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La ofensiva de Netanyahu contra Irán muestra un Eje de la Resistencia paralizado

Manifestación a favor de Irán organizada por los hutíes en la capital de Yemen, Saná, el 20 de junio de 2025.

Francesca Cicardi

24 de junio de 2025 22:27 h

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Israel ha bombardeado sin descanso Irán durante más de diez días, hasta que este martes el presidente Donald Trump ha impuesto un alto el fuego entre los dos acérrimos enemigos –después de haber ordenado él mismo un ataque contra instalaciones nucleares iraníes–. Los aliados de Teherán, integrados en el llamado ‘Eje de la resistencia’, no han actuado, más allá de condenar los ataques y advertir de las consecuencias.

Los miembros del Eje, la gran mayoría movimientos armados chiíes de Oriente Medio y la península Arábiga, no han tomado represalias contra Israel, ni contra los intereses estadounidenses en la zona después de que EEUU interviniera en el conflicto el pasado fin de semana, a pesar de haber amenazado con hacerlo.

En este contexto, ha quedado patente que Israel ha logrado debilitar considerablemente el Eje de la Resistencia con las ofensivas militares contra el grupo palestino Hamás en Gaza, el movimiento libanés Hizbulá y los rebeldes hutíes de Yemen. Los dos primeros se han enfrentado al ejército hebreo sobre el terreno y han sido descabezados; mientras que el que fuera el principal Gobierno aliado de Teherán, el del presidente Bashar al Asad, cayó el pasado mes de diciembre.

Teherán se ha visto solo en la contienda con el “enemigo sionista”, después de que el Eje haya perdido gradualmente su poder de actuación y disuasión desde el comienzo de la guerra de castigo israelí contra la Franja de Gaza en octubre de 2023 y sus repercusiones en toda la región.

Hizbulá se queda al margen

El grupo chií libanés ha quedado muy debilitado después de enfrentarse a Israel el pasado otoño y de haber sufrido duros golpes, en primer lugar, el asesinato de su líder, Hasan Nasralá. Además de haber matado al máximo dirigente del movimiento, Israel también ha acabado con la mayoría de sus comandantes y un gran número de combatientes, y ha reducido sus capacidades militares.

A pesar de haber sellado un acuerdo de alto el fuego el pasado mes de noviembre, el Ejército israelí sigue bombardeando objetivos de Hizbulá de forma puntual en el sur de Líbano e, incluso, en la capital, Beirut. Durante su campaña en Irán, los cazabombarderos israelíes no han dejado de atacar el sur de Líbano, desde donde los milicianos chiíes no han enviado proyectiles hacia el otro lado de la frontera en apoyo a Irán.

Cuando Israel lanzó su ofensiva contra Teherán el día 13, Hizbulá dijo que se mantendría al margen. Después del ataque estadounidense en la noche del 21 al 22 de junio, expresó en un comunicado su “plena solidaridad con la República Islámica, sus líderes y su pueblo”, pero señaló que Irán podía hacer frente a la agresión con su propia fuerza y “hacer que el enemigo estadounidense y sionista sientan la amarga derrota”.

El movimiento político y militar libanés pertenece a la misma rama del islam que los ayatolás iraníes, y siempre ha recibido el respaldo de la República Islámica. Israel acusa desde hace décadas a Irán de proporcionar armas a Hizbulá y, hasta finales del año pasado, esas armas llegaban a Líbano a través de Siria, una ruta que ha quedado interrumpida por los cambios en el segundo país.

Siria, en el fuego cruzado

Irán perdió un importante aliado y una destacada base de operaciones en Oriente Medio con el derrocamiento del presidente sirio Bashar Al Asad el pasado mes de diciembre. Siria no era sólo uno de los pocos países aliados de Irán en el mundo árabe, sino que era el único fronterizo con Israel en el que había presencia militar iraní, algo que levantaba muchos recelos en Tel Aviv.

El ejército israelí golpeó muchas veces a los asesores militares iraníes y milicias chiíes que participaban en el conflicto en Siria (2011-2024) en el bando del régimen de Al Asad, y siguió atacando Siria incluso después de la caída del régimen de Al Asad.

Desde que empezó a bombardear Irán, Israel no ha efectuado ataques en suelo sirio, donde sí mantiene a sus tropas desplegadas en el sur. El nuevo Gobierno sirio no gusta a Tel Aviv, pero ha cortado las relaciones con Irán y ya no forma parte del Eje de la Resistencia. El presidente suní Ahmed Al Sharaa no se ha pronunciado sobre el enfrentamiento entre Israel e Irán, a pesar de que su territorio se encuentra en el fuego cruzado y los proyectiles iraníes han sobrevolado los cielos de Siria y los cazabombarderos israelíes, también.

Las milicias iraquíes amenazan a EEUU

Otro país donde Irán tiene una gran influencia y presencia es el vecino Irak. Una parte de las milicias iraquíes chiíes tienen vínculos con Teherán y, en varias ocasiones en el pasado, han apoyado al Eje de la Resistencia atacando al mayor aliado de Israel en la región: Estados Unidos.

