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Murcia y aparte es un blog de opinión y análisis sobre la Región de Murcia, un espacio de reflexión sobre Murcia y desde Murcia que se integra en la edición regional de eldiario.es.

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Una nueva estación de autobuses tan injustificable como insuficiente

Estación de autobuses de Santander, con 30 dársenas para servicio de la red pública de transporte interurbano a pesar de que la ciudad tiene menos población que Murcia

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El 21 de julio pasado, con ausencia total de la sociedad civil, con la que tantas veces se llena la boca nuestra clase política, se celebró un acto de presentación del proyecto de nueva estación de autobuses anexa a la nueva estación de ferrocarril de Murcia, con el protagonismo absoluto y exclusivo de políticos y técnicos. Lógicamente no faltaban los medios de comunicación, sin los cuales no hubiera sido posible la difusión con la que rentabilizar políticamente el acto.

Sinceramente tampoco nos extrañó demasiado, tras tantos intentos del gobierno municipal por cambiar la Historia de la modernización del ferrocarril que ha supuesto el soterramiento de las vías en Murcia, cuya paternidad sólo pertenece a la sociedad civil, ausente en el acto, al movimiento ciudadano y a las asociaciones de vecinos, que apoyaron y siguen apoyando a la Plataforma Pro-Soterramiento, en cuyo nombre me cabe el honor de “hablar”. Su demostración más evidente fueron las cincuenta mil personas que el 30 de septiembre de 2017 llenaron las calles de Murcia bajo el lema 'No al AVE sin soterramiento'.

El acto en cuestión es un eslabón más en una cadena de intentos por adjudicarse un logro que no les corresponde a quienes fueron un claro obstáculo en su consecución. Murcia estaría hoy dividida en dos por un ferrocarril en superficie, el soterramiento hasta Nonduermas no se habría culminado y Murcia tendría el AVE en superficie como lo tiene Valladolid. Por eso la sociedad civil molestaba en la presentación de la nueva estación de autobuses y de ella fue excluida por la clase gobernante; los vecinos y la ciudadanía de Murcia sobraban.

Ha tenido que ser a través de los medios cómo llegamos a saber que Murcia va a tener una miniestación de autobuses, insuficiente a todas luces para la séptima ciudad de España, que contando con una vetusta estación de autobuses con 40 andenes, en San Andrés, va a pasar a tener tan sólo 18 aparcaderos en la nueva estación, por mucho que pueda gozar de un diseño innovador, salido del estudio de un arquitecto de prestigio como es Javier Peña, cuyo trabajo no ponemos en cuestión en principio.

De boca del alcalde Ballesta, que evidentemente sí estuvo en la presentación, hemos sabido que “tendrá dos plantas; la primera con todos los servicios y la segunda con 18 andenes, únicamente para recogida y descarga de pasajeros”, y prosigue: “Habrá otra zona más alejada para aparcamiento de los autobuses que tengan que permanecer más tiempo”. Es decir, que la nueva estación de autobuses va a ser poco menos que una zona de carga y descarga porque no caben nada más que 18 autobuses, lo que creará una circulación apresurada de entrada y salida a través de un acceso por Avda. Miguel A. Blanco que va a quedar colmatada por el tráfico de entrada y salida de la propia estación y de aquellos autobuses que al no poder ocupar las escasas 18 dársenas por más tiempo que para carga y descarga de pasajeros, han de buscar aparcamiento en otra zona creada ex profeso en un emplazamiento no lejano, supuestamente en el propio barrio de Santiago el Mayor, con la consiguiente ocupación y colmatación de espacio público escaso y necesario para los servicios públicos de los que carece. Y todo ello por no haber proyectado, no sabemos por qué razones, una estación de autobuses suficiente para la séptima ciudad de España, financiada por la Sociedad Murcia Alta Velocidad, de cuyos 10 millones de euros de costo, el Ayuntamiento pagará sólo el 8%.

Por inverosímil que parezca este es el proyecto de cuya presentación fuimos excluidos. No podemos entender tan ridícula previsión, por insuficiente a todas luces, y que nos la quieran vender como la culminación de un proyecto de soterramiento que fue concebido como el ejemplo de un nuevo concepto en aquel momento: la intermodalidad, que ahora resulta inviable en la práctica.

En este momento no vamos a entrar en razones técnicas que avalen nuestra queja, pero es absolutamente inexplicable e inasumible que de 40 dársenas en la Estación de Autobuses actual, en San Andrés, se nos ofrezca pasar a menos de la mitad, 18, en El Carmen, para realizar decentemente la intermodalidad tren-bus, en una región con 45 municipios, a pesar de que algunos podrían considerarse concatenados, por colindantes, y que pretende ser destino final en viajes nacionales e internacionales dado su interés y atractivos diversos.

Pero a pesar de aquello de que todas las comparaciones son odiosas, conviene comparar ejemplos de ciudades en situación semejante a la de Murcia; en este caso, las dos, capitales de comunidad autónoma uniprovincial: Santander y Murcia.

Santander, según datos de 2024, tiene una población de 175.106 habitantes. Murcia, en la misma datación, tiene 474.617 habitantes, el séptimo municipio más habitado de España.

Santander cuenta con una estación de autobuses con algunas décadas de vida, construida en tres niveles y con 30 dársenas para servicio de la red pública de transporte interurbano. Independientemente de una red de tren FEVE que complementa la red de autobuses interurbanos que cuenta con su propia estación.

¿Cómo podemos admitir en Murcia una nueva estación de autobuses tan injustificable como insuficiente?

Por humano que resulte tropezar dos veces en la misma piedra, no lo hagan en un contexto tan cercano: los mismos que erraron con el planteamiento de una estación Murcia del Carmen que llegó a ser dotada de una infraestructura para la llegada del AVE en superficie, concluida y que tuvo que ser derribada, por inadmisible vuelven a cometer un mismo yerro. Aún estamos a tiempo para no tener que derribar una infraestructura insuficiente, pues si de humanos es errar, rectificar es de sabios.

De ninguna manera, la oferta que apadrina el Ayuntamiento de Murcia no es la Estación de Autobuses que la Murcia del siglo XXI necesita.

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