BYD Dolphin: aroma de superventas
La firma BYD, abreviatura de Build your Dreams (Construye tus sueños), es una de las marcas chinas que más determinación ha mostrado en su reciente desembarco europeo y español. En menos de un año ha puesto a la venta en nuestro país tres modelos diferentes, a los que se suma ahora un cuarto, el Dolphin, y en breve otros dos más, el Seal y el Seal U.
El Dolphin es el benjamín de esta familia ya numerosa y parece predestinado, tanto por tamaño como por precio y otras consideraciones que luego desmenuzaremos, a hacerse un espacio considerable dentro del mercado eléctrico español. Con 4,29 metros de longitud y 2,7 m de distancia entre ejes, se sitúa en el corazón del segmento C, que sigue suponiendo el 18% de nuestro mercado y, en lo que a eléctricos se refiere, sumará alrededor de 9.600 unidades vendidas en este 2023.
Su sistema de impulsión se compone de un motor eléctrico de 204 CV y una batería de 60,4 kWh que concede hasta 427 kilómetros de autonomía en ciclo combinado, alrededor de 565 en conducción solo urbana. El consumo homologado es de 15,9 kWh en uso mixto y de 12 kWh en ciudad, registros ambos que nos ha resultado fácil obtener -y hasta rebajar- durante un primer contacto con el nuevo modelo. La bomba de calor de la que dispone mejora la eficiencia del conjunto en un 20% aproximadamente.
Como es habitual en el fabricante chino, las baterías del Dolphin forman parte de la estructura misma del coche, y sus celdas no se colocan formando módulos independientes. De esta forma se gana espacio y seguridad, aduce la marca; lo que se desconoce, pues BYD no lo aclara, es si es preciso cambiar la batería completa en caso de detectarse una avería en su interior.
La blade battery del Dolphin admite una potencia máxima de recarga de 11 kW en corriente alterna y de 88 kW en corriente continua. En este último caso, puede pasar del 30% al 80% de su capacidad en 29 minutos. El dispositivo permite además la carga bidireccional (V2L) en la versión más equipada de las dos disponibles por el momento.
Favorecido por un peso no excesivo para tratarse de un eléctrico (unos 1.650 kilos) y por una silueta más de turismo que de SUV, el modelo chino tiene unas reacciones vivas y ágiles, de las que son buena muestra los 7 segundos que emplea en acelerar de 0 a 100 km/h.
En carretera se agradece la presencia de un eje trasero multibrazo que otorga confort y aplomo a la rodadura, lo cual se complementa con una suspensión que resulta cómoda siendo capaz al mismo tiempo de contener muy correctamente los movimientos de la carrocería. Durante la conducción también nos ha llamado la atención, en este caso para mal, el elevado ruido aerodinámico que producen los retrovisores exteriores.
Un extenso equipamiento
Las dos versiones con las que arranca la comercialización del Dolphin (Comfort y Design) llevan asientos deportivos tapizados en cuero de origen no animal y equipados con calefacción y ajustes eléctricos, llantas de 17 pulgadas, cámara de 360 grados y pantalla central de 12,8 pulgadas capaz de girar automáticamente para colocarse en posición horizontal o vertical.
A ello se suman equipamientos como el asistente de voz Hi BYD, Android Auto y Apple CarPlay necesitados de cable, radio digital y acceso y arranque sin llave. El acabado Design añade techo panorámico, cargador inalámbrico y carga V2L, además de llantas tricolores (la del Comfort son bicolores) y carrocería bitono.
El maletero tiene en todos los casos 345 litros de capacidad con los cinco asientos en su posición normal, así como 1.310 litros si se pliegan los traseros.
La dotación de seguridad incluye aviso de colisión frontal, frenado automático de emergencia, alerta de tráfico cruzado y colisión traseros con frenada automática y asistentes de mantenimiento y de cambio de carril, entre otros sistemas. El Dolphin ha obtenido también las cinco estrellas que concede Euro NCAP.
En el interior destaca un acabado sólido y hasta vistoso que uno no espera en un coche de precio tan contenido y que se permite alardes de diseño como los aireadores inspirados en las olas del mar y los tiradores de las puertas delanteras en forma de aleta de delfín, el cetáceo que da nombre al coche.
Bajo la flamante pantalla giratoria del Dolphin, el conductor encuentra un módulo que agrupa varios botones físicos circulares que controlan funciones clave del vehículo, entre ellos el selector del cambio automático y el que regula la intensidad de la frenada regenerativa (en dos niveles). Aunque visualmente atractivo, el módulo peca de acumular muchos mandos, que por tanto son muy estrechos, y -al ser redondeados- de carecer de un punto preciso desde el que accionarlos. Afortunadamente, el del cambio es mayor y cuenta con un pico que facilita su uso.
BYD ha confirmado que durante 2024 llegarán dos versiones más asequibles y de menores prestaciones del Dolphin. La llamada Active incorporará un motor de 95 CV y la Boost, uno de 177 CV, ambos con batería de 44,9 kWh que les proporciona 340 y 310 km de autonomía, respectivamente.
En cuanto a las que ya están a la venta, la Comfort presenta un precio de partida de 35.690 euros y la Design, de 37.690 euros. A ellos hay que descontar, hasta final de año, 3.000 euros de campaña de lanzamiento. Además, BYD adelanta los hasta 7.000 euros de ayudas del Plan Moves y añade 1.210 euros adicionales para sus beneficiarios.
En resumen, el Dolphin saldría por 31.480 euros sin descontar esos incentivos, y por 24.480 euros con ellos, en tanto que el Design se quedaría en 33.480 euros o 26.480 euros. La versión Active costará 29.990 euros y la Boost se situará en 30.690, ambas susceptibles de verse rebajadas en hasta 7.000 euros si se prorroga el Moves.