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ENTREVISTA
Directora de la revista 'Política Exterior'

Áurea Moltó: “La guerra va a traer a Europa enormes cambios que veremos en cinco o diez años”

Áurea Moltó, directora de la revista 'Política Exterior'.

Cristina Armunia Berges

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Europa cambiará después de la guerra y de todo lo que se haga ahora dependerá el futuro del viejo continente. Habrá transformaciones en seguridad, en abastecimiento de energías, en las relaciones diplomáticas y, muy posiblemente, en la composición de la OTAN. Áurea Moltó, directora de la revista Política Exterior, que acaba de presentar un número sobre la nueva realidad que se dibuja en Europa después de la guerra en Ucrania, cree que “en cinco o diez años” se empezarán a ver todos los cambios que iniciaron en la madrugada del 24 de febrero, cuando Rusia invadió Ucrania a gran escala.

“La relación de Rusia con Europa y con todo Occidente ha quedado absolutamente derruida con esta guerra”, vaticina Moltó, que considera que el ataque ruso “está bastante contenido” y que su capacidad de destrucción puede ser “mucho más grande”.

En la carta a los lectores que incluye el número de la revista de Política Exterior dedicado a Rusia y Ucrania, dice que la guerra cambiará irremediablemente a Europa. ¿Cómo será es nueva Europa?

No lo sabemos. Esa es la cuestión. Pero de que no va a ser la misma no hay ninguna duda. Todavía estamos viviendo la Europa que está sobreestimulada por la guerra y esto lo marca todo. Pero la respuesta europea y los cambios que la propia guerra está produciendo en el escenario europeo día a día van a ser inevitables.

Empezando por la respuesta unida de los europeos. Esto es un cambio impresionante en la UE, sobre todo, un cambio en un terreno que es el de la política exterior y el de la defensa común, que está todavía en pañales, pero que después de la respuesta en Ucrania, donde se está dando armas a los ucranianos, donde la UE me parece que lleva ya 1.500 millones de euros en ayuda armamentística con el nuevo fondo que ha puesto en marcha por primera vez... Esto ha activado unos resortes de la defensa común que llevaban décadas esperando ponerse en marcha. Todas las iniciativas para generar una política europea de defensa común existen desde los años 80. Se trata de un ámbito –el de la defensa y el de la política exterior– que atañe muchísimo a la soberanía nacional y finalmente el fondo común nunca se había puesto en marcha.

Tampoco se había puesto en marcha porque teníamos dentro a Gran Bretaña, que durante mucho tiempo ha sido el país que se resistía más que ningún otro a crear una defensa común. Con la guerra en Ucrania no ha habido tiempo de replantearse dónde están los límites nacionales en términos de defensa, de seguridad y de política exterior. Ha habido que responder y se ha hecho de una manera común. Esto es el nacimiento y el impulso que va a tener la política europea de seguridad y defensa y la política exterior. A partir de aquí ya nada va a ser lo mismo.

Tampoco en el ámbito energético.

El ámbito energético está muy relacionado con los anteriores. La energía es también un ámbito de soberanía estratégica dentro de la UE, está muy relacionado con nuestra seguridad, con nuestra política exterior y con nuestra economía. Y aquí va a haber un desenganche. Nos está costando mucho hacerlo, pero hay un desenganche. Se nos ha caído el velo y nos hemos dado cuenta de varias cosas.

Primero, que no podemos depender para nuestro abastecimiento energético de un socio como Rusia. Probablemente también nos abra los ojos a futuro, a que nuestra energía no puede estar en manos de un socio poco fiable. Esto también atañe cuando miramos hacia el sur, cuando miramos a otros socios energéticos de Europa o a cualquier otro país que sea una potencia energética mundial, ya sea en el Golfo Pérsico o en el norte de África.

En este momento, para terminar con la dependencia energética de Rusia se hace dentro de la política de contención de Rusia en el terreno ucraniano, en el escenario de una guerra, pero esto va mucho más allá. Aunque busquemos soluciones temporales de quién va a cubrir de momento las importaciones de energía que hacemos de Rusia, creo que se está pensando ya a largo plazo en unas fuentes alternativas, en impulsar toda la transición energética europea y en buscar otros proveedores. Nos va a diversificar. Esto también va a tener un impacto espectacular.

