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Un gobierno verde y progresista para vivir mejor

Una de las manifestaciones contra la tala de árboles en el barrio madrileño de Arganzuela este verano.
21 de noviembre de 2023 06:01 h

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Las medidas a favor de la normalización política y social que han permitido la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno han acaparado el protagonismo mediático y político. Pero más allá de la necesaria apuesta por la convivencia y pluralidad, tan necesaria como arriesgada, así como de la hiperventilación de las derechas, la importancia del nuevo gobierno radica también en otro aspecto clave: estamos a la puerta del gobierno más verde y progresista hasta la fecha.

Esto no es nada baladí en España. Nuestro país es uno de los estados europeos más amenazados por la crisis climática. Este año nos ha golpeado con especial crudeza en forma de inundaciones torrenciales, olas de calor sucesivas y devastadores incendios. Estos fenómenos, que son la punta del iceberg de la emergencia climática, han causado enormes daños económicos, pérdidas humanas y de calidad de vida. Y han golpeado aún más fuerte a la población vulnerable que reside en viviendas donde uno pasa frío en invierno y calor en verano, que manda a sus hijos a coles convertidos en hornos o que busca sombra y frescura en barrios sin un árbol a la vista. Sin refugios climáticos para todas y todos, no hay igualdad.  

Pero estos fenómenos, cada vez más frecuentes y extremos, amenazan también a sectores estratégicos de nuestro país. Vemos como sufre nuestra agricultura, poniendo en riesgo cultivos tan emblemáticos como la vid o el olivo, y afectando de forma negativa al precio del aceite y por tanto nuestros bolsillos y salud. Vemos la fragilidad del turismo, y de su insostenible modelo de sol y playa, al convertir en sauna o desierto algunos de los destinos más emblemáticos, que sufren, además, falta de agua por la sequía y el sobreconsumo turístico. Sin política climática, no hay economía, ni empleos que valgan a largo plazo. 

Así que por mucho que unos pocos reaccionarios o negacionistas sigan pataleando y que otros se apunten a la nueva moda del retardismo, no hay vuelta atrás. La emergencia climática es una realidad y una prioridad social y económica; así que cuanto antes pongamos en marcha la transición ecológica y justa necesaria para afrontarla con garantías, mayor posibilidad de éxito habrá y menor será la factura para nuestro bienestar, nuestra salud y nuestros empleos.

Por eso es tan importante un Gobierno verde y progresista para España. Y por eso es tan importante el acuerdo programático entre Sumar y el PSOE que prioriza la justicia social y ambiental, los empleos de calidad y la igualdad. Pero, sobre todo, que lo haga con medidas concretas como las que Los Verdes llevamos años impulsando en Europa y reclamando en España: reducir la jornada laboral sin pérdida salarial, recortar las emisiones para cumplir con un 55% de reducción en 2030, sustituir vuelos domésticos con alternativa en tren, apostar por el autoconsumo energético o transformar nuestro modelo turístico. Medidas que suponen un aumento de la ambición climática y una oportunidad para crear bienestar y prosperidad, protegiendo al mismo tiempo la salud física y mental de las personas y el medio ambiente.  

Por supuesto, esto no va a ser un camino de rosas. Habrá intentos por parte de algunos sectores de bloquear los avances, como pasó, por ejemplo, de forma repetitiva cada vez que un gobierno redujo la jornada laboral en la historia reciente. Y habrá que luchar diaria y duramente dentro del gobierno para que los acuerdos alcanzados se cumplan, más allá de meras declaraciones, o para incluir las propuestas que se quedaron fuera o se ven insuficientemente reflejadas en el acuerdo de gobierno.  

Así que, sin ingenuidad pero con determinación, es hora de un gobierno que ponga a la transformación ecosocial en el centro. Que se ocupe de que podamos vivir y trabajar, estudiar y envejecer, en condiciones sociales y climáticas dignas, de fomentar una movilidad sostenible que no dañe nuestra salud y nos permita gozar de las ciudades y el campo, de impulsar el autoconsumo energético para garantizar las necesidades básicas y a precios asequibles, de desarrollar las energías renovables respetando los territorios y beneficiando a las poblaciones locales, de que trabajemos para vivir y no vivamos para trabajar. En definitiva, un Gobierno donde las políticas sociales y climáticas van de la mano porque no son más que dos caras de la misma moneda.

El reto es mayúsculo y vamos con retraso, pero tenemos la oportunidad de ser la avanzadilla europea en derechos sociales, laborales y ambientales y no podemos desaprovecharla. Desde Verdes Equo vamos a trabajar para que cada política pública sea también una política climática y que cada política climática sea también una política social. Para que esta sea la legislatura de los avances verdes y progresistas hacia un futuro esperanzador en España y en Europa.

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