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ENTREVISTA Begoña Villacís, vicealcaldesa de Madrid

“En los pactos del Ayuntamiento hemos sido todos veleta”

La vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís. / Marta Jara

Sofía Pérez Mendoza

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La vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, saca pecho de las 352 medidas acordadas por unanimidad entre los cinco partidos del Ayuntamiento de la capital. Incluido Vox, con quien Ciudadanos no quiso hacerse fotos en las negociaciones para lograr la investidura hace un año y que intentó vetarla cuando pidió a los manifestantes de Núñez de Balboa que trasladaran las protestas contra el Gobierno a los balcones. “Es un oasis en el desierto”, defiende en esta entrevista, en la que prioriza la forma (el pacto) al fondo (las medidas). El encuentro con elDiario.es se produce a finales de la semana pasada, cinco días después de las elecciones gallegas y vascas que acabaron con mal resultado para Ciudadanos.

La número dos del Ayuntamiento de Madrid admite que la figura del alcalde, José Luis Martínez-Almeida, ha crecido porque se le había “caricaturizado” y asume, sobre Ciudadanos y su papel, que hay momentos “en los que tienes que pensar menos en tu propio protagonismo y más en tu ciudad”. Sobre la emergencia social tras el coronavirus, un día después de que decenas de personas exigieran al Ayuntamiento una solución para las 45.000 que dependen de bancos de alimentos responde que “muchas de las comidas que están dando las entidades vecinales y las parroquias” es proporcionada por el Consistorio. El Gobierno municipal, dice, pondrá la respuesta social por delante pero mantiene los proyectos de mandato (A5, Nudo Norte...) y la intención de seguir bajando impuestos. “Si se tiene que sacrificar alguien va a ser el Ayuntamiento y no los autónomos”, afirma mientras pide al Gobierno de Pedro Sánchez que les permita gastar el superávit porque “se necesita como el comer”.

Los Pactos de la Villa han logrado lo imposible: que la izquierda madrileña y Vox se hagan una foto juntos. ¿Está satisfecha con el resultado?

Sí, mucho. Muchas veces tienes prejuicios sobre los personajes, pero cambia todo cuando conoces a las personas. Se ha producido un encuentro maravilloso, absolutamente responsable, absolutamente maduro y difícil. Porque a mí me consta que muchos de esos partidos han recibido presiones. Concretamente las hemos visto de forma pública: cómo Podemos ha criticado a Más Madrid. Y Podemos no ha sido más crítico ni más exigente de lo que ha sido Más Madrid con nosotros. En los pactos y a lo largo de la pandemia, lo que pasa es que uno puede construir su crítica como quiera y de hecho nos han criticado mucho, y algunas veces con razón, y nos han exigido mucho. Pero eso no quita que luego te tengas que sentar y te sientes.

¿Cuál es la medida más importante de esos pactos?

Para mí, la gran medida es el pacto en sí. Es un oasis en el desierto. Los políticos tenemos muy mala prensa y muchas veces inmerecida. Se ha hecho una caricatura de nosotros según la cual todo lo que hacemos es bronca y insultos. Eso dista mucho de las razones por la que te metes en política cuando has dejado un trabajo. Nos hemos sentado con ánimo constructivo de verdad, con buen ambiente y con ganas de pactar. El insulto no son gajes del oficio de ser político y sobre todo es necio pensar que eres muy bueno y el que tienes enfrente es muy, muy malo. Es una construcción que es absolutamente maniquea, triste, pobre. Para mí es una lección que ha dado toda la corporación: el gobierno siendo generoso, entendiendo que prefiere pactar a gobernar en solitario, pero sobre todo a la oposición. Le doy más valor a lo que ha hecho la oposición a lo que hemos hecho nosotros.

Existe un cierto consenso en que Almeida ha ganado cierta credibilidad y peso político en la pandemia. ¿A qué lo atribuye?

