Vallecas planta cara al aislamiento al que le someterá la reforma de la línea 1 de Metro
Vallecas no quiere quedarse aislado del resto de la capital. Los vecinos se enfrentan al cierre durante más de tres meses de la línea 1 de Metro, la única que discurre por ese barrio con un total de doce estaciones. Varias movilizaciones ciudadanas reclaman al Gobierno regional que la reforma se haga por tramos en las épocas de menos actividad y que se habiliten servicios especiales de la EMT que conecten con las estaciones de cercanías.
La primera tuvo lugar el pasado jueves, la siguiente será el próximo viernes siete de abril bajo el lema “Vallecas: Ni se corta, ni se aisla”. Ambas comparten el mismo objetivo: que Cristina Cifuentes se replantee el cierre de 25 estaciones de la Línea 1 de Metro durante más de tres meses, con la única solución de movilidad de contratar autobuses con una empresa privada que cubran el mismo trayecto, atravesando Madrid de punta a punta.
La Federación Regional de Asociaciones de Vecinos se sumó desde un principio a estas movilizaciones. Desde esta organización reclaman a Cifuentes que siga la línea de las anteriores remodelaciones de Metro, que se han acometido por tramos y en época de vacaciones. Es preferible ese sistema aunque suponga un aumento del gasto, dicen, con tal de evitar “el enorme trastorno” que supondrá la reforma integral.
La línea 1 de Metro entra entra en el barrio del sureste madrileño por la estación Puente de Vallecas. A partir de ahí, 11 paradas más. Las obras obligarán a cerrar entre mayo y septiembre ocho estaciones. Los vallecanos solo podrán moverse por las cuatro últimas, de Congosto a Valdecarros, que transitan por la parte más nueva y menos poblada del barrio.
Lo que diferencia a Vallecas del resto de barrios madrileños a los que afectará el cierre es que no tiene alternativa. No hay estaciones cercanas de otras líneas de Metro que permitan itinerarios alternativos, aunque estos sean algo más largos. Los únicos trenes con los que pueden enlazar son los de Cercanías.
La solución de la Comunidad de Madrid para quienes dependan diariamente del Metro es una línea de autobuses que cubrirán el mismo trayecto. No estarán gestionados por la EMT, sino que se ocupará la empresa privada que se haga con el concurso público que ha puesto en marcha el gobierno regional. Varias voces ya han alertado contra esa solución. La EMT advirtió de que los autobuses no pueden transportar al mismo número de viajeros que la línea más usada del Metro. En los momentos de más afluencia pasan por ella más de 13.000 personas cada hora.
Los pliegos del contrato, tramitado por el procedimiento de urgencia, también han generado polémica porque no exigen, por ejemplo, que los vehículos tengan rampas de acceso. La EMT y otros colectivos también han puesto el foco en la dificultad de que una flota de autobuses atraviese el centro de Madrid, lidiando con el tráfico en las horas punta.
La alternativa de la empresa que gestiona los autobuses de la capital es, además de hacer la reforma por tramos y en época de baja actividad, poner servicios especiales que conecten a los vecinos de Vallecas con las estaciones de cercanías, a través de las que pueden acceder a la almendra central de la capital y enlazar fácilmente con otras líneas de Metro.
A pesar de que el rechazo ciudadano se va a hacer visible las movilizaciones ciudadanas, parece poco probable que la Comunidad de Madrid vaya a dar su brazo a torcer. Cifuentes sigue adelante con su plan de reforma integral a pesar de la oposición de Ayuntamiento, sindicatos y asociaciones de vecinos. Al Consistorio le ha pedido “lealtad”, después que se aprobase en el pleno del Ayuntamiento una moción instando al gobierno regional a reconsiderar la reforma.
Ambas administraciones han mantenido en las últimas semanas más de 20 reuniones, pero sin avances significativos. La Comunidad no ha paralizado la licitación del servicio de autobuses, como reclamaba la EMT, y no parece dispuesta a acceder a la demandas de dividir la reforma en tres tramos alegando que eso alargará varios años las obras. Lo cierto es que la reforma integral obligará a volver a cortar la línea el próximo año.
La Consejería de Transportes de la Comunidad de Madrid no ha querido dar detalles del avance de las conversaciones con el Ayuntamiento. El Consistorio se limita a decir que el diálogo con el gobierno regional está abierto para conseguir que las obras se hagan con la menor afectación. Entretanto, el 21 de Mayo, la fecha del cierre de la línea 1 se acerca sin que Cifuentes haya cambiado una coma de su plan inicial.