“Cuando ves que la gente pobre sonríe mucho más que la gente rica, algo pasa”

Cere Vera llega con algo de retraso a la cafetería donde habíamos quedado para la entrevista, y lo hace corriendo con la guitarra a cuestas pero también con una amplia sonrisa. Confiesa que tenía la esperanza de aparcar en la Avenida Alfonso X el Sabio de Murcia –a media mañana y en un día entre semana-. De ese modo demuestra su carácter soñador y su optimismo contra viento y marea. La conversación no empieza por la música, sino por su trabajo como educador. “No me gusta esa palabra, prefiero ‘monitor’, pero bueno…”, reconoce el artista. Desde luego, en ese oficio se tiene mucho ganado si se posee un carácter optimista. Y quizá en el de la música también.

¿Dónde trabaja como educador? O como monitor, si lo prefiere...

En Cáritas El Campico de Alcantarilla. Y sobre lo de educador… Es que es como decir, ‘mira, aquí viene el payo éste a darnos lecciones’. Además, yo creo que se puede aprender mucho de estos críos, porque no tienen metidas en la cabeza la cantidad de cosas que tenemos nosotros. Me gusta mucho mi trabajo.

¿En qué consiste?

Hacemos refuerzo escolar para que ellos puedan seguir con sus estudios, pero no machacándoles con que esta es la vía, sino mostrándoles que hay más opciones. Que vean que este mundo funciona de este modo, que es muy exigente, y bueno, ‘vosotros no sois así y eso es sano también’… Tienen que aprender unas normas que hacen falta para poder elegir y tener un trabajo, y poder vivir bien. Les mostramos que no tienen que estar malviviendo, que hay más opciones.

¿Y cuándo llega a la música? O cuándo le llega la música a usted.

Empecé a hacer trabajillos de monitor con 19 o 20 años… Estudiaba Psicología y trabaja como monitor de ocio y tiempo libre. Y aunque había empezado a tocar antes, con 15 años o así, hasta que no salí del país no me atreví. Me fui a seguir con mis estudios de Psicología a Uruguay, y conocí a una chica que buscaba a un guitarrista. La cosa salió bien y montamos una banda en Montevideo. Allí fue donde compuse mi primera canción, y me puse delante de la gente y la toqué, y lo pasé fatal. Luego hice un voluntariado en Filipinas y… (Risas). No le he contado a nadie mi experiencia con la banda filipina.

Cuente, cuente…

Pues trabajé en una ONG en Manila, y… (Risas). Los filipinos son… Cuando ves que la gente pobre sonríe mucho más que la gente rica, algo pasa. Allí mucha gente vive en la inmundicia, y estaban todo el tiempo sonriendo. No entendía la razón, porque el tagalo… Es muy difícil. Pero todos sonreían. Total, que formé parte de una banda que cantaba canciones que tenían mucho mensaje, o eso me decían porque yo no entendía nada (Risas). Fue una experiencia chula.

Y de vuelta a España.

Aquí cuando llegué ya tenía un par de canciones, Hippie de Coca-cola y Cuidado con el sexo que me han dicho que es de goma… (Risas). Por ahí iba yo. Y ahí empezó mi historia. Ya hace cuatro años desde que regresé. A los dos años y medio saqué una maqueta, y ahora presentamos el disco.

Este jueves, en el Teatro Circo.

Sí, en el Teatro Circo. Me acompaña la misma banda con la que he hecho el disco. Guitarra, bajo, batería, violines y oboe en algunas canciones… Algo muy bonico. Mis músicos son unos santos. Les he pagado poco porque no les podía pagar más, pero a ellos les ha gustado el proyecto. Ahora además los he embarcado en este concierto, que es benéfico, y han dicho también que sí. El disco lo he financiado con crowdfunding y la verdad es que muy bien. Poder financiar el disco antes de sacarlo… Porque si no, ¿tú sabes la de discos que hay que vender para sacar 3.000 euros?

¿Y después de la presentación? ¿Habrá más conciertos?

A los músicos que están más motivados me los llevaré por Murcia, y luego hasta el verano tenemos más fechas por otras ciudades de España. Después del verano veré cómo le metemos de nuevo otro empujón.

¿Cómo le explicaría su música a los que nunca la han escuchado?

Creo que mis canciones son fáciles de escuchar. No son… No son complicadas, y si te apetece escuchar bien la letra, tienen mucho sentido del humor. Me río de las cosas y en primer lugar de mí mismo. Es lo que más me ha enseñado la gente que he conocido durante este tiempo. A reírme de mí.

¿Es posible que ya no haya tanto sentido del humor en la música española como había antes? Hablo de los 80 o los 90…

Puede ser. Lo que pasa es que al final haces lo que te gusta a ti, y yo he escuchado a gente muy buena que es así. Por ejemplo, El Canca, que hace canciones musicalmente muy buenas combinando muchos estilos, y tiene letras muy divertidas y originales. Antilopes también. O Albert Plá. Tengo una canción que es un homenaje a un tema suyo, que habla de un negro que la tenía pequeña (Risas).

¿Y denuncia? Se puede hacer canción denuncia con humor también, no es incompatible.

Sí… De denuncia está Nervios, una canción que compuse por lo que pasó en una manifestación hace tiempo, con una intervención policial en la que hubo palos a mansalva. Salió en los medios y me sorprendió gratamente que saliera en las portadas.

¿Ha participado en movimientos sociales?

Sí, ahora de continuo no, pero siempre que me llaman, ahí estoy.

Y el concierto de presentación del disco es benéfico, nos ha dicho.

Sí, para mi trabajo.

¿Se plantea vivir sólo de la música?

Ahora la verdad es que vivo muy a gusto. Si es que mi música se mueve mucho por la red, y funciona, y surge la posibilidad, ya me plantearé si merece la pena. Mientras tanto combinaré las dos cosas. Hay que disfrutar el camino. Llevo años con la teoría y ahora voy a ponerla en práctica, y de eso trata también este disco. Al mundo, al poder y al ego no le interesa que seamos así, porque sería ir en contra de su funcionamiento. Si yo soy como soy y no busco mejorar todo el tiempo, pues…Salirse de ahí es una aventura grande, no por conseguirlo, sino por respetarme. Lo que pase, va a pasar.

Vídeo: 'Vacio', tema extraído del primer disco de Cere Vera, Querer o no querer.