Estoy de acuerdo porque inicialmente creo que se había caricaturizado también la figura del alcalde y en tiempos como estos se ve más el trabajo de las personas y el trabajo que hemos hecho en el Gobierno. Es verdad que liderado por Almeida, por eso quizá ha sido descubierto. El desempeño no ha sido crispado sino muy centrado en lo que teníamos que hacer. Hay gente que la pandemia está pensando en hacer política, mala política, y nosotros hemos estado gestionando

El Ayuntamiento no tiene muchas competencias para combatir la crisis en comparación, por ejemplo, con la Comunidad. Una es la emergencia social. Se han visto y se ven aún largas colas en entidades montadas improvisadamente por los vecinos ante el hambre. ¿Cómo lo explica?

En muchas de esas parroquias la comida que están distribuyendo es la nuestra, del Ayuntamiento. Lo que hemos hecho es organizarnos porque teníamos que conseguir alimentos, improvisar cocinas... Desarrollar una infraestructura logística para la que el Ayuntamiento no estaba preparada. Nos hemos valido de la colaboración con muchas entidades vecinales, sociales, con parroquias que han hecho una gran labor. Así que muchas de esas comidas que están dando son nuestras. Siempre que una asociación ha querido colaborar con nosotros, y muchas asociaciones las hemos buscado nosotros, hemos trabajado fenomenal: Fundación Madrina o Cáritas están repartiendo comida del Ayuntamiento y luego hay otras que articulaban la ayuda ellos solos. Nos parece muy bien, pero cuando nosotros recibimos una petición en Servicios Sociales no es meramente la comida porque el trabajo que tienen que hacer Ayuntamiento no es meramente asistencial. Hacemos la evaluación de la familia: si están o no los nuevos niños escolarizados, si tiene algún otro problema, cuál es su situación de vivienda. Cuando las entidades ayudan, que eso nos parece fenomenal, no saben si la persona que están atendiendo ya recibe la ayuda del Ayuntamiento en forma de emergencia. A mí no me supone un problema que reciban dos comidas. Todo lo contrario. A las asociaciones les hemos pedido los datos para que las familias entren en el circuito de servicios sociales y algunas han querido colaborar y otras no. Nadie que haya acudido se ha quedado sin atender. Estamos dando de comer a 88.000 familias y somos muy conscientes de que esto es solo el principio. Necesitamos disponer del superávit y el Gobierno de la nación no está teniendo en cuenta la dimensión local.

El Gobierno ya ha propuesto una fórmula para disponer de ese superávit. ¿Les encaja?

Se nos está proponiendo muchas fórmulas, pero no vemos interés por parte del Gobierno. Se lo hemos pedido por carta, por mar, tierra y aire. Las pérdidas que estamos teniendo nosotros, incluyendo a las empresas municipales, rondan los 458 millones de euros. Si tenemos en cuenta que las pérdidas se van a mantener y que los gastos se van a aumentar, o nos permiten gastar el superávit por razones de urgencia o por razones de especial necesidad, o no sé cómo lo vamos a hacer. De hecho, en los pactos los grupos se vincularon a un documento que decía que para llevarlos a cabo necesitamos superávit.

No faltan voces que dicen que el ascenso de Almeida lo es por el contraste de la gestión y las declaraciones de Díaz Ayuso.

Estando en un gobierno y gestionando ves muchas cosas que no ves desde fuera. Toda la complejidad. No estoy en la Comunidad de Madrid y no me atrevo a definirlo porque no sé todo lo que ha supuesto para ellos. Han estado sometidos a un estrés muy grande: la sanidad y las residencias... han cobrado una dimensión según la cual no puedes dormir por las noches. Han sufrido un estrés para el que humanamente hay que estar preparado, hay que vivirlo. Son momentos distintos, son composiciones distintas. La oposición que tiene la Asamblea probablemente no tenga tanto que ver con la que tiene el Ayuntamiento de Madrid. Nosotros hemos tenido la suerte de tener una buena oposición y eso hay que reconocerlo también. No todo el mérito es del Gobierno.

¿Teme que sea el alcalde el que capitalicen votos y popularidad la gestión del Gobierno y que eso deje a Ciudadanos en un segundo plano?

Es un riesgo porque a día de hoy los gobiernos en coalición no tienen la suficiente tradición en nuestro país. La experiencia requiere pedagogía, que pase el tiempo para que para que se vea qué aporta uno y qué aporta otro. Lo que sí que hemos hecho es un buen gobierno y eso es visible para todo el mundo. Hay momentos en los que tienes que pensar menos en tu propio protagonismo y más en tu ciudad. Nosotros lo hemos tenido muy claro. Hay gente que se le da mejor y a gente menos bien decir “esto lo he hecho yo”. A mí me parece que no es el momento para hacerlo. Ya llegará.

