida tardará mucho tiempo en llegar. Habría que modificar la normativa estatal y europea y necesitamos que se aprueben medidas que nos permitan entrar ya en las zonas tensionada de nuestras islas. Después, sí, estaremos a favor de los debates que se tengan que abrir y desarrollar en los próximos años. Cada partido tiene su posición y nosotros lo que creemos es que debemos tener ya instrumentos, que se aprueben cuanto antes y cerrar aquello en lo que ya se está trabajando. Luego, por supuesto, participaremos en cualquier debate. Ya lo dije en el Parlament, son debates que se tienen que dar, pero tenemos que ver qué medidas se pueden realizar y cuáles tienen cabida legal.

Es portavoz del Govern, conseller de Turismo, se le considera segundo de Armengol y quizás el alto cargo que más poder acumula en el Ejecutivo... ¿Comentaría algo al respecto?

La de Turismo, Modelo Económico y Trabajo es una Conselleria importante, pero yo, sobre todo, me considero una persona a la que le gusta el trabajo en equipo y trabajar con la presidenta del Govern. Creo que tenemos una importante confianza desarrollada durante años. Ella lo ha demostrado. Y a mí me gusta trabajar de esa forma, trabajar en equipo y con una presidenta que es un referente a nivel nacional y que además es ejemplo de políticas muy avanzadas: ha permitido que Balears saque adelante una ley de cambio climático pionera a nivel estatal, una ley de residuos, la ley turística... Ha impulsado una política de empleo muy progresista que sitúa nuestras medidas entre las más avanzadas en materia laboral. Ha apostado por la defensa de lo público. Yo creo que cuando se trabaja así, el peso que uno tenga es menor. Tengo las áreas que me toca dirigir, tengo su confianza y estoy muy orgulloso de formar parte de este gobierno.

¿Cuál es su pronóstico para las elecciones del mes de mayo? ¿Se ve usted repitiendo como número dos en las listas del PSIB por Mallorca y como portavoz del Ejecutivo?

Como me veo ahora es trabajando en dirigir la Conferencia Política para tener un gran programa con el que presentarnos a las elecciones y ganarlas. Para nosotros es importante ser la primera fuerza política, ganar esos comicios e ir a por el tercer mandato. La posición que ocupemos cada uno de nosotros en listas o el cargo que ocupemos en el equipo de gobierno es absolutamente secundario. Creo que lo principal es ser números uno en nuestras islas. No hay una oposición que pueda presentar ninguna alternativa a la presidenta Armengol y el papel que desarrollemos cada uno de nosotros lo decidirán los órganos de partido. Hemos demostrado ser un gobierno de pactos sólidos. Lo primero que hay que hacer es ganar y es a lo que nos tenemos que dedicar. Que esta sociedad tenga claro que tenemos un proyecto de futuro para seguir transformando las islas. En mi caso, todo depende de mi secretaria general y estaré donde me lo pida el partido, porque siempre, siempre he estado ahí.

Para terminar, ha hablado de los avances logrados por el actual Govern, pero en un ejercicio de autocrítica, ¿cuáles cree que son las tareas pendientes que el Ejecutivo balear no habrá podido cumplir cuando finalice esta legislatura? ¿Qué queda por hacer?

Nos quedan por hacer siempre muchas cosas. Yo creo que los retos siempre son enormes y hemos fijado las bases para poder seguir avanzando en muchas medidas. Los dos años de COVID nos han exigido muchísimo y nos han permitido intentar ver que las medidas de protección y de gasto público y, por tanto, de defender lo que es el Estado de bienestar, ha sido básico. Eso ha concentrado una gran parte de la acción de gobierno y, a pesar de eso, si vemos los acuerdos de Bellver [la hoja de ruta del actual Ejecutivo al inicio de la presente legislatura], están prácticamente ejecutados al cien por cien. Hemos avanzado y ahora vemos retos, como el medioambiental, que es importantísimo. Por supuesto, habrá que seguir haciendo más. El reto de la gestión turística es enorme. Tenemos que seguir avanzando en la mejora de la calidad de nuestro empleo. Antes, Balears tenía la mayor tasa de temporalidad de España y ahora tiene la más baja no sólo a nivel estatal, sino también europeo. En este sentido, todavía queda que las trabajadoras del sector tengan mayor calidad de vida, avanzar más en conciliación. El reto de las nuevas sociedades, y el que creo que se dará a nivel de Estado, es el de la calidad de vida y cómo queremos usar nuestro tiempo libre. No pensar tanto en el tiempo de trabajo, sino en cómo permitir que también haya un tiempo para vivir e ilusionar a la ciudadanía, generar un debate sobre cuántas horas y días a la semana hay que trabajar. Ese será el gran reto de los próximos años.

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