¿Cuándo empezaremos a ver esos cambios en Europa?

Todo lo que es política de defensa no tiene corto alcance. Se trata de todas estas decisiones que se tomen ahora y del desarrollo que se haga de la brújula estratégica. Esto es la nueva estrategia de seguridad europea que se aprobó en marzo y algunos dicen que ha nacido ya vieja porque es un documento en el que se ha trabajado más de dos años y ha nacido cuando ha estallado una guerra en el continente. Yo de esto no estoy tan segura, pero lo que sí que creo es que va a estimular mucho todas las propuestas de la brújula estratégica por crear una defensa común y por dotar a la UE de herramientas duras de política exterior.

Son decisiones que se toman a muy largo plazo. Si empiezas a invertir más en defensa y a generar capacidades en el sector de la defensa en coordinación con otros países e intentas hacer una industria de defensa sólida, esto no se va a ver ahora. Es cierto que lo necesitaríamos ahora, pero no tiene respuestas inmediatas. Esto se va a empezar a ver a medio plazo, de cinco a diez años. Probablemente los enormes cambios que la guerra va a traer a Europa no los vamos a empezar a ver ni hoy ni mañana, sino en cinco o diez años.

En el artículo de Claudín y Korbut, se habla de Putin y de su capacidad para “transformar al agredido en agresor”. Incluso aquí en España hay quien niega la guerra y no cree en imágenes como las de Bucha. ¿Cómo se ha llegado a este punto?

A este punto se ha llegado por muchos caminos. Por lo activa y lo sistemática que ha sido Rusia en toda su campaña de desinformación, que lleva muchísimos años en las redes sociales, en nuestra propia sociedad. Ha estado conectando con elementos de nuestra sociedad en España, pero también de otros países, partidos políticos, académicos, grupos de interés. Medios con los que Rusia ha mantenido desde hace mucho tiempo, una década larga, unas relaciones muy nutridas y a los que ha sido capaz de trasmitir con mucha efectividad sus mensajes, su visión del mundo y su visión de Rusia en el mundo. También mensajes como que la UE o EEUU están en declive, que la UE no puede ser súbdita de las decisiones de EEUU, a nosotros se nos ha humillado, la expansión de la OTAN ha sido una política agresiva hacia Rusia... olvidando muchas cuestiones que ese artículo que mencionas explica muy bien, no hubo una política decidida de expansión de la OTAN. Cuando se desmoronó el bloque soviético, las repúblicas que estaban dentro de la Unión Soviética solicitaron el acceso a la OTAN.

La OTAN, como cualquier organización internacional, tiene unos mecanismos de entrada, que están abiertos a todo el mundo. Luego hay un proceso de adhesión, los propios miembros tienen que estudiar estas candidaturas y se decide si entran o no. Pero no hubo una invitación a sumarse a la OTAN. Lo que hubo fueron peticiones de estos países.

Aquí el discurso de Rusia ha calado mucho porque se ha encontrado con sociedades con muchos elementos que han permitido que estos discursos calen. Uno de ellos es que en Europa, en España y también en Francia, hay un antiamericanismo muy enraizado, que está muy conectado con elementos históricos que son, por ejemplo, hasta qué punto EEUU permitió que la dictadura de Franco durase tanto tiempo y de qué manera EEUU utilizó a España también como uno de los engranajes de la Guerra Fría. Cómo, en cuanto EEUU percibió que el régimen de Franco podía ayudarle a mantener España y a mantener la propia posición de EEUU en Europa en este juego de enfrentamientos de la Guerra Fría, claramente percibió que Franco caía del lado americano.

Luego también, España, efectivamente por su posición geográfica y por la amplitud de nuestras costas, además ofrecía unos enclaves muy estratégicos para situar bases americanas.

