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El nuevo Bicimad de Almeida funciona peor que el viejo y promete el caos a los nuevos usuarios (pero es gratis)

Almeida, el lunes en la estación de Bicimad en Suanzes que no funcionaba este martes.

Diego Casado

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En Madrid tenemos la suerte de contar con una de las calles más largas de Europa, la de Alcalá. Empieza en la Puerta del Sol, pasa por la plaza de Las Ventas y llega hasta Barajas. Mide 10,5 kilómetros de largo y en su parte final, desde esta semana, hay una estación del nuevo Bicimad.

Hasta su número 506 se marchó el pasado lunes el alcalde de Madrid para enseñar a los medios lo lejos que va a llegar su renovado servicio de alquiler de bicis públicas, esas azules antivandálicas que presentó (y en las que montó) hace ya un mes. Pero aquello no pintaba bien desde el primer momento: en el mismo evento empezaron los fallos de desanclaje ante los periodistas y el acto se acabó retrasando ante la mirada nerviosa de los responsables de la Empresa Municipal de Transportes (EMT), la compañía pública que gestiona el servicio.

Aquella estación era este martes el mejor ejemplo del desastre en el lanzamiento del nuevo Bicimad: decenas de ciclistas en potencia intentando liberar las nuevas y flamantes bicis, sin conseguirlo ninguno. “Ayer empezó a fallar, hoy no funciona nada”, lamentaba por la tarde una usuaria habitual del servicio que esperaba poder utilizar la nueva parada, cerca de su trabajo. Pero no estaba operativo ni el desbloqueo por código ni con su tarjeta Multi. Luz roja. Bloqueo.

La parada que el lunes sirvió de 'photocall' para Almeida era el martes un lugar de peregrinaje de curiosos y algunos que se animan a probar el servicio, aprovechando que el Ayuntamiento lo ha puesto gratis hasta julio. Se bajaban la aplicación móvil, se registraban e intentaban durante varios minutos conseguir una bici. Los había más o menos persistentes pero al final todos se acababan dando por vencidos y bajando al Metro de Suanzes, justo al lado, para coger la línea 5 en dirección al centro de Madrid.

El fracaso en el estreno del nuevo Bicimad se intuía ya desde la semana previa, cuando la app empezó a dar muchos fallos. Y se constató desde primera hora de la mañana del martes, momento en el que dejó de funcionar. Tampoco operaba el registro para nuevos usuarios, en un error general del sistema informático. A medida que pasaban las horas, no obstante, se fue recuperando. Con fallos continuos, aunque menores.

Para los que acababan de llegar al servicio atraídos por su coste cero, probarlo este martes fue imposible, al fallar el desbloqueo por QR o código alfanumérico, la única forma de liberar las bicicletas si acabas de darte de alta. El error se extendía tanto por las nuevas estaciones como por las viejas, así que para muchos la primera experiencia con el servicio resultó frustrante.

Mientras arreciaba el caos, el Ayuntamiento de Madrid minimizaba la situación. La EMT no respondía a las preguntas de la prensa por la mañana o por la tarde y el alcalde, José Luis Martínez-Almeida, calificaba de “satisfactorio” el arranque del servicio. Pese a ello, admitía que “la migración de un sistema a otro podía generar determinados problemas”. También añadía un dato clave: que el Ayuntamiento ha dejado de cobrar para que las críticas sean menores. “La gratuidad era una forma de compensar también los problemas inevitables que se producen como consecuencia de migrar de una plataforma tecnológica a otra”, reconocía.

Almeida destacó que desde este martes Bicimad cuenta con “60 estaciones nuevas y hay 700 bicicletas nuevas”, un dato falso al menos en lo que se refiere a las paradas, pues algunas de las que deberían haberse estrenado no estaban aún operativas. En la calle Hernani (Tetuán), varios operarios de una contrata de la EMT se afanaban por la tarde en dar suministro eléctrico a la nueva estación situada en el cruce con Edgar Neville.

La oposición, mientras tanto, cargaba contra el estreno fallido del nuevo sistema. “Cuando pones más interés en lograr un titular que en garantizar un sistema informático correcto, pasan cosas como éstas. Cientos de usuarios afectados y Bicimad fuera de servicio el primer día de su gratuidad”, afirmaba el concejal del PSOE Ignacio Benito.

“La gente tiene muchísimos problemas para coger bicis con la aplicación antigua y tampoco los trabajadores tienen posibilidad de saber dónde están las bicis”, criticaba el portavoz de campaña de Más Madrid, Eduardo Rubiño. “Con la entrada en funcionamiento del nuevo sistema, en vez de ponerlo fácil, no, Almeida lo complica y los usuarios vamos a tener que hacer un máster para entender cómo coger una bicicleta con el nuevo y viejo sistema conviviendo. Es especialista en inaugurar el caos perfecto”, aseguraba.

Los únicos viajeros de Bicimad que consiguieron arrancar el sistema este martes fueron los abonados con tarjeta física (las negras con las que se lanzó, hace ocho años) o los que lo usaban asociado a la tarjeta Multi (la de los bonos de 10 viajes de Metro). Pero solo en las estaciones con bicicletas antiguas, las blancas. Algunos incluso no sabían que desde hoy y hasta julio sus viajes les van a salir gratis.

Paradójicamente, los que mejor funcionan ahora son los ciclos que están condenados a extinguirse en las próximas semanas, según los planes municipales. El Gobierno de Ameida prevé una progresiva sustitución de las 2.964 bicicletas blancas por 7.500 azules hasta el 31 de julio, cuando acabará el todo gratis. Pero a la vista de la escasa fiabilidad del cambio demostrada el primer día, para eso todavía queda un largo camino.

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