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Transferencia de la Seguridad Social a Euskadi, todo cambia para que (casi) nada cambie

Los gobiernos central y vasco dejan para 2021 estudiar los traspasos en la Seguridad Social

Eduardo Azumendi

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La disposición del Gobierno de Pedro Sánchez a iniciar estudios para el traspaso de la gestión económica de la Seguridad Social a Euskadi ha revuelto aún más el panorama político nacional, si es que eso es posible. Esta transferencia levanta mucha polémica cada vez que se aborda. ¿Por qué? Porque inevitablemente sale a colación la unidad de la caja única (trabajadores y empresarios cotizan y esa recaudación va a un fondo común que después se reparte de una manera más o menos proporcional), proclamada por la Constitución.

A pesar de lo escrupulosa y cuidadosa que fue la ministra de Política Territorial, Carolina Darias, al hablar de “iniciar estudios”, en ningún caso de establecer fecha y hora para la transferencia, los nervios en algunos ámbitos se han desatado. Máxime teniendo en cuenta la inminente campaña electoral en Euskadi, con las elecciones el 5 de abril. Pero, en realidad, ¿qué supondría el traspaso a Euskadi del régimen económico de la Seguridad Social? ¿Está en juego la sacrosanta unidad de la caja de la Seguridad Social?

Todo depende a quién se le pregunte, pero el movimiento del Gobierno central está dirigido a satisfacer los sentimientos más identitarios del PNV en un momento cuyos votos son fundamentales en el Congreso, pero sin riesgo real de ruptura de la caja única. Es decir, que todo cambia porque por primera vez un Gobierno central no se pone de perfil al hablar del traspaso del régimen económico de la Seguridad Social a Euskadi, pero casi nada va a cambiar porque la legislación básica va a seguir perteneciendo al Estado, que seguirá marcando las directrices y la política a seguir. Así, el Gobierno vasco será únicamente un gestor, que es el papel que le encomienda el Estatuto de Gernika, donde figura la transferencia.

Eso significa que el Gobierno central seguirá asumiendo la factura íntegra de las pensiones, pero el Ejecutivo de Vitoria se encargará de la gestión burocrática del día a día, con personal propio. Hasta el propio Eecutivo de Vitoria ha admitido que no existe margen legal para tener un sistema propio. “No va a cambiar el sistema de Seguridad Social porque el Estatuto de Gernika no contempla, en absoluto, la creación de un sistema diferente en Euskadi. La Seguridad Social va a seguir siendo la misma. La 'caja única' no se pone en cuestión, pero es compatible con la existencia de cajeros diferentes”, señalo recientemente el portavoz del Ejecutivo de Vitoria, Josu Erkoreka, en una entrevista con Onda Cero.

“Poner la boina a los funcionarios”

Como gráficamente lo ejemplifica Felipe Serrano, catedrático de Economía Aplicada en la Universidad del País Vasco, “lo que va a hacer el PNV es ponerles la boina a los funcionarios de la Seguridad Social”. Serrano cree que la caja única no corre riesgos con este movimiento, pero sí percibe que puede provocar fisuras en un sistema como el de la Seguridad Social española, que es una “de las joyas de la corona”. “En mi opinión, lo que ha hecho Pedro Sánchez es un escándalo. Abre una puerta hacia un terreno inexplorado. Otras comunidades pueden reclamar lo mismo, quebrando el principio de unidad. No entiendo cómo se hace esta concesión de un sistema que funciona de 10. Y todo por darle la satisfacción al PNV para que ponga la boina a los funcionarios y pueda mandar las cartas a los pensionistas y cotizantes de la Seguridad Social con el membrete del Gobierno vasco”.

Serrano tiene más motivos para su indignación. “En la actualidad, el gasto en pensiones en el País Vasco es de 9.000 millones de euros aproximadamente. La Seguridad Social recauda en la comunidad autónoma unos 5.500 millones. Por lo tanto, hay un déficit de 3.500. Esos 3.500 millones los tiene que aportar el Estado procedentes de las cotizaciones de trabajadores del resto de España y se los va a dejar en manos del PNV, partido al que no ha votado nadie en Madrid, Extremadura, Murcia, Galicia……”. Y, además, Serrano apostilla que el Gobierno vasco tendrá acceso a las bases de datos de la Seguridad Social de todos los trabajadores de España.

Si al final se materializa la transferencia del régimen económico de la Seguridad Social, el Gobierno vasco gestionará unos recursos que rondan los 9.600 millones de euros (alrededor de 9.000 millones de pensiones y el resto de los recursos que tiene la Seguridad Social en Euskadi). Los trabajadores de la Seguridad Social en Euskadi pasarían a depender del Gobierno vasco, pero aplicando los criterios del sistema estatal. Y en cuanto a los inmuebles propiedad de la Tesorería de la Seguridad Social es complicado que se transfieran, al igual que ocurre con las cárceles cuando Euskadi cuente con la transferencia de prisiones. El traspaso también implicaría la inscripción de empresas y la capacidad de sancionarlas en caso de incumplimiento; el control de las altas y bajas de los trabajadores a la Seguridad Social; etc.

