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Los nervios se disparan en la fase final de las negociaciones del Brexit

El primer ministro británico, Boris Johnson, en los Comunes, el 14 de octubre de 2020.

Andrés Gil

Corresponsal en Bruselas —
2 de diciembre de 2020 22:37 h

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Cuatro semanas para el 1 de enero de 2021 y no hay acuerdo. Y, aunque el acuerdo se firmara este jueves, aunque el acuerdo fuera santificado por los líderes de la UE en la cumbre del 10 y 11 de diciembre y el Parlamento Europeo se reuniera a toda velocidad para dar su visto bueno después de que los servicios de traducción trabajaran noche y día para traducir el texto a una quincena de idiomas... Si todo eso pasara, ¿quién puede garantizar el resultado de la votación en el Parlamento británico? Porque, todo apunta a que, si hay acuerdo, seguramente no será un acuerdo compatible con las promesas de los defensores del Brexit durante meses. Porque, entre otras cosas, sus promesas no eran compatibles con lo verosímil.

El negociador jefe de la UE, Michel Barnier, ha informado este miércoles por la mañana a los embajadores de los 27 ante la UE y, después, a la comisión del Brexit del Parlamento Europeo. Una intervención en la que Barnier ha confirmado que las conversaciones se encuentran en una fase de “acordar o romper” durante una sesión informativa “dirigida a calmar los nervios en París y en otras capitales, en tanto que algunos Estados miembros se están poniendo un poco nerviosos”, asegura Sky News. El motivo de los nervios tiene que ver con que Barnier pueda llegar a estirar su mandato negociador y alcanzar compromisos sobre pesca que no puedan suscribir países como Francia o Países Bajos, por ejemplo.

Un grupo de países de la UE, incluidos Francia, Bélgica y los Países Bajos, han estado presionando a la Comisión Europea durante semanas para que publique su plan de contingencia para un Brexit sin acuerdo, según Politico, que relata que la Comisión Europea ha preferido esperar porque hacerlo podría verse como una señal política para Londres de que Bruselas ha perdido la fe en las conversaciones comerciales. Con menos de un mes para el final del período de transición, las capitales de la UE también están cada vez más nerviosas ante la perspectiva de un no acuerdo y qué compromiso potencial podría ser posible para evitar ese escenario.

Y ahí es donde entra el plan B. En Bruselas siempre hay más de un plan. Y el plan B es intentar cerrar un acuerdo de mínimos para que entre en vigor el 1 de enero, que luego pueda mejorarse y enriquecerse. “Pero eso ya sería con el tiempo”, reconocen en Bruselas: “Estamos muy, muy cansados de esto. Ahora tenemos que llegar a un acuerdo porque Europa, con la pandemia, la crisis sanitaria y económica, no puede permitirse una incertidumbre añadida. Pero si hay que mejorar el acuerdo, habrá que dejar un tiempo para retomar las negociaciones”.

“Hay pocas posibilidades de concluir un acuerdo comercial con Londres ahora”, afirma AFP dando una vuelta de tuerca más, “no se cumplen las condiciones impuestas por los 27 y la solución recomendada es dejar salir a Reino Unido sin un acuerdo el 31 de diciembre y reanudar las negociaciones en 2021 sin presión de tiempo”.

En este sentido, Financial Times publicaba que “la frustración” está aumentando en Bruselas por el bloqueo de las negociaciones y que “las dos partes están sopesando un período de transición para los derechos de pesca de la UE en aguas del Reino Unido”, y lo que “permitiría negociaciones anuales sobre el volumen de derechos de pesca, pero dentro de un marco estable que protegería al sector de la UE”.

David Mcallister (CDU/PPE), presidente de la comisión de Exteriores del Parlamento Europeo y miembro de la comisión del Brexit, ha explicado tras la reunión con Barnier: “Somos muy conscientes de que el trabajo sobre la igualdad de oportunidades [level playing field] y las ayudas estatales ha entrado en la fase final. Este es el momento crítico en el que los principios deben traducirse en normas y, lo que es más importante, las reglas deben estar garantizadas por un marco de aplicación sólido. Necesitamos asegurar un acuerdo que aborde esta y otras cuestiones pendientes en el ámbito de la gobernanza y la pesca. Es esencial avanzar rápido, llegar a un acuerdo en muy pocos días para que el Consejo y el Parlamento completen sus respectivos procedimientos antes de que finalice el período de transición”.

A pesar de que las conversaciones intensas día y noche en Londres parecen estar produciendo algunos avances, sigue habiendo un desacuerdo permanente sobre los mismos asuntos de siempre –pesca, level playing field y gobernanza–. Barnier ha reconocido a los diplomáticos de los 27 que esos tres desacuerdos aún están sin resolver.

Según Bloomberg, Barnier concedió que se había producido algún movimiento, pero “principalmente del lado de la UE”. Los próximos días son cruciales, y los equipos del Reino Unido y la UE esperan que se pueda llegar a un acuerdo con margen ante la cumbre del 10 y 11 de diciembre de líderes de la UE. Pero los gobiernos, agobiados por el bloqueo de Hungría y Polonia a los fondos de recuperación y los presupuestos para 2021-2027, empiezan a ponerse nerviosos ante la posibilidad de que un hipotético acuerdo llegue demasiado cerrado con elementos que no les convencen: hay países que defienden que es mejor un no acuerdo que un mal acuerdo con demasiadas concesiones a Boris Johnson, aun a riesgo de que el 1 de enero haya aranceles en todas las transacciones comerciales entre la UE y Reino Unido, y viceversa.

Y, por si fuera poco, aún sigue encima de la mesa el proyecto de reforma de la ley de Mercado Interior británica, que reescribe el acuerdo de retirada por el cual Reino Unido salió de la UE el 31 de enero de 2020. Una ley que la UE ha llevado al Tribunal de Justicia de la UE y que ha dicho era incompatible con cualquier acuerdo con Londres. El propio Barnier ha insistido este miércoles a los embajadores de la UE que si esa ley termina ratificándose, las conversaciones sobre el Brexit entrarán en “crisis” por la quiebra de confianza.

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