Ese antiamericanismo también favorece mucho las tesis de Rusia en nuestro país. Pasa también en Francia y pasa con Le Pen. En Francia pasa en la derecha con Le Pen y en la izquierda con Mélenchon. Hay un antiamericanismo tan fuerte que es un caldo de cultivo muy adecuado para las tesis rusas. Es como que si eres antiamericano eres prorruso, esto que es una dicotomía absurda ha sido muy bien entendida por Rusia para saber cuáles son sus caladeros en diversos países occidentales de Europa y uno de ellos es qué sectores son antiamericanos. Y aquí tenemos que ir nosotros.

Por eso estas tesis rusas han encontrado muchos adeptos aquí, en la izquierda y en la derecha. En España tienes a Vox, que es una simplificación decir que es pro Putin, pero digamos que entiende las posturas de Vladímir Putin, no digamos de Rusia sino de Putin específicamente, de su discurso, anti liberal completamente. Pero lo tienes también en Podemos, porque son antiamericanos y de izquierdas. Tenemos una confusión ideológica importante y todo esto ha hecho que durante muchas décadas las tesis y la visión del mundo de Putin hayan encontrado muchos altavoces en nuestras sociedades.

Si Finlandia y Suecia entran en la OTAN, como parece que va a suceder, ¿podría entenderse como un error de cálculo por parte de Moscú?

Parecería que sí porque Moscú lo que lleva haciendo en los últimos meses, antes de la guerra y en la carta de diciembre pidiendo sus condiciones para retirar las tropas que tenía en ese momento en las fronteras de Ucrania, era que las fronteras de la OTAN retrocedieran, que se asegurasen de que no se iban a ampliar más, que Ucrania nunca iba a entrar ni Georgia tampoco. Era parte de sus condiciones, del esquema de seguridad que ellos tenían y, por supuesto no se mencionaba ahí, pero estaba claro que no solo es que no se iba a ampliar más la OTAN y que Ucrania y Georgia nunca iban a entrar, sino lo que ellos no podían controlar es que países como Suecia y Finlandia iban a pedir su entrada. Finlandia además es un país que asumió su neutralidad porque no le quedaba otra, por encontrar un modus vivendi entre occidente y Rusia.

Sí, hay un error de cálculo. Es que la amenaza rusa se ha percibido muy claramente con la guerra en Ucrania y, sobre todo, también su amenaza de utilizar armamento nuclear, y no nos olvidemos de que Finlandia tiene una frontera enorme con Rusia.

Lo mismo que pensar que los europeos nos íbamos a dividir por completo. No está claro que no nos vayamos a dividir en algún momento, en el tema energético con Hungría lo estamos viendo ya. Pero de momento la respuesta es muy unida y eso también ha sido un error de cálculo.

También ha sido un error de cálculo pensar que a EEUU no le interesaba nada Europa y lo que estamos viendo ahora mismo es un compromiso absoluto de EEUU, casi más que de los europeos, no solo con ayudar a Ucrania a defenderse sino con debilitar al máximo al ejército ruso.

¿Esta guerra puede ser el inicio del fin de Putin?

No sé si es el principio del fin. Después de 22 años en el poder, aunque hubo un tiempo en el que estuvo en el poder detrás de la cortina, ya tiene una edad, en algún momento tendremos que hablar de él por causas biológicas. Pero que desde luego esta guerra es el inicio de un nuevo Putin y de una nueva Rusia.

La relación de Rusia con Europa y con todo Occidente ha quedado derruida con esta guerra. Ahora mismo se ha acabado cualquier propuesta de cualquier país, hasta hace poco por parte de alemanes y de franceses, de que con Rusia hay que entenderse, hay que buscar un marco de relación adecuado, integrarle en la arquitectura de seguridad europea... ahora mismo no hay nadie que plantee eso mientras Putin siga en el poder.

No sé si es el final de Putin, pero sí el comienzo de un nuevo Putin totalmente excluido de los círculos diplomáticos occidentales. Europa está dispuesta a cortar absolutamente la relación con Rusia mientras Putin siga allí y esto va a cambiar a Europa, pero va a cambiar también a Rusia y digamos que esta ruptura radical con Rusia va a tener también a medio y largo plazo unas repercusiones en el interior del país. Y de cómo termine repercutiendo la guerra en el interior de Rusia es de lo que va a depender la trayectoria que siga Putin.

¿Cree que el 9 de mayo Putin declarará la guerra de manera oficial (oficial para Rusia)?