Caja única blindada por la Constitución

Carlos Trevilla, exsecretario general de la UGT vasca y gran conocedor de la problemática de las pensiones y de las aspiraciones peneuvistas de gestionar una Seguridad Social propia para Euskadi, cree que en el anuncio del Gobierno Sánchez no hay indicios de ruptura de la caja única. “Todos los intentos de soberanizar y nacionalizar la Seguridad Social suponen trocear, parcelar y debilitar un instrumento central de ciudadanía social. El sofisma o la falacia de identificar autogobierno con bienestar social, para lo cual se instrumentaliza la superación del Estatuto de Gernika, desestabiliza nuestros derechos políticos de ciudadanos, sin olvidar sus efectos negativos en la consolidación de nuestros derechos sociales”, apunta, recordando como el PNV ha ido modulando su mensaje respecto a la transferencia. De aspirar a una Seguridad Social propia a 'conformarse' con la gestión del régimen económico, “tal y como establece el Estatuto de Gernika”. “Y el Estatuto”, añade, “hay que cumplirlo porque si no se cumplen las leyes se deslegitiman las instituciones”.

El Tribunal Constitucional, en varias sentencias, ha tratado de preservar la unidad del sistema de Seguridad Social y el mantenimiento de un régimen público y unitario para todos los ciudadanos con un doble objetivo: garantizar la igualdad de todos los ciudadanos e impedir diversas políticas autonómicas de Seguridad Social. “De estas sentencias también podemos extraer como conclusión que señala al Estado como titular exclusivo del régimen económico de la Seguridad Social”, recalca Trevilla.

Y recuerda que en su día la presidenta del Tribunal Constitucional, Maria Emilia Casas, ya indicó que la competencia vasca para gestionar el régimen económico de la Seguridad Social no puede recaer “directamente sobre las actividades económicas del régimen económico (cotización, recaudación, gestión del patrimonio, pensión y ordenación de pagos, disponibilidad directa de fondos, titularidad de cuentas)”, pero sí sobre aquellas actividades instrumentales como son, por ejemplo, la inscripción de empresas en la Seguridad Social y la afiliación, altas y bajas de los trabajadores. Es decir, que el Tribunal Constitucional acepta funciones complementarias en la gestión económica de la Seguridad Social, pero siempre que no comprometan la unidad del sistema ni cuestionar la titularidad estatal o provocar desigualdades entre los ciudadanos.

Concierto o convenio

El compromiso que ahora ha 'arrancado' el PNV a Pedro Sánchez no es, ni mucho menos, lo que históricamente ha deseado: obtener el traspaso de la gestión del régimen económico de la Seguridad Social vía Concierto Económico y no como literalmente lo establece el Estatuto de Gernika, que es por medio de convenios. Que es a lo que parece dispuesto el Gobierno central. La fijación peneuvista por obtener el traspaso vía Concierto es lo que ha dejado durante años la reividicación en el cajón.

En la Disposición Transitoria Quinta del Estatuto de Gernika se regula la forma en la que debe desarrollarse la transferencia: “La Comisión Mixta de transferencias establecerá los oportunos convenios mediante los cuales la Comunidad Autónoma asumirá la gestión del régimen económico de la Seguridad Social, dentro de su carácter unitario y el respeto al principio de solidaridad, según los procedimientos, plazos y compromisos que para una ordenada gestión, se contengan en tales convenios”.

Trevilla incide en este aspecto de los convenios. “Dentro de las formulas de relaciones de orden tributario entre el Estado y el País Vasco, Concierto Económico o convenios, en lo que hace referencia a la Seguridad Social, el texto de Gernika opta por los convenios”. Y no por la aspiración nacionalista del Concierto, que sí podría poner en peligro la unidad de la caja única porque el mecanismo del Concierto “no tiene instrumentos para garantizar el principio de solidaridad e igualdad”.

Luis Alejos, miembro de la Coordinadora Estatal por la Defensa del Sistema Público de Pensiones (COESPE), también es de la opinión de que no hay peligro de ruptura de la caja única de la Seguridad Social con la transferencia a Euskadi del régimen económico. “¿Qué se rompe la caja única? Para nada. Tal y como está estipulado y se ha anunciado solo se trata de cumplir con lo que dice el Estatuto de Gernika”.

“La Seguridad Social como modelo”, apunta, “funciona muy bien. Es lo único que ha aguantado en los peores años de la crisis. Lo único que falla es el reparto, pero no el modelo. No creo que el Gobierno vasco vaya a estropearlo”.

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