La intoxicación etílica de menores ha dejado de ser algo anecdótico
El jefe de Urgencias de Pediatría de Cruces y Coordinador del Observatorio Toxicológico de Pediatría, Santiago Mintegi, ha solicitado en una comparecencia a la Comisión de Salud del Parlamento vasco, un compromiso social y político para erradicar el problema de las intoxicaciones y consumo de alcohol entre menores y adolescentes. El profesional sanitario entiende que las actuaciones que puede emprender el sector médico no son suficientes. “Nosotros no lo podemos resolver solos. La solución requiere de un compromiso más amplio en el que se impliquen todos los agentes sociales y políticos. Lo que me sorprendería es que esto no pasará dado el modelo de sociedad que tenemos. No he conocido a nadie que no le preocupe este problema. Pero es necesario un cambio educativo, cultural y de comportamiento. Los médicos estamos todos de acuerdo en eso, el compromiso, el acuerdo entre todos hace falta aquí, en el Parlamento”, les ha emplazado a los representantes de las formaciones presentes en la comisión parlamentaria. Para este profesional, la argumentación de que el consumo de bebida está socializado y es muy difícil de combatir, no sirve. “El derecho tiene que estar por encima de la tradición. Las cosas cambian. No podemos aceptarlo”, ha recalcado.
Los médicos levantaron la bandera roja al conocer los datos sobre el incremento de consumo del alcohol a jóvenes. “Las cifras reflejaban que se habían triplicado el consumo en Euskadi”. Ahora, con un nuevo estudio a nivel mundial sobre la mesa, insiste en su aviso: la intoxicación etílica de menores es más alta en Euskadi que la registrada en el resto de Europa y EEUU, según ha desvelado. “No hemos importado el problema. Es de aquí”, ha recalcado Mintegi, que alertaba del riesgo de normalizar el fenómeno no solo a nivel social sino entre la propia comunidad médica. “Aquí está más agudizado el problema y los profesionales corremos el riesgo de aceptarlo algo normal. Es equiparable a lo que ocurría con el tabaco. Nadie se sorprendía hace años cuando fumaban los médicos y pacientes en los hospitales”, recuerda.
“Hacemos menos de lo que debiéramos hacer”
“Lo que antes era anecdótico, chavales de 12 años en coma etílico, ahora cada vez es más corriente. Hace poco tuvimos una entrada de uno de once años”, ha lamentado. Antes las edades de los chavales afectados comprendían la franja de los 13 a 14 años, según las cifras aportadas por el jefe de Urgencias Pedriáticas de Cruces. Ahora ha bajado a los 12-13. “Se registra un discreto predominio de las chicas y afecta a todos, no hay distinción por clases sociales. Las bebidas que ingieren no son vino ni cerveza, sino de alta graduación alcohólica como vodka, tequila y a veces whisky”, ha detallado.
Al tiempo que reclama ese pacto social y político Mintegi ha reconocido que en las urgencias de Osakidetza “hacemos menos de lo que debiéramos hacer”. Echa en falta una intervención reglada y protocolizada para tratar a los chavales que llegan en esas condiciones a los hospitales. “No se trata solo de actuar sobre la intoxicación y de darles el alta. Se despiertan allí, sobre una camilla, con oxígeno, con una enfermera y el médico al lado y los padres normalmente llorando. En ese momento son receptivos y es una labor pendiente que tenemos que desarrollar. Así podremos ayudarles. Pero esa intervención requiere de tiempo y dinero, claro”, ha indicado. Mintegi considera que además de este tratamiento médico es necesario ofrecer un apoyo a las familias. “En general la reacción de los padres es la misma: predomina el asombro brutal, la pérdida de confianza en los hijos y la desorientación. ¿Cómo rehacen la relación en casa? Este es otro de los aspectos que está sin estructurar”, ha indicado.
Mintegi ha agradecido no obstante la iniciativa del Gobierno de abordar la problemática a través del programa de menores y alcohol aprobado antes del verano.
