Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
La portada de mañana
Acceder
Israel abre otro conflicto con España por hablar de genocidio en Gaza
¿Ha tocado 'techo' el crecimiento de la economía española?
Opinión - Exclusivo para socios El rompecabezas de ERC. Por Neus Tomàs

¿Cómo afecta la crisis a la demografía?

Eduardo Azumendi

“Las huellas de la crisis son visibles en varios procesos demográficos”. Esa es una de las conclusiones de un equipo de investigadores que ha analizado la forma en la que la crisis ha afectado a la demografía en España. “La fecundidad ha descendido, se ha acentuado el retraso del matrimonio y la tasa de divorcio se ha estabilizado. Aunque la esperanza de vida ha proseguido su aumento, se ha incrementado notablemente la proporción de tiempo que se vive en malas condiciones de salud”, podría ser el resumen del estudio ‘Tras las huellas de la crisis económica en la demografía española’.

Teresa Castro-Martín, Teresa Martín-García, Antonio Abellán, Rogelio Pujol y Dolores Puga son los autores de este trabajo publicado por la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas), una institución que gestiona la obra social de la Confederación Española de Cajas de Ahorros.

El trabajo ha documentado algunos cambios significativos. La fecundidad, por ejemplo, ha descendido “invirtiendo la tendencia observada en el periodo precrisis. Y el descenso ha sido más notorio en aquellas comunidades que han experimentado un mayor aumento de la tasa de paro. En este sentido, el País Vasco, con el incremento más bajo en la tasa de desempleo a lo largo del periodo, es la única comunidad que mantiene su nivel de fecundidad [aunque era muy baja] estable entre 2008 y 2014, e incluso experimenta un ligerísimo aumento (+0,07). En todas las demás, ”la fecundidad ha disminuido desde 2008, aunque lo ha hecho a un ritmo menor en aquellas comunidades donde el desempleo ha aumentado menos, como Navarra, Galicia, Castilla y León, y de forma más acusada en las comunidades donde el desempleo ha aumentado más, caso de Castilla-La Mancha, Canarias y  Andalucía“.

La elevada tasa de desempleo entre los jóvenes y la precariedad de muchos de los que trabajan constituye “un obstáculo de primer orden que inhibe la procreación en España”, según los autores del trabajo. Además, los recortes en prestaciones sociales y la implantación de programas de austeridad a lo largo de estos años (por ejemplo, la suspensión del llamado ‘cheque bebé’) “han desincentivado aún más a las familias a la hora de tener hijos”. Es decir, que la fecundidad en España se vuelve a situar, al igual que en los años noventa, entre las más bajas del mundo. “Las mujeres y hombres en España tienen pocos hijos, a una edad tardía y su descendencia final está por debajo de sus aspiraciones personales. No es una tendencia novedosa, pero la crisis la ha acentuado”.

La crisis también ha reforzado algunas tendencias preexistentes, como el retraso de la edad de matrimonio. Los investigadores han podido comprobar como los jóvenes siguen casándose cada vez menos y más tarde en toda España, pero el aumento de la edad al matrimonio durante los años coincidentes con la crisis ha sido proporcionalmente superior en aquellas comunidades autónomas donde más se ha incrementado la inseguridad laboral y económica.

La tasa de divorcio, se estabiliza

En cambio, la tasa de divorcio se ha estabilizado. Presuntamente, por la dificultad de afrontar el coste de dos hogares. Desde el punto de vista psicosocial, “el desempleo o el temor al desempleo, los desahucios, la bajada de salarios y la incertidumbre económica aumentan el conflicto intrafamiliar, lo que podría causar un aumento de las rupturas conyugales. Por otro lado, las dificultades para afrontar el coste del proceso de divorcio, así como los costes de mantener dos hogares en lugar de uno, pueden provocar un descenso de las tasas de divorcio”.

Hay otras tendencias demográficas que, según los autores del trabajo, aparentemente se muestran inmunes a la crisis. Es el caso del tamaño medio de los hogares, que ha continuado su descenso en valores agregados, y la esperanza de vida, que ha proseguido su ascenso. Sin embargo, esta apariencia de “normalidad” se desvanece cuando se utilizan indicadores más específicos. Por ejemplo, “aunque la esperanza de vida ha seguido aumentando, se ha incrementado notablemente la proporción de tiempo que se espera vivir en malas condiciones de salud, que ya es muy elevada en el caso de las mujeres. Y aunque la mortalidad ha seguido descendiendo, ha habido un incremento significativo en las tasas de suicidio en edades laborales”.

Las crisis y la incertidumbre económica asociada suelen tener un efecto “paralizador” en las personas, “frenando transiciones como la emancipación juvenil, la formación familiar o la ruptura de pareja, e incluso la movilidad y los cuidados de salud”. Así, las trayectorias vitales de muchos individuos se ven alteradas, y es posible que las consecuencias no afloren de inmediato, sino en el futuro, aventuran los investigadores.

Etiquetas
stats