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La contaminación por ozono se convierte en una constante en la Región

Cieza cubierta de humo por las quemas agrícolas / EEA

Erena Calvo

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La Región de Murcia se sitúa en la media del conjunto del Estado en materia de contaminación atmosférica y calidad del aire, “en la línea de otras Comunidades como la Valenciana o Castilla-La Mancha”, explica a este periódico Pedro Belmonte, de Ecologistas en Acción, que ha presentado en la mañana del jueves el Informe de Calidad del Aire 2019.

Un informe en el que en algunos puntos parece que ha mejorado algo la situación respecto a 2018, “pero hay que tener en cuenta que algunos de los valores que se utilizan están obsoletos; no se siguen las directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que son más restrictivas desde que hicieron en 2005 una revisión de la evidencia científica”.

En cuanto a las zonas con un aire más contaminado, Belmonte apunta al área del Campo de Cartagena, Murcia capital-Alcantarilla y “en situaciones esporádicas”, Lorca. En el lado opuesto, los focos con una mejor calidad del aire son Caravaca, “aunque en ocasiones el ozono que se genera en el Valle de Escombreras le afecta”, y otros municipios del Noroeste.

En este sentido, para Belmonte es un “gran despropósito” que el Ayuntamiento de Murcia pretenda conseguir para la ciudad la clasificación en 2022 de 'Capital Verde Europea', cuando “no se ha atajado para nada el problema del deterioro del aire, no se ha mejorado la red de vigilancia atmosférica ni se han tomado medidas que realmente mejoren el tráfico urbano y el acceso a la zona centro”. En su opinión, se trata de “una medida de lavado verde pero sin abordar los problemas reales, como las quemas agrícolas que están creciendo desorbitadamente”.

En su informe, Ecologistas en Acción destaca que el problema más crónico en la Región es el del ozono troposférico. Según la normativa estatal, señala Belmonte, se ha producido una situación de disminución este año “debido a la climatología; en especial a las lluvias de este verano”. Sin embargo, si se toman en consideración los últimos tres años “sí que se ha superado el nivel trianual; y según las directrices de la OMS, se han producido situaciones de superación significativa”

Alumbres y Mompeán en Cartagena, por ejemplo, sobrepasaron los 90 días al año (tres meses) de superación del límite saludable, lo que muestra “la magnitud del deterioro de la calidad del aire por ozono en esta zona, seguidas por las estaciones de Alcantarilla, Lorca y San Basilio”.

Para elaborar este informe, aclaran desde la organización, se han utilizado los datos oficiales, de acceso público, que recogen las estaciones medidoras que conforman la red regional de vigilancia atmosférica. Y apuntan que durante 2019 “han continuado los problemas de funcionamiento en dicha red, con numerosas incidencias y pérdida de datos, debido a la antigüedad de la mayoría de los aparatos medidores”.

A pesar de que se produjo una mejora con la compra de 6 analizadores para las estaciones fijas, continúa Belmonte, “todavía queda mucho camino en la modernización de la red; que es insuficiente para un diagnostico global”. Desde Ecologistas en Acción proponen un Plan de modernización de la red de vigilancia, con un programa escalonado de sustitución de analizadores, un aumento territorial del número de estaciones fijas y mayores recursos materiales y humanos.

Por otro lado, consideran que el Plan de Mejora de la Calidad del Aire 2016-2018 ha sido un instrumento “escasamente útil” para resolver los problemas de contaminación atmosférica. De hecho, la propia administración regional “reconoce” el “incumplimiento” de parte de sus objetivos en sus conclusiones.

En cuanto a las partículas PM10 (partículas sólidas o líquidas de polvo, cenizas, hollín, partículas metálicas, cemento o polen, dispersas en la atmósfera) los datos de 2019 reflejan un comportamiento muy moderado en todas las estaciones, que no han rebasado los 35 días de superaciones al año que establece la normativa.

Aunque, puntualiza Pedro Belmonte, “sí que se ha observado un aumento de episodios de dos o tres días consecutivos de contaminación elevada, especialmente de julio a septiembre, lo que supone una mayor incidencia en la salud pública”.

Por otro lado las partículas PM2,5 , partículas más finas y por tanto las más perjudiciales, solamente se miden en la estación de Mompeán en Cartagena. Hasta ahora, recuerdan desde Ecologistas en Acción, la Dirección General de Medio Ambiente no ofrece datos del valor medio anual de este contaminante para el año 2019.