¿Almeida se ha puesto el traje de negociador con la crisis?

Sí, todos nos lo hemos puesto. Pero han recibido más atención aquellos a los que se les presume menos el carácter pactista. Llama mucho más la atención que Vox, Más Madrid o el PP pacten a que pacte Ciudadanos. Porque en nosotros es algo natural. Estamos muy acostumbrados a pactar, por eso no es tan noticioso. Lo bueno de esta ocasión es que por primera vez no nos han llamado veletas porque hemos sido todos veleta. Ciudadanos ha tenido un papel importante en los pactos, y lo digo con cierto orgullo, pero quizás más importante ha sido el de los partidos que están menos acostumbrados a pactar porque para ellos es mucho más complicado.

Asuntos espinosos de la legislatura, como Madrid Central, se han quedado fuera de los pactos. ¿El Gobierno va a ir hacia adelante con el recorte de la zona de bajas emisiones?

No, si de nosotros depende. En el pacto de Gobierno estaba la mejora, no la reducción ni la eliminación de Madrid Central. Se han hecho muchas cosas para mejorar Madrid Central: hay pantallas para decirte que los parking están llenos, la señalización ha mejorado clarísimamente... Además, hay cuestiones que no contemplaba Madrid Central y en las que no se había avanzado en absoluto en el mandato anterior, como las peatonalizaciones. Nosotros tenemos, por ejemplo, la Puerta del Sol. Eso sí que es otorgar espacios de calidad, no sólo afianzar un proyecto, sino darle más peso todavía. Y eso lo vamos a hacer en todos los distritos porque entendemos, a diferencia de lo que había ocurrido antes que nosotros, que Madrid es policéntrico. En esto el Partido Popular y nosotros somos más distintos. La evolución de las ciudades va en esa línea y hay cosas en la vida que te permiten ir más rápido. Para mí, la COVID-19, que ha sido una auténtica tragedia para la ciudad, nos ha hecho descubrir el cielo azul, la calidad que supone que no haya tantos coches en la ciudad... Hay cosas en las que no deberíamos dar marcha atrás.

Entonces, ¿Ciudadanos va a bloquear en la Junta de Gobierno el recorte de Madrid Central si va hacia adelante?

Sí.

Esos roces por las políticas medioambientales, ¿han ido a más o menos con la epidemia?

Con la epidemia no ha habido porque se ha avanzado en políticas medioambientales. En peatonalizaciones podíamos haber hecho más pero se ha avanzado. La pandemia nos ha ayudado en ese sentido porque de repente todo el mundo ha reconocido otro Madrid y hay una parte de ese Madrid que le gusta y que quiere que se quede. Y aparte, pone sobre la mesa el debate más sustancial que se va a producir a nivel urbe. El problema más urgente es, sin duda, el problema social y económico, pero ligado a eso tenemos el espacio público. El espacio público cobra una importancia como no la ha tenido nunca antes. Sobre eso hay un cierto consenso y eso nos ayuda en nuestras tesis.

En los pactos no hay referencias a la violencia contra las mujeres o de género. ¿Es un peaje que han tenido que pagar por el apoyo de Vox?

Pagado por todos los grupos. Podría haber saltado por los aires y todo el mundo entendió que no queríamos que saltara por los aires. Vox reconocía que había violencia sobre las mujeres y nosotros reconocemos que también hay otras violencias. Existe la violencia, pero a nosotras nos ocurre más. Es un hecho, por ser mujer tienes muchas más papeletas de ser violada. Es una cuestión que a mí me parece que es innegable. Aparte, tenemos un pacto que salió adelante con los grupos para luchar contra la violencia machista y hemos empezado a implantar muchas de las medidas. Como Gobierno estamos absolutamente vinculados a ella.

El acuerdo recoge la agilización de las licencias urbanísticas de acuerdo con la modificación que se va a hacer en la Asamblea de la Ley del Suelo. ¿La salida de Madrid de la crisis es más ladrillo?

