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Murcia y aparte es un blog de opinión y análisis sobre la Región de Murcia, un espacio de reflexión sobre Murcia y desde Murcia que se integra en la edición regional de eldiario.es.

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El cenit y el nadir de Ciudadanos

Inés Arrimadas

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Una decena de los 15 fundadores de Ciudadanos allá por 2005 han firmado hace unos días un manifiesto de apoyo al partido que ahora dirige Inés Arrimadas de cara a las próximas elecciones catalanas. Defienden que la formación naranja sigue siendo un elemento útil para luchar contra los nacionalismos y populismos que brotan por doquier. Y concluyen que, por tanto, su presencia se hace necesaria en la política catalana y española. De la quincena de intelectuales, profesores universitarios así como profesionales en diferentes disciplinas, que en su día rubricaron el manifiesto fundacional, tan solo dos se negaron a estampar la firma en este de ahora: se trata de Félix Ovejero y Félix Pérez Romera. Los tres que faltarían para completar la lista han fallecido.

En noviembre de 2006, Ciudadanos concurrió por vez primera a unas elecciones autonómicas catalanas. Obtuvo casi 90.000 votos y tres escaños, entre ellos, el de Albert Rivera, que fue su candidato a la presidencia de la Generalitat. Tras una larga travesía del desierto, en 2017, la candidatura encabezada por Inés Arrimadas fue la más votada en esos mismos comicios, alcanzando más de 1.100.000 sufragios y obteniendo 36 diputados de los 135 de que consta el hemiciclo del Parlament. Sin embargo, y a pesar de ello, Arrimadas fue incapaz de articular un proyecto de gobierno, al no resultar posible aritméticamente de acuerdo a sus hipotéticas alianzas. Las dos elecciones generales celebradas en España en 2019 supusieron para este partido el cenit y el nadir: en abril cosecharon más de 4.100.000 votos y 57 escaños, mientras en noviembre Ciudadanos cayó hasta poco más de 1.600.000 sufragios y solo 10 diputados. Esa misma noche, Albert Rivera decidió que lo dejaba y tiempo después fichó por un solvente bufete de abogados. Ahora ha escrito y publicado sus memorias -con 40 años- y su última idea de bombero ha sido pedir que se otorgue preferencia a los políticos en la vacunación contra la Covid-19, argumentando que “así podrían estar disponibles 24 horas, 365 días al año durante la pandemia”. Antológico.

El gesto de firmar más de 15 años después un manifiesto de apoyo al proyecto que pudo suponer en su momento una tercera vía frente al PSOE y el PP, a pesar “de los muchos errores, algunos de ellos gravísimos”, como denuncia uno de los signatarios, el periodista Arcadi Espada, puede ser loable. Sin embargo, es muy probable que lleguen tarde. La intención de su principal promotor, el catedrático de Derecho Constitucional Francesc de Carreras, muy conectado con la ahora líderesa Arrimadas, al intentar resucitar un cuerpo que ya huele a cadáver, es más propia del moderno Prometeo. Ciudadanos tuvo su gran oportunidad cuando pudo poner en un brete a Pedro Sánchez, a la hora de pactar con ellos y no con Podemos. Y por unas u otras razones no lo hizo. Como en su día soñó con el sorpasso al PP para declararlo, acto seguido, como su “socio preferente”

Los bandazos del partido en estos años han sido clamorosos, al tiempo que decepcionantes para una gran parte de su electorado. Sin ir más lejos, en la Región de Murcia aún pesa como una grávida losa aquella frase de la propia Arrimadas, en mayo de 2019, en la marmórea plaza del cardenal Belluga, sugiriendo a cuantos la escuchaban si se imaginaban cuatro años más de gobierno del PP en esta tierra. No solo podían hacerse a la idea, sino que en ese mismo verano pactaron con los populares en la Asamblea Regional y en el ayuntamiento de la capital para que López Miras y Ballesta prolongaran sus mandatos por una nueva legislatura. Uno de sus últimos logros, al negociar con el PP los presupuestos regionales para 2021, es que “los profesionales sanitarios contarán con una gratificación extraordinaria por su esfuerzo en la lucha contra la pandemia, en forma de días de descanso”. Apoteósico. 

Esta semana aprovecharon el escándalo de las vacunas a altos cargos y funcionarios para echarle un pulso al PP y apuntarse el tanto de que ellos han laminado al frente de la consejería de Salud al desconsolado Manuel Villegas. Cierto es que han sido colaboradores necesarios en su caída, en función de que ante cualquiera de sus leoninas exigencias el PP los necesita como el oxígeno para respirar, pero resulta evidente que, como siempre, han actuado teledirigidos convenientemente desde la ejecutiva nacional y con escasa dosis de autonomía.

Lo que cuesta imaginar es que aquí, alguien que estuviera en los orígenes del proyecto a mediados de la primera década del presente siglo, promoviera ahora un manifiesto de apoyo a la actual dirección regional de Ciudadanos. Fundamentalmente porque la mayoría de ellos están fuera de la órbita del partido. Aunque imagino que, de seguir estando al corriente de su militancia, tampoco lo harían. Las encuestas no vaticinan un prometedor futuro, siempre oculto detrás de los que lo hacen. Porque como sentenció el maestro Indro Montanelli, los errores en la vida incluyen los que huelen a aguas residuales y los que huelen a ropa limpia.

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