“El coche eléctrico no va como debería ir”
Juan López Frade no es de los directivos de automoción que más se prodigan en prensa, pero cuando habla lo hace sin pelos en la lengua. El tradicional almuerzo que comparte con los medios en fechas prenavideñas suele ser el acto que aprovecha el presidente de Suzuki Motor Ibérica para evaluar con franqueza cómo evoluciona a su juicio el sector y compartir sus previsiones para el ejercicio entrante.
En la cita de este año, Frade ha dibujado un panorama que no duda en admitir que le preocupa. Se ha referido en concreto a dos fenómenos, parcialmente relacionados entre sí, como son la ralentización de la demanda de vehículos eléctricos -incluso en el mercado encargado de tirar de ese carro, es decir, China- y el encarecimiento generalizado de todos los coches, ya sean de baterías o de combustión.
Como ya advirtió hace un año, los consumidores -especialmente los más apurados desde el punto de vista económico- se encuentran con que no pueden adquirir un vehículo debido a precios impagables, y paralelamente las marcas corren el riesgo de perder el contacto con sus clientes. De aquí concluye el directivo que la demanda “podría deprimirse exactamente al mismo tiempo en que regresa la oferta”, una vez superada al parecer la crisis de suministros de los últimos años.
En cuanto al otro problema, Frade es tajante: “El coche eléctrico no va como debería ir”, toda vez que “la oferta [de estos modelos] está por delante de la demanda” y los fabricantes están ya ajustando sus volúmenes de producción al tiempo que adoptan la cautelosa actitud de “esperar y ver” y aplazan inversiones multimillonarias por lo que pudiera pasar.
“Creo que la industria está a punto de emprender un periodo de reflexión mientras navega por la delgada línea entre los precios, los márgenes de beneficio y la demanda de vehículos eléctricos”, indica el presidente de Suzuki en España antes de lanzar un aviso: “El punto para lograr que un producto sea económicamente aceptable para los consumidores puede ser comercialmente inaceptable para algunos fabricantes”.
En su condición de ejecutivo de una marca de automóviles, Frade teme en cierto modo cómo este estado de cosas puede incidir en los pasos ya anunciados por Suzuki en materia de electrificación. La firma se dispone en menos de un año a lanzar su primer modelo enteramente eléctrico, y para 2030 pretende tener en el mercado global seis vehículos de estas características.
Este atento seguidor de la actualidad del sector observa con cierta aprensión un cambio en la narrativa en torno a los vehículos eléctricos, y cada vez con más frecuencia escucha voces “que sugieren que una solución de tecnología combinada es la ruta preferida para ofrecer una solución de cero emisiones netas para el planeta”. En definitiva, incertidumbre sobre incertidumbre sobre lo que nos espera en los próximos años...
Un ejercicio mejor de lo previsto
Por lo que hace a los resultados de Suzuki en España, Frade se alegra de haber errado en sus cálculos hace ahora un año. La recuperación de la producción le ha permitido a la marca disponer de más vehículos y crecer, en consonancia, más de un 52% con respecto al año anterior, en el que las cosas le fueron bastante más adversas (-27,7%).
El mercado nacional cerrará 2023 con unas ventas de unas 930.000 unidades, según las previsiones del directivo, de las que 6.300 las aportará Suzuki, que logrará así una penetración del 0,68%.
Para 2024, España retornará al siempre ansiado nivel del millón de vehículos, lo que representará un incremento de ventas del 7,5%. De acuerdo con estas predicciones, la firma japonesa crecerá un 15,9%, lo que se traduce en alrededor de 7.300 entregas en el año y una cuota de mercado del 0,73%.