No es más ladrillo porque hemos aprendido de la crisis anterior. Lo que sí es necesario es que el Ayuntamiento no nos suponga un agente bloqueador de todo. La agilización de licencias no supone más ladrillo. Es también para abrir una actividad económica, para poder poner la terraza... Los ciudadanos están muy lejos de entendernos como ayuntamiento. Nuestra normativa es absolutamente críptica y eso produce un efecto de indefensión. Lo que hacemos nosotros, haciendo que la normativa sea legible y más simple, es dar herramientas a los ciudadanos y permitir que se enteren, pero que no tengan obstáculos. Nos falta, por ejemplo, mucha vivienda social. Si como Ayuntamiento me pongo a construir vivienda al ritmo que lo hacía Más Madrid voy a tardar 20 años en cubrir las necesidades. Sin embargo, si yo me alío con el sector privado para que ellos hagan su parte de vivienda con todos el espacio que tenemos en los desarrollos del sureste, los plazos con los que voy a manejar son infinitamente más cortos. ¿Qué es lo que tengo que asegurar como ayuntamiento? Que la gente tiene vivienda. Si la gente necesita una vivienda social, le da igual que la haya hecho el IVIMA o no sé qué constructora. Lo que le importa es que tenga vivienda y que el precio sea asequible.

Las asociaciones que protegen el patrimonio y los ecologistas alertan de que disminuye los controles a las constructoras teniendo en cuenta que venimos de una época de corrupción con el ladrillo.

Me parece que es un poco brocha gorda. No pueden criticar sistemáticamente todo. Yo prefiero responder argumento por argumento, pero no ante que todo está mal. No disminuyen los controles ni muchísimo menos, lo que disminuyen son los tiempos. Cada mes que nosotros nos pasamos sin responder a una promotora, se encarece de media, según un cálculo de Asprima, en 18000 euros los gastos que tiene una comunidad. Y eso acaba siendo mayor precio de venta de los pisos. Es un modelo en el que no solo creo yo, sino a nivel de inversión internacional se está confiando mucho en Madrid porque ofrece mucha seguridad jurídica.

Pero la reforma elimina la licencia previa y la sustituye por una declaración responsable revisada a posteriori.

Pero la revisión se produce, que es lo importante.

¿El Ayuntamiento tiene suficientes inspectores para hacerlo?

Está previsto para que haya suficientes inspectores y va a ser un trámite mucho más ágil.

Han cambiado las prioridades del Gobierno. Lo primero que tenemos que garantizar es que nadie se quede sin comer y luego las inversiones al ritmo que tengan que ser

El PSOE dijo el día que firmaron los Pactos de la Villa que el Ayuntamiento debía escoger a qué dedicaba el dinero. Si a Los servicios sociales o a un túnel en la A5. ¿La epidemia ha cambiado las prioridades del Gobierno?

Por supuesto. Han cambiado las prioridades. Lo primero que tenemos que garantizar es que nadie se quede sin comer. Lo más importante ahora mismo es unir fuerzas para hacer cosas, la colaboración público privada. Pero primero la emergencia social y luego las inversiones y al ritmo que tengan que ser. Algo que es un poco diabólico de la política es que tengas que hacer las cosas a cuatro años. Hay que pensar a largo plazo, aunque no te vaya a sumar a tus elecciones. La ciudad nos va a trascender a todos y no podemos estar constantemente con esta visión cortoplacista. Por eso defendí en los Acuerdos de la Villa que se incluyesen medidas que superasen el mandato.

¿Qué proyectos pueden caerse por la emergencia?

Vamos a tratar de protegerlos todos ahorrando en otras cosas. Ahora mismo no está temblando ninguno pero no lo puedo garantizar a futuro. Lo que sí que vamos a buscar es aliados. En Adif, por ejemplo ,o el apoyo del Gobierno porque les necesitamos para la construcción de los carriles Bus VAO que son fundamentales si quieren verdaderamente que hagamos una apuesta medioambiental.

Mencionaba que habrá que ahorrar en otras cosas. ¿Cuáles son esas partidas?

