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Cuando quien no vota como nosotros nos cae mal: aumenta en España la 'polarización afectiva'

Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo en el Congreso

Aldo Conway

Murcia —
4 de octubre de 2024 11:21 h

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El Centro de Estudios Murciano de Opinión Pública (CEMOP) de la Universidad de Murcia ha publicado esta mañana los resultados de la IV Encuesta Nacional de Polarización Política y los resultados son preocupantes. La muestra, de 1239 personas y representativa de toda la población española, realizada en el marco de la pre campaña electoral europea, indica que el nivel de polarización afectiva de la sociedad ha aumentado en un 30,6% desde que arrancó el ciclo de encuestas en el año 2021. La polarización política se define como la distancia emocional que despiertan quienes simpatizan con nuestras mismas ideas en contraposición al rechazo que nos genera la gente con ideas opuestas a nosotros.

En relación con el año anterior, 2023, este aumento fue del 7,22%, causado fundamentalmente por una acentuación del rechazo de los votantes socialistas hacia los votantes del Partido Popular. No son datos que puedan tomarse en abstracto: los portavoces del CEMOP indican que el largo ciclo electoral y un gobierno minoritario con una agenda “a veces polarizante” son las causas principales.

Rechazo generalizado hacia los principales líderes políticos

Mientras que en el año 2023 un 35,4% de los encuestados manifestaban un rechazo definido hacia el PSOE, la proporción hoy es del 45,1%. La antipatía hacia Sumar ha crecido en una proporción similar.

En la derecha, en cambio, la situación con respecto al año anterior se mantiene igual. El rechazo a los líderes políticos es generalizado: los resultados muestran que los sentimientos de rechazo superan a los de simpatía para los cuatro líderes políticos analizados: Santiago Abascal, Núñez Feijóo, Pedro Sánchez y Yolanda Díaz.

Esta última ha acumulado un aumento muy relevante del rechazo a su figura como vicepresidenta segunda del Gobierno. Pasando de un 37,4 al 50,9% en cuestión de un año. El rechazo a Pedro Sánchez ha crecido del 40 al 50%, lo que ha llevado a Alberto Núñez Feijóo a convertirse en el líder nacional que menos antipatías genera. Abascal se mantiene como el líder que más rechazo genera en la sociedad, llegando al 64,3%.

Una de las leyes más controvertidas de la legislatura, la de amnistía, ha generado una polarización muy notable: el 56% de los encuestados la desaprueba de forma manifiesta, frente a un 29% que la apoyan explícitamente. La ley trans, por su parte, recibe el apoyo 'sin fisuras' del 45.1% de la población, siendo las mujeres las que muestran un mayor respaldo y los votantes de Vox los que más la rechazan. El nivel de apoyo a la medida entre los votantes socialistas es significativamente menor al de los votantes de Sumar (58.8 frente a 77,5%).

Los votantes de Vox, los más rechazados

Casi la mitad de los encuestados tiene sentimientos negativos hacia las personas que votan a Vox, una tendencia en la línea de las investigaciones anteriores. El CEMOP ha podido constatar una brecha de género en las actitudes afectivas hacia los votantes del partido de extrema derecha y aclaran que estas diferencias según género no son tan acentuadas para el resto de formaciones políticas.

A la pregunta '¿Cree que el poder judicial no debería contradecir la voluntad del parlamento anulando una norma aprobada por la mayoría?' los votantes del PSOE y Sumar son los que se muestran más de acuerdo con esta idea, con un 5,7 y un 6,3% respectivamente, mientras que esta idea apenas tiene respaldo entre la derecha.

Los votantes de la formación de Abascal, en cambio, son más partidarios que otros de retirar el derecho a voto a aquellos ciudadanos que no están bien informados o tienen ideas equivocadas -el 4,3%-, en contrapunto con los votantes de Sumar, que son los que menos apoyan esta medida. Este aspecto de la encuesta es uno de los más interesantes porque permite comprender e identificar las pulsiones generadas por el relato de los distintos partidos.

Por ejemplo, los investigadores del CEMOP concluyen que la polarización afectiva está teniendo un cierto carácter asimétrico, puesto que los votantes del PSOE muestran un rechazo mayor a los votantes de Vox del que estos sienten hacia los primeros. “El rechazo que la derecha radical despierta en la izquierda es más acentuado que el que la izquierda recibe de la derecha radical”.

Se confirma así un 'sesgo de favoritismo endogrupal' y la extensión de una 'dinámica de bloques presente en la vida parlamentaria española'. Los votantes de un partido sienten siempre más simpatía por los partidos con los que comparten bloque que hacia el resto. Desde esta perspectiva intra-bloque, los votantes de Vox son peor percibidos por el votante popular que al revés, mientras que las diferencias en el caso PSOE-Sumar son 'casi inapreciables'.

Crece la desafección democrática

Una de las preocupaciones más agudas de los investigadores es el crecimiento de un pensamiento iliberal entre la población, sobre todo porque el apoyo a medidas iliberales o antidemocráticas es proporcional al nivel de polarización afectiva. Los últimos estudios desvelan que los ciudadanos condicionan cada vez más su opinión en torno a los ataques o las amenazas al sistema democrático a quiénes son los actores que cometen esos agravios al sistema. Según los datos arrojados por la encuesta, los españoles tenemos la misma tendencia que en 2023 a aceptar que, en momentos de necesidad, los líderes puedan tomar decisiones que transgredan los procedimientos necesarios y se incrementa el número de personas que creen que aquellos que no se informen lo suficiente no deberían tener derecho a votar.

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