La milicia proiraní Kataib Hizbulá, una de las más potentes de Irak, había advertido a Washington de que atacaría sus “intereses y bases” en Oriente Medio si intervenía en el conflicto entre Israel e Irán. Sin embargo, no han lanzado ningún ataque después de que EEUU golpeara las instalaciones nucleares que Israel no podía alcanzar con su armamento.

Kataib Hizbulá fue declarado grupo terrorista por EEUU después de que atacara repetidamente las bases iraquíes donde hay personal militar estadounidense, en respuesta al asesinato del comandante iraní Qasem Soleimaní en un bombardeo selectivo ordenado por Washington en Bagdad a principios de 2020. En aquel entonces, el propio Irán lanzó proyectiles contra las instalaciones con presencia estadounidense en el país vecino, avisando previamente a Irak.

Según el analista Michael Knights de The Washington Institute for Near East policy, experto en los grupos armados respaldados por Irán, las milicias iraquíes “se ven limitadas tanto por su propia cautela inherente, como por las aparentes instrucciones de Teherán de mantener un perfil bajo y preservar sus activos”. Knights cree que, si Teherán sale muy debilitado por la ofensiva israelí, “necesitará a sus amigos en Irak más que nunca” por motivos logísticos y, “tal vez, como un refugio si los líderes del régimen terminan teniendo que huir”.

Los hutíes del Yemen no cesan sus ataques

Desde el comienzo de la brutal ofensiva israelí contra Gaza –en la que han fallecido más de 56.000 personas–, los rebeldes chiíes de Yemen han lanzado misiles y drones contra el Estado judío de forma ininterrumpida, aunque ha variado la frecuencia y la potencia de los ataques. En la primera semana de la ofensiva israelí contra Irán, sólo lanzaron un misil.

La mayor parte de los proyectiles procedentes de Yemen han sido interceptados y no han causado víctimas, salvo algunas excepciones. Sin embargo, los hutíes han provocado un daño mayor boicoteando la navegación en el mar Rojo con sus ataques contra las embarcaciones que transitan en esta ruta de gran importancia, especialmente aquellas vinculadas con Israel o EEUU. Tras el ataque ordenado por Trump contra las instalaciones iraníes, el movimiento rebelde (que controla amplias partes de Yemen) dijo que sus fuerzas están “listas para atacar barcos y buques de guerra estadounidenses en el mar Rojo”.

Los hutíes han visto mermadas sus capacidades militares, aunque no han sido golpeados tan duramente como otros integrantes del Eje de la Resistencia. El Ejército israelí informa regularmente del bombardeo de objetivos del movimiento armado en respuesta al lanzamiento de proyectiles desde Yemen. Washington también desarrolló una campaña de bombardeos contra Yemen, que provocó además numerosas víctimas civiles, antes de que Trump anunciara un alto el fuego en mayo.

A pesar de los golpes que han sufrido, los hutíes no han sido descabezados, pero tendrían grandes dificultades si Irán ya no pudiera apoyarles. Tel Aviv acusa al movimiento chií (cuyo nombre oficial es Ansar Alá) de recibir armamento de fabricación iraní –misiles, drones y otras armas– y de ser un “tentáculo” de los ayatolás en la península arábiga.

Hamás, aislado y diezmado en Gaza

El movimiento palestino Hamás ha condenado la ofensiva de Israel contra Irán, pero no ha tomado cartas en el asunto, ya que se encuentra muy debilitado y aislado en Gaza después de más de 20 meses de ataques israelíes y combates con sus tropas en el enclave costero. “Declaramos nuestra solidaridad con la República Islámica de Irán ante la brutal agresión sionista, que se debe principalmente a su apoyo al pueblo palestino y a su gran apoyo a su honorable resistencia”, dijo en un comunicado su brazo armado, las Brigadas de Al Qasam.

Israel ha acusado a Irán de apoyar militar y económicamente a Hamás, que es suní, pero comparte el mismo ideario que Irán y otros grupos del Eje respecto al Estado judío. Desde octubre de 2023, Teherán ha mantenido un tono desafiante contra los dirigentes israelíes por el genocidio en Gaza, pero no ha intervenido directamente en el conflicto; sí se ha enfrentado a Tel Aviv por Hamás –más bien por la afrenta sufrida cuando Israel asesinó al líder político del grupo palestino en suelo iraní–. Ismail Haniyeh murió en un atentado en su alojamiento de Teherán en julio de 2024 y tanto Hamás como Irán responsabilizaron a Israel.

Durante la operación 'León que se levanta' contra Irán, el ejército israelí no ha dejado de atacar objetivos de Hamás y de otros grupos islamistas en Gaza, tal y como informa casi a diario. Los dirigentes militares han asegurado que no pondrán fin a la guerra en el enclave palestino hasta que Hamás sea “eliminado”.

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