Pues es algo que a día de hoy todavía no estamos realizando. Será más bien reorganizar prioridades. Hemos procedido a cancelar las fiestas de distrito porque eso tiene que ir a lo más necesario y esto puede esperar. Tenemos muy claro como equipo de gobierno, y con respecto a eso hay una cohesión total, que lo más importante va a ser la emergencia social. Si nos dieran el superávit, que lo necesitamos como el comer, y es literal, no tendríamos que reducir de nada más. Los que tenemos que dar de comer a los vecinos somos nosotros. Es algo tan elemental que no entiendo cómo en tres o cuatro meses Sánchez no ha llamado ni una sola vez al Ayuntamiento de Madrid.

¿La epidemia altera, por la caída de ingresos y el aumento de gastos, los planes para bajar impuestos que siempre han defendido?

No. Por una sencilla razón. Un ayuntamiento, cualquier institución, para funcionar bien tiene que ser una solución que escuche de verdad, que sea empática. El Ayuntamiento no puede ayudar a que se desequilibre a favor del cierre, y eso es lo que haces cuando subes los impuestos. El objetivo número uno del Ayuntamiento de Madrid es atender a la emergencia social. Si yo tuviese que definir el 2 es ayudar a que cualquier empresa de Madrid sobreviva. Si sobreviven los empleos, la gente no cae en emergencia social. El Ayuntamiento es la ciudad y son los madrileños. Y no lo digo como frase hecha. El Ayuntamiento necesita ingresos, ¿pero qué necesitan los autónomos y los hosteleros? Necesitan tener menos gasto porque si tienen el mismo gasto y no tienen ingresos... Si se tiene que sacrificar alguien va a ser el Ayuntamiento y no los autónomos.

Las organizaciones vecinales hicieron una concentración aquí en el Palacio de Cibeles en la que exigían que el Ayuntamiento se hiciera cargo de 45.000 personas que estaban atendiendo. ¿Los servicios sociales han colapsado?

No, no ha pasado. Han trabajado muchísimo más y hemos hecho el mayor aumento de plantilla, con 264 trabajadores más. En los últimos cuatro años el refuerzo fue cero. El gobierno de lo social me parece que es el nuestro, que es el que realmente ha hecho una apuesta presupuestaria. No de titulares ni de declaraciones. Las personas han recibido ayuda desde el 010, incorporando parte de su tramitación; con el empadronamiento online, que también ha sido la novedad para favorecer la gestión de las ayudas. Hemos cambiado la ordenanza, además. Antes se daban las ayudas en tres meses y nosotros las estamos dando en una semana cambiando simplemente la ordenanza. Hemos llamado a todos los mayores de esta ciudad, hemos creado lineas de ayuda telefónica para acudir a hablar, líneas de duelo. Fuimos la primera administración del mundo en generar un recurso como Ifema para la gente sin hogar que ha sido referente. Hemos creado hoteles para dispositivos sin hogar, hemos creado recursos también para personas que se quedaban viudas y que necesitaban atención... Hemos inventado para atender a todo el mundo.

Lo que critican las personas que gestionan los bancos de alimentos y los usuarios es que es difícil contactar con el 010, para pedir ayuda a servicios sociales, o que las citas se dan para mucho tiempo.

Es verdad que el 010 se ha visto sometido a un estrés sin precedentes porque ha tenido que asumir muchas gestiones que antes y se han triplicado las llamadas. Hemos tenido que avanzar en el teletrabajo de una forma sin precedentes, que nosotros también teníamos a gente afectada por la COVID porque tenemos bajas y que teníamos que hacer cosas que no habíamos hecho nunca, como atender llamadas de los servicios sociales. Es verdad que eso siempre genera disfunciones pero lo estamos arreglando. Ahora mismo va muchísimo mejor.

Con el cierre de las despensas solidarias, ¿se enfrenta el Ayuntamiento a una nueva avalancha de demanda en los servicios sociales?

No necesariamente. Es que probablemente las personas que están acudiendo ahí también están acudiendo a nosotros. No creo que haya nadie que no acuda al Ayuntamiento pero probablemente es gente que llamó a varias puertas. Y es lógico que si te pueden dar dos comidas en una situación en la que no sabes lo que te va a pasar mañana, es mejor que una. Es que esto es absolutamente natural. En cualquier caso, nosotros siempre trabajamos con la peor de las hipótesis a diferencia de lo que hace el Gobierno y por eso hemos hecho el mayor esfuerzo que se ha hecho en toda la historia del Ayuntamiento de Madrid en servicios sociales. Así que estamos preparados. No sé cómo va a evolucionar esto. Ojalá que evolucione bien porque estoy viendo auténticos dramas y todos los días hay persianas que echan el cierre en Madrid.

