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“Cuidado, medusas peligrosas”: carteles falsos en Mallorca para alejar a los 'guiris' y denunciar la masificación

Uno de los carteles colgados por la entidad frente al Caló d'en Rafelino

Adrián Oliver

Mallorca —
17 de agosto de 2023 22:31 h

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“Beware of dangerous jellyfish” (Cuidado con las medusas peligrosas), “Caution falling rocks” (Peligro de desprendimiento) o “Contaminated water by sewage” (Playa contaminada por aguas residuales). Estas son algunas de las frases que han podido leer durante estos días los turistas que han visitado la costa de Manacor, que además de ser la ciudad donde nació el tenista Rafa Nadal, tiene varias de las playas más conocidas de Mallorca, como Cala Virgili o Cala Bota.

Los carteles, en realidad, son falsos: no los ha colgado ni el Ayuntamiento ni la Policía Local ni hay peligro con las rocas o las medusas. La coordinadora anticapitalista Caterva, afincada en Manacor, es la responsable de este 'troleo' a los foráneos. ¿Por qué sólo les afecta a ellos? Porque mientras los carteles prohíben la entrada a la playa en inglés, hay una 'letra pequeña' en catalán que señala que la zona está abierta y que no hay ningún problema en bañarse en el agua, con mensajes como “gaudeix del teu capfico fora guiris” (disfruta de tu baño sin guiris) o “platja oberta: ni guiris ni meduses” (playa abierta: sin turistas ni medusas).

Se trata de una reivindicación impulsada por la entidad “contra la masificación turística en las calas de Manacor”, según han señalado en su cuenta de Twitter. “Nuestra intención es volver a poner sobre la mesa, con un toque de humor y entendiendo que no es algo nuevo, la problemática de la masificación turística no sólo en Mallorca, sino también en el resto de Balears y en la parte costera de la Península”, subraya, en declaraciones a elDiario.es, Carles Joan, miembro de Caterva.

Carles Joan recuerda que en 2017 diferentes grupos ecologistas impulsaron la campaña 'Fins aquí hem arribat, aturem la massificació turística!' ('Hasta aquí hemos llegado, ¡frenemos la masificación turística!') con el objetivo de clamar contra el discurso de que “Mallorca vive del turismo y que el turismo genera trabajo y riqueza”. “Se nos ha vendido la historia de que aquí vivimos del turismo, de que sin turismo no podríamos vivir, de que el turismo es lo que nos da de comer, pero si vemos cómo ha evolucionado en los últimos años, nos daremos cuenta de que los recursos económicos que se han generado a partir del turismo se los han quedado unas pocas personas, los hoteleros, la gente que ya tiene dinero”, recrimina el integrante de Caterva.

Asimismo, Carles Joan lamenta que, por el contrario, la clase trabajadora “no ha visto incrementado su poder adquisitivo y la mayor parte de la población subsiste como puede del turismo”. “No lo entendemos como un argumento a favor”, añade. A pesar de las cifras récord de ocupación que se baten año tras año y de la subida salarial del nuevo convenio de hostelería, los salarios de temporada no son suficientes para vivir en las Islas, cuyo coste de vida está disparado, en parte por los inasumibles precios de la vivienda, que expulsan a la población local y obligan a los trabajadores -especialmente los del sector servicios- a malvivir en bosques o furgonetas.

Carles Joan asevera que la crisis de la COVID paralizó este debate, pero con la recuperación del turismo la entidad quiere volver a abordar la situación: “Ahora que hemos vuelto a la normalidad, volvemos a sufrir las consecuencias de la masificación turística”, recalca. Critica, asimismo, que con la colocación de los carteles “los medios de comunicación más sensacionalistas hayan vendido la idea de que la entidad quiere asustar a los turistas”. “Sabemos que los turistas tienen dos dedos de frente y saben leer. El público objetivo de esta iniciativa era, sobre todo, la sociedad mallorquina para poder volver a poner el debate sobre la mesa”, explica.

Desde la entidad señalan que se trata de una queja contra la masificación turística “con un toque de humor” con el fin, además, de reivindicar un modelo turístico sostenible. “La usurpación de las calas es sólo una expresión más de cómo el capitalismo utiliza una actividad económica como el turismo, llevada al extremo, para exprimir gratuitamente el territorio y para extraer la máxima plusvalía de los trabajadores”, han declarado en sus redes sociales. Caterva ha colocado estos carteles a lo largo de las calas de Manacor, desde Cala Morlanda hasta Cala Bota.

Sabemos que los turistas tienen dos dedos de frente y saben leer. El público objetivo de esta iniciativa era, sobre todo, la sociedad mallorquina para poder volver a poner el debate sobre la mesa

Carles Joan Integrante de Caterva

Masificación turística en Mallorca

Desde la pandemia, año tras año, se están rompiendo récords de ocupación turística en Mallorca. De hecho, según el Instituto Balear de Estadística (IBESTAT), el pico de presión humana en la isla lo consiguió agosto de 2022 con 1.474.595 personas. De hecho, esta misma institución indica que los últimos meses están superando sus récords del año pasado, por lo que este verano podríamos encontrarnos con nuevos picos que superen los de 2022. Los últimos datos del IBESTAT son de mayo y el día 31 de ese mes las Balears, que cuentan con 1,2 millones de habitantes, ya tenían un índice de presión humana de 1,8 millones de personas.

Un ejemplo de esta masificación estival se puede observar en Es Caló des Moro, una de las playas más populares de Mallorca, en la cual para conseguir entrar se deben hacer largas colas debido a la saturación turística. En los últimos años es muy habitual encontrar la playa desbordada de bañistas, con todos los huecos posibles cubiertos por incómodos que sean y rodeada de coches. Se trata de una situación que muchos mallorquines atribuyen al “efecto llamada” en redes sociales, por lo que piden que no se suban en la red fotos de las zonas bonitas para no sobresaturarlas e incitar a los turistas a que vayan.

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