Por su parte, el dióxido de azufre (SO2), según el informe, sí registró dos superaciones del valor límite horario (350 microgramos/m3), el 28 de abril en la estación del Valle de Escombreras, “algo que no había ocurrido en años anteriores”. Los datos obtenidos muestran que la contaminación por dióxido de azufre está circunscrita a esta zona, y que se debe fundamentalmente a las emisiones de las actividades industriales-energéticas.

Los contaminantes Arsénico, Cadmio, Níquel y Benzo(a)pireno se miden en la estación de Mompeán (Cartagena). Aunque según unas mediciones de partículas realizadas entre noviembre y diciembre de 2018 por la Universidad Politécnica de Cartagena (UPTC) en la Sierra Minera arrojaban unos resultados mayores que el valor límite que establece la normativa para el Níquel (20 ng/m3).

En general, la principal fuente de contaminación atmosférica en el entorno urbano es el tráfico de vehículos a motor pero también existen diversos focos de contaminación provocada por las actividades industriales en nuestra Región, que se localizan fundamentalmente en Cartagena, concretamente en el Puerto, El Hondón, La Aljorra, Valle de Escombreras-Alumbres y el Llano del Beal, o el polígono industrial de Alcantarilla-Murcia, recoge el informe.

Quemas agrícolas

Quemas agrícolasEl documento hace especial referencia a la contaminación provocada por las quemas agrícolas, que ha crecido durante 2019, así como las denuncias ciudadanas por esta actividad. La quema de residuos agrícolas es una práctica prohibida, pese a lo cual se sigue tolerando institucionalmente, critica Belmonte.

Durante 2019 se han repetido tres contantes respecto al año anterior: La permisividad de las autoridades (Comunidad autónoma y ayuntamientos), la resistencia del sector agrícola, que sigue manifestándose muy reticente a cambiar estas prácticas, y el deficiente estado de la red de vigilancia de la calidad del aire, apuntan desde Ecologistas en Acción.

Soledad Guillén, médico de familia en Murcia, da la voz de alarma al respecto de las quemas:“Llevamos en la capital desde el 24 de diciembre de 2019 superando los niveles de contaminantes, estamos muy por encima de lo permitido por la OMS, y se siguen sin activar las alertas, cuando la ciudad está llena de humo”.

Esta doctora, muy concienciada con el medio ambiente, pone el acento en la salud porque un aire tan contaminado “tiene efectos muy perjudiciales en sectores sensibles como la población infantil, los ancianos o los enfermos crónicos”. Hay cada vez más estudios, señala, que inciden en cómo afecta negativamente la contaminación en las enfermedades cardiovasculares, respiratorias o el cáncer.

Por eso, ve con “estupefacción” la inacción de las autoridades en el control de las quemas en el área de Murcia y sus pedanías.

No en vano, según un estudio liderado por el pediatra ambientalista Juan Antonio Ortega, los días de más contaminación aumentan los ingresos de niños en el Hospital Virgen de la Arrixaca.

Soluciones

Ecologistas en Acción, en su informe, apunta también algunas soluciones para mejorar los niveles de contaminación como la reducción del tráfico rodado en los núcleos urbanos y las áreas metropolitanas, potenciando en las ciudades el transporte público (en especial el eléctrico) y los medios no motorizados como la bicicleta o el tránsito peatonal; la reconversión ecológica del transporte interurbano desde la carretera a un ferrocarril convencional mejorado; el ahorro y la eficiencia energética; la recuperación de los estímulos para la generación eléctrica renovable, en sustitución de las centrales termoeléctricas a partir de combustibles fósiles o la adopción generalizada de las mejores técnicas industriales disponibles para la reducción de la contaminación.

También, el aumento de la calidad del aire pasa por la disminución de las emisiones del transporte marítimo mediante la creación de un Área de Control de Emisiones (ECA) para el Mar Mediterráneo que se ha acordado desarrollar en la 21ª Conferencia de las Partes del Convenio de Barcelona, y una fiscalidad ambiental a los vehículos diésel, que causan el 80% de las emisiones contaminantes del tráfico urbano e interurbano, considera la organización.

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