Entonces, ¿tienen capacidad para atender a esas 40.000 personas que dependían de bancos de alimentos que ahora cierran?

Nosotros tenemos capacidad para tener a esos 40000 personas, si es que no están siendo atendidas. En los distritos nos contaban que es la mayoría. Pero al igual que hay gente que da cifras alegremente, yo no las doy porque solo las doy cuando puedo confirmarlas estadísticamente. En cualquier caso, no sabemos cómo va a evolucionar esto y los recursos son finitos. El superávit es fundamental. Las personas que gestionan algunos bancos ahora se van de vacaciones, lógicamente, porque son voluntarios y estamos pidiendo los datos para que podamos ayudarles y no nos los están mandando.

¿Ninguna asociación les ha pasado los datos?

La mayoría sí. Con la mayoría de asociaciones de vecinos estamos trabajando a satisfacción de verdad, porque además se han dejado la piel. Y desde aquí quiero hacer un reconocimiento a todos los voluntarios porque están haciendo cosas maravillosas.

Respecto a las residencias de mayores, ¿tuvo conocimiento de las actas que estaba firmando la Policía Municipal y que alertaban de la situación a la que estaban sometidos estos centros?

Yo no tuve conocimiento de las actas. Cada uno estamos llevando nuestras áreas. Estoy pendiente de las tres residencias que tenemos en el Ayuntamiento, estuvimos en contacto con ellas.

Había conocimiento de lo que pasaba en las residencias, pero no había medios

Más Madrid les ha criticado por no poner en conocimiento como Ayuntamiento el estado de los mayores y las residencias.

Desde el Ayuntamiento de Madrid, no siendo de nuestra competencia, hemos ido con el Samur a desinfectar muchísimas residencias en la Comunidad Madrid. No es que se desconociese. Había conocimiento, lo que no había eran medios. Pero no es una cosa que haya pasado solo en Madrid, ha pasado en todo el mundo. Es imposible que estés dimensionado para lo que no conoces. De hecho, ahora mismo cuando entendamos que hay que hacer un pacto sanitario a nivel nacional y que haya que tener más EPI y más mascarillas, nos estaremos preparando para la pandemia del coronavirus, no para la pandemia de dentro de cinco años si llega. A lo mejor en la próxima crisis global no es una crisis sanitaria, sino un apagón informático. Estábamos infradimensionados porque no sabíamos que esto nos iba a ocurrir. Por tanto, sí que había información. No estaba en la Comunidad pero lo doy por hecho. Alberto Reyero –consejero de Políticas Sociales (Ciudadanos)– cada vez que hablaba pedía más medios y medicalización. El consejero de Sanidad ha tratado de hacer todo lo que ha podido, pero no había medios. Nosotros lo pasamos muy mal al principio. Demandábamos al Gobierno mascarillas y EPIS y no nos dejaban comprar porque como había mando único nos lo hubiesen confiscado. Ahora, a posteriori, es muy fácil decir que algo ha sido culpa de alguien. Y se han cometido errores, por todo el mundo. Siempre digo que esta crisis no vienen con un manual de instrucciones. Los errores tienen que servir para aprender de ellos. El problema que tenemos ahora mismo es Barajas, me tiene tremendamente preocupada. He cogido vuelos dos veces y no me han hecho ni un test.

Ayuso y Almeida han firmado un protocolo para promocionar la tauromaquia. ¿Lo apoya? ¿Cree que es el momento adecuado?

No lo conozco en su integridad y no sé si conlleva dotación presupuestaria o no. No puedo hablar con toda la información. Tendría que estudiarlo.

Unos días antes de arrancar las negociaciones de los Pactos de la Villa, Vox dijo que la vetaba y que no se sentaría con usted a negociar nada. ¿Han mejorado sus relaciones? ¿Ya no les importa hacerse una foto con ellos?

