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The Guardian en español

En busca de la “rata parlanchina”: el artífice del Brexit pone en apuros a Boris Johnson

Dominic Cummings en una foto de noviembre de 2020, justo antes de ser despedido como asesor del primer ministro británico

Aubrey Allegretti

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Las publicaciones incendiarias de Dominic Cummings, considerado el artífice del Brexit, han causado conmoción en el Gobierno británico. Unos meses después de su despido, Cummings, que llegó a ser el principal asesor de Johnson y aliado de confianza, se ha vuelto contra el Gobierno en un cruce de acusaciones y filtraciones a la prensa.

La gota que colmó el vaso parece haber sido un intercambio de mensajes entre el primer ministro británico y el empresario James Dyson, al que Johnson prometió “arreglar” un asunto tributario. Sin embargo, la bronca más explosiva ha sido sobre quién filtró información sobre el segundo confinamiento nacional en el Reino Unido. Se busca al filtrador apodado como “la rata parlanchina”.

La última filtración, y la más explosiva, ha sido una frase que supuestamente pronunció en octubre Johnson cuando estaba a punto de ordenar el segundo confinamiento de Inglaterra (en enero empezó un tercero, que todavía continúa en una lenta desescalada). Según el Daily Mail, dijo: “Ya no habrá más jodidos confinamientos, que se amontonen miles de cadáveres”. El primer ministro ha negado haber pronunciado esa frase.

En enero, Inglaterra empezó un tercer confinamiento y Boris Johnson ha defendido desde entonces con vigor estas medidas frente a los miembros de su partido que le empujan para que las relaje más deprisa. Reino Unido, de hecho, ha aplicado desde el otoño las medidas más estrictas y continuadas de Europa de cierres de actividad, teletrabajo y controles de fronteras. Actualmente, con una incidencia de 25 casos por 100.000 habitantes en siete días, Inglaterra sigue manteniendo cerrados los espacios interiores de los restaurantes y pubs, los cines, teatros y oficinas no esenciales, y ha prohibido los viajes por turismo.

¿Qué ha pasado?

Varios periódicos, incluidos elTimes, el Daily Mail y el Sun, informaron el 30 de octubre del año pasado que el Gobierno británico estaba planificando el anuncio de un segundo confinamiento nacional. 

La filtración de esa información cogió por sorpresa al Gobierno británico, que llevaba meses negando que fuera necesario otro confinamiento y que se resistía a las demandas del laborismo de un parón temporal en Inglaterra como el que había aplicado el Gobierno galés. 

El Gobierno ordenó una investigación interna, pero ya han pasado más de seis meses y no se ha identificado públicamente al culpable de la filtración. Ante las preguntas de la prensa de información sobre la investigación, un portavoz del Gobierno se limitó a decir que no hay nada nuevo sobre el tema. 

¿Quiénes son parte del entramado?

El viernes pasado, “fuentes del Gobierno” entregaron un informe coordinado a tres periódicos de tinte conservador que dice que Johnson cree que Cummings ha estado “involucrado sistemáticamente en la filtración de información”.

El Gobierno británico no ha negado esa información y algunas personas han especulado con que el propio Cummings filtró esa noticia para obligar a Johnson a tomar alguna medida. Sin embargo, tras los ataques directos en su contra a principios de esta semana, Cummings salió a defender su reputación y apuntó contra otro miembro del Gobierno como el culpable de las filtraciones.

El viernes pasado, Cummings dijo en su blog que el año pasado hubo una reunión sobre la investigación entre él, Johnson, el secretario del gabinete Simon Case, y el jefe de comunicación del gobierno Lee Cain. Cummings alega que Case los había absuelto a él y a Cain, y dijo que “todas las pruebas definitivamente apuntan” a un hombre llamado Henry Newman, un asesor especial que llegó al Gobierno desde la oficina de Michael Gove y que es amigo personal de Carrie Symonds, la prometida del primer ministro.

Cummings afirmó que Johnson estaba “muy enfadado” y le dijo que si se confirmaba que Newman era “la rata parlanchina”, lo echaría del Gobierno, algo que “me traería graves problemas con Carrie”, por eso el primer ministro sugirió poner fin a la investigación sobre la filtración. Desde entonces, Johnson ha negado esto y fuentes del gobierno niegan que Newman fuera el informante. 

¿Alguna vez sabremos la verdad?

Es muy probable que la investigación nunca dé un veredicto definitivo sobre la identidad del informante. Una ministra del gabinete, Liz Truss, ha dicho que la investigación sigue activa. 

Según el Sunday Times, el servicio de inteligencia del Reino Unido se ha sumado a la investigación y hasta ahora ha encontrado a una persona que envió un mensaje de WhatsApp desde la sala del gabinete sobre las seis de la tarde del día de la reunión donde se discutió el confinamiento. Las personas presentes fueron Johnson, Cummings, Cain, un asistente que ha permanecido en el anonimato y otros dos funcionarios. 

¿Qué otras filtraciones han despertado sospechas? 

Se ha iniciado otra investigación sobre cómo los mensajes entre Johnson y Dyson llegaron a manos de la BBC. 

El Daily Mail también reveló que el príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamed bin Salmán, le dijo a Johnson mediante un mensaje de texto que las relaciones entre el Reino Unido y Arabia Saudí se verían perjudicadas si el Gobierno británico no intervenía para “corregir” la decisión del año pasado de la Premier League de no permitir la adquisición del Newcastle United por casi 345 millones de euros. 

También se ha publicado que este año que se ha realizado una profunda renovación del piso en Downing Street donde vive Johnson con Symonds y su hijo Wilfred, supuestamente por un precio total de unos 230.000 euros. Este asunto generó un bochorno especial a causa de otro correo electrónico filtrado proveniente de un miembro de la nobleza británica y donante del partido conservador, Lord Brownlow, y dirigido al presidente adjunto del partido conservador Ben Elliot, que confirmaba un aporte de 67.000 euros al partido “para cubrir los pagos que el partido ya realizó” en renovaciones. 

¿Qué nos dicen todas estas filtraciones?

Si bien la partida de Cummings del Gobierno británico y la llegada de un nuevo jefe de gabinete pueden haber tenido como objetivo la “profesionalización” de las operaciones del Gobierno, parece que sigue habiendo disputas internas entre el bando de Symonds y el de Cummings.

Las filtraciones no ayudan, pero los conservadores llevan una amplia delantera en los sondeos. El laborismo espera que sus acusaciones por supuesto enchufismo y corrupción tengan un mayor impacto no solo en la imagen de Johnson sino de otros que lo rodean, incluidos ministros del gabinete que pueden estar evaluando presentarse como candidatos para reemplazar al primer ministro llegado el momento.

Las respuestas a algunas preguntas todavía son inciertas. ¿Es verdad que el secretario de gabinete absolvió a Cummings por las filtraciones y culpó a Newman? ¿Le prestaron dinero al primer ministro para pagar las renovaciones del piso en Downing Street, para encubrir el plan original de que las pagara el partido? ¿Y quién es responsable por las filtraciones que le causaron tamaño dolor de cabeza al Gobierno británico? 

Se espera que el próximo mes Cummings comparezca ante un selecto comité, y ha prometido “responder ante el Parlamento sobre cualquiera de estos asuntos… durante el tiempo que sea necesario”. Quizás no debamos esperar mucho para obtener algunas respuestas.

Traducido por Lucía Balducci

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