En algunas esferas rusas ya no se habla solo de operación especial. Incluso el término 'guerra' ya se ha instalado. Lo que estamos viendo hasta ahora, aparte de la guerra brutal con los muertos que vemos a diario y la destrucción absoluta de las infraestructuras, es que Rusia está bastante contenida, porque su capacidad de destrucción sería mucho más grande. La impresión es que hay algo, algún tipo de consideración política y militar que hace que hasta ahora los rusos, pese a toda la destrucción, no se hayan empleado a fondo.

¿Esto es porque están esperando algún momento determinado para realmente hacer un gran ataque, incluso se habla del lanzamiento de alguna bomba táctica nuclear? No lo sabemos. Les está costando mucho más avanzar de lo que se pensaba incluso en el frente del este.

¿El 9 de mayo? Con las especulaciones corres siempre el riesgo de hacer el ridículo, yo no sé si sirven de mucho. Que el 9 de mayo declare la guerra directamente a Ucrania no sé si cambiará algo en el interior de Rusia y para sus ciudadanos. Llevamos ya dos meses largos de guerra, esa es la realidad. Que haga una gran ofensiva ese día, que es un día tan simbólico para Rusia, pues quizá.

Lo que todo el mundo esperaba es que de alguna manera el 9 de mayo hubiera conseguido suficientes avances en el terreno como para incluso poder anunciar que se abrían unas negociaciones. Dar un poco por concluido los objetivos esenciales de su campaña en Ucrania. Lo que pasa es que, tal y como están las cosas hoy, es difícil pensar que Putin a día de hoy o el 9 de mayo pueda anunciar algún tipo de logro.

Todos estamos pendientes de qué es lo que puede pasar el 9 de mayo donde tiene haber un gran desfile en Moscú, como lo ha habido siempre. Como no tiene nada que presentar como objetivos cumplidos, el temor es que haya una gran operación este fin de semana por ejemplo o el día 9.

Los medios ya sabemos que son muy malos para mantener la tensión mucho tiempo y esto siempre va a favor del agresor

Las negociaciones entre las dos partes están estancadas y parece que la guerra será de larga duración. ¿Qué pasará si la guerra sigue pero deja de estar de actualidad?

Los medios ya sabemos que son muy malos para mantener la tensión mucho tiempo y esto siempre va a favor del agresor. Para los ucranianos sería una calamidad que los medios dejasen de prestar atención a la guerra en Ucrania. Y esto es probable que pase, que sea uno de los escenarios que Putin tenga en mente.

La otra opción de que no sea una guerra larga es que haya algún tipo de operación imprevista que produzca una escalada de tal nivel que desencadene algún tipo de proceso político o militar que ahora mismo no está sobre la mesa. Pero el escenario de una guerra larga en nuestro territorio europeo es realmente preocupante y muy grave para Europa.

El exministro Josep Piqué dijo hacia el final de la presentación del otro día que había que evitar otra Yalta. ¿Qué quería decir con esto?

Que hay que evitar que esta guerra termine con lo que Putin quiere y lo que Putin quiere es que él y el presidente de EEUU negocien las condiciones del final de esta guerra. Es decir, un reparto de zonas de influencia, del mundo y las condiciones para la paz, sin contar en absoluto con los ucranianos.

El mundo no puede permitirse un acuerdo de este tipo. El futuro de un país no lo pueden decidir terceras potencias. Con cualquier final de esta guerra, los primeros que tienen que tener un papel en esa mesa de negociación son los ucranianos. Si va a haber algunas provincias que van a pasar a ser independientes, si ellos van a poder o no con un proceso de entrada en la UE o qué tipo de ejército van a tener.

Luego hay que hablar de qué va a pasar en Europa en el futuro, qué arquitectura de seguridad vamos a tener, qué va a pasar con la OTAN, con la política de defensa europea y aquí lógicamente habrá acuerdos donde participen muchos, la UE, los aliados, EEUU... y para que sea un orden estable en algún momento tiene que participar Rusia. No podemos crear nada que sea estable sin contar con Rusia. De momento, hay que ver cómo se cierra el conflicto en Ucrania.

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