A mí no me importa hacerme fotos con nadie, simplemente estaba pactando con el Partido Popular un gobierno. No tenía que negociar con Vox porque a mí no me iban a hacer alcaldesa. Iban a hacer alcalde a Almeida, con lo cual la responsabilidad la tenía Almeida. Es verdad que hay cuestiones en las que estamos políticamente muy distantes. Pero la distancia política no justifica ni los insultos, ni los malos modos, ni los desaires. Se vota distinto y punto. Tienes que tener educación democrática y como este país no lo asuma vamos a volver a lo peor, a las trincheras y a cosas que son muy estériles.

¿Cómo explican a sus electores que en el Ayuntamiento se firman pactos por unanimidad de todos los partidos y en la Comunidad de Madrid Ciudadanos y el PP, que forman parte del mismo Gobierno, estén enfrentados cada vez de una forma más pública?

Esa no es la sensación que tengo yo últimamente. En el Ayuntamiento de Madrid se han formulado pactos con todos los partidos políticos y se tienen que dar muchas circunstancias, no solo Ciudadanos. Nosotros somos una parte hacedora porque somos centro, pero también dependemos de la voluntad de todos los partidos políticos. Al Vox de la Comunidad de Madrid, con Rocío Monasterio, no le veo con muchas ganas de pactar. Ni tampoco a Podemos. Las competencias, además, son distintas y lo local siempre es más posible en los pactos porque porque tener la realidad más cerca funciona.

Con la experiencia de la pandemia y los choques que ha habido en el Gobierno regional, ¿garantizaría que el Ejecutivo de la Comunidad de Madrid va a durar cuatro años?

Sí. Bueno, tres años ahora.

Ayuso admitió que se había planteado convocar elecciones anticipadas.

El Gobierno estuvo sometido a un estrés sin precedentes. Pensar que estás al mando de una región, lo digo por Ignacio (Aguado) e Isabel (Díaz Ayuso), en la que está muriendo tantísima gente y en la que está pasando lo más grave que ha ocurrido en años, en la que por primera vez te ves obligado a recortar libertades en una región probablemente de las más libres del mundo... Nada es normal. Ni psicológicamente respondes de manera normal. Desde el punto de vista personal es así. Duermes menos horas, estás preocupado constantemente. Yo he echado canas, que no tenía. Ahora las cosas van volviendo a su cauce.

¿Y pondría la mano en el fuego porque este Gobierno, el municipal, terminará el mandato?

Eso seguro, segurísimo.

¿El consejero de Políticas Sociales, Alberto Reyero, va a terminar cesado?

No, entonces tendrían que cesar todos los consejeros de Políticas Sociales de todas las regiones del mundo porque han pasado todos por situaciones muy similares.

¿Comparte que el protocolo de la Consejería de Sanidad para no trasladar a mayores desde residencias a hospitales era ilegal, como dijo Reyero?

Es un tema que no conozco muy profundamente y hay muchas sombras: si se publicó, si no; si es un borrador... No quiero pensar en que se ha seleccionado a nadie. Una herida que nos durará años es lo que han vivido nuestros mayores en las residencias. Si Reyero ha dicho que se ha hecho un filtrado y es ilegal, sus razones tendrá. No he hecho un estudio jurídico de las instrucciones. Pero creo que todo el mundo tiene derecho a la vida.

¿Corre riesgo algún consejero o consejera más de Ciudadanos en esa puerta abierta que dejó Ayuso para reducir carteras para lograr el apoyo de Vox en los presupuestos?

Necesita el apoyo de Vox, y eso está claro, pero tiene un pacto de Gobierno con Ciudadanos, a quien necesita mucho más. Se pueden hacer reducciones organizativas sin quebrantar un pacto de Gobierno. En Vicealcaldía reducimos el presupuesto gracias a una nueva organización. ¿Qué área te vas a quitar? ¿Economía, en estos momentos? ¿Servicios Sociales? ¿Universidades?

A nivel nacional, ¿entiende su electorado que pacten con Sánchez y gobiernen con el PP?

