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La Ingobernable vuelve al centro de Madrid: crea una “oficina de derechos sociales” en un antiguo hostal

La Ingobernable, de nuevo en el centro de Madrid.

Andrea Atanes

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La Ingobernable vuelve al centro de Madrid, tras más de un año de inactividad, esta vez como oficina de Derechos Sociales. “No sabéis cuánto os hemos echado de menos”, han proclamado desde el colectivo, después de okupar un nuevo edificio en la calle Cruz 3 y 5. Se trata de un antiguo hostal, y constituye su tercera okupación tras los desalojos de la mítica Gobernador 39 y la posterior en Alberto Bosch 4.

Acompañado por marchas militares con motivo del 2 de mayo, el barrio se movía entre miradas y susurros mientras un centenar de personas esperaban ansiosas el crujir de la puerta del antiguo Hostal Cantábrico. Sobre el mediodía, la Ingobernable ha desplegado su pancarta en los balcones, con el lema “derechos sociales para cambiarlo todo”.

El bloque, propiedad de los hermanos Fernández Luengo, más conocidos por ser los propietarios de la cadena de peluquerías Marco Aldany, lleva vacío 5 años. Eloy, portavoz del colectivo, explica que la familia acumula alrededor de 30 inmuebles y un patrimonio de más de 70 millones entre terrenos y construcciones. “Se dedican a especular con los edificios de nuestra ciudad”, defiende el activista, quien añade que Daniel Fernández Luengo aún está siendo investigado por la justicia, acusado de delito de odio en el desalojo de La Pluma.

“Abrimos este nuevo proyecto para resistir en común y conquistar derechos”, explica Alejandra, otra de las portavoces, mientras el equipo de mediación dialoga con los policías que se han acercado al lugar. Unas cincuenta personas se encuentran dentro del edificio y tratan de abrir las ventanas para proclamarlo bajo el dominio del colectivo. Tienen una nueva organización, centrada en siete ejes de actuación: derecho a la alimentación, precariedad laboral, derecho a la protesta, renta básica, salud comunitaria, transfeminismo y disidencia y ley de vivienda. “La pandemia de la COVID-19 ha puesto de relieve muchas vulneraciones sistemáticas de derechos y se superpone a otras crisis, como la ecológica, la económica o la social. Creemos que los espacios tienen que vertebrarse en esos ejes de lucha para conquistar estos derechos”, justifica.

Buscan resolver un problema que puede parecer individual de forma colectiva, desde la autogestión, analizándolos como conflictos sistémicos, tal y como explica Roxana, la última de las portavoces. Se trata, según declara, de una asesoría colectiva, tomando como referencia el modelo de la PAH (Plataforma de Afectados por la Hipoteca): “Una vecina llega con una orden de desalojo y tras ponerlo en común y colectivizarlo se da cuenta de que necesita a sus vecinas, a sus amigas, para dar respuesta a ese problema”. Además de esta nueva función, como ODS, siguen declarándose como un espacio abierto para otras organizaciones, como Fridays for Future o Abrir Brecha, animando a los madrileños a participar e incluso crear nuevos ejes.

Las activistas rompen en aplausos y gritos de júbilo cuando sus compañeras consiguen por fin asomarse a los balcones vestidas con 'mantón de manila' a ritmo de la canción homónima de C.Tangana y declarar el edificio como suyo. La Ingobernable vuelve a tener sus puertas abiertas para los vecinos de Madrid.

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