Sí, somos un partido de centro. Lo que falta en este país es la cultura de centro. La pregunta que nos hacemos no es “¿estoy pactando con el PSOE?”, si no “¿España necesita un estado de alarma?” Es así de simple. En el Ayuntamiento de Madrid quiero recordar que yo no veté al PSOE pero Partido Popular tenía más escaños que nosotros. Había que bajar impuestos y había que hacer una serie de cosas que compartíamos en el programa. Cuando decimos: no es con quién, es para quién, es así y lo hemos demostrado. Hay partidos que han encontrado la utilidad en quedarse en la esquina y decir “yo no aporto, solo critico”. Suele ser malentendido como coherencia no cambiar de posición hagas lo que hagas. A mí me parece un síntoma de inteligencia ser capaz de reflexionar y cambiar una posición si las cosas cambian. Y en España ya han cambiado muchas cosas. Estaba muriendo mucha gente, no podíamos levantar el confinamiento. Habría sido una gravísima irresponsabilidad. En lo personal es una cosa que te persigue de por vida y que no te puedes permitir hacer. Así que hicimos lo que necesitaba nuestro país y lo seguiremos haciendo. Eso a veces supondrá pactar con el PSOE y a veces con el PP y con quien haga falta dentro de unos límites constitucionales y defensa de las libertades.

¿Con qué se encuentra más cómoda Villacís: con el cordón sanitario de Albert Rivera al PSOE o con la apertura de Arrimadas?

Albert no ha sido de cordones sanitarios. Pero cada uno ha vivido su liderazgo en un momento diferente. La situación de Inés, que es profundamente pactista, como ha demostrado siempre, es una pandemia mundial y la necesidad de apoyar un estado de alarma. No apoya a Sánchez, sino que hace un apoyo puntual al estado de alarma. Y después de este apoyo va a seguir teniendo los mismos escaños. Era mucho mejor un apoyo con nosotros que con ERC y Bildu, aunque parece que el PSOE tampoco tiene muchos remilgos. Cuando defendemos la unión de España como concepto común y de solidaridad, estamos en un polo. El que abandonó ese polo fue el Partido Socialista, coqueteando con la izquierda y con los nacionalistas. Para pactar, la confianza es muy importante y aquello fallaba. Quiero recordar que al final, en las segundas elecciones, viendo que nada cambiaba, se ofertó el apoyo a la gobernabilidad de España. Albert ha sido muy pactista pero no quería blanquear el proyecto sanchista, que es “voy a pactar con quien haga falta para lo que haga falta a cambio de mi presidencia”. Y se pagó. Él creó que centro político. Bueno, esto es un poco osado. Como espacio estaba pero había sido ocupado con anterioridad de forma muy frugal. Ese centro ahora está siendo defendido por Inés Arrimadas y tiene que crecer en España. No podemos quedar en manos de los extremos ni tampoco volver al bipartidismo..

Los resultados de Ciudadanos han sido malos en Galicia y en Euskadi la candidatura conjunta con el PP ha reunido menos escaños que cuando iba en solitario. ¿Son achacables a Arrimadas o el partido todavía está sufriendo la inercia de la etapa final de Rivera?

Galicia y Euskadi no son espacios donde Ciudadanos tenga presencia, implantación territorial. No hemos puesto demasiadas expectativas en el sentido de que tampoco teníamos buenos resultados de antes. Inés está haciendo un grandísimo papel, está generando ilusión con respecto al centro. Solo tenemos 10 escaños, que cuantitativamente no son muy representativos pero cualitativamente lo están demostrando. Son más importantes nuestros 10 escaños que los 50 que tiene Vox. Inés Arrimadas está siendo más útil para España con 10 escaños que algunos, como el PP, con 88.

¿Apoyará Ciudadanos los presupuestos anuales?

A día de hoy no está sobre la mesa. Es una pantalla dentro de otras pantallas. No apoyaremos presupuestos que sean populistas o satisfagan intereses territoriales por encima de los intereses de todos los españoles, porque además son los puestos que a nivel europeo no van a ser entendidos. Y a día de hoy tenemos que ser muy conscientes de la importancia de Europa en nuestras políticas, no es que seamos súbditos, es que nos tienen que dar dinero porque lo vamos a necesitar. Entonces, Sánchez tiene que tener mucho cuidado con cómo se presenta a Europa.

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