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Pacto de protección ante los asesinatos de mujeres y contra la desigualdad real

Imagen de archivo de una concentración contra la violencia machista.

Miguel Ángel Heredia Díaz

Secretario general del Grupo Socialista en el Congreso —

Está siendo el inicio de año con más víctimas por violencia de género de la última década. Con las muertes ocurridas en los tres últimos días ya son 15 las mujeres fallecidas en España en lo que va de año y se investiga, además, si también la muerte de una mujer de 50 años en Redondela (Pontevedra) en la explosión de su vivienda es un caso de violencia de género. Cada cuatro días, una mujer muere por violencia machista.

No es soportable para una sociedad ni una sola víctima, así que estas cifras además de dolor deben provocar una reacción inmediata de los poderes públicos porque los sistemas de protección están fallando, como primera conclusión a la vista de los casos concretos de los últimos días. Estas disfunciones del sistema de protección deben ser resueltas a la mayor celeridad posible, con un firme compromiso del Gobierno de España, las fuerzas de seguridad y la Justicia. Por ello el grupo del PSOE en el Congreso ha pedido la comparecencia de la vicepresidenta del Gobierno ante la Subcomisión del Pacto con la Violencia de Género. Es la persona responsable de esa coordinación.

Si importante son las medidas correctoras en términos de coordinación policial, judicial y política para acabar con los errores y fallos en la protección a las víctimas, igual lo es que la ciudadanía en general, y las mujeres, perciban que el Gobierno entiende y comparte la gran preocupación social, pero sobre todo, la conmoción y el dolor colectivo que causan estos casos, mujeres asesinadas brutalmente, niños que quedan huérfanos o asesinados para desgarrar las vidas de sus madres, familias desgarradas para toda la vida. Esperemos que el Gobierno atienda una reclamación que une las voces del movimiento feminista, las asociaciones de víctimas y contra la violencia de género y las personas expertas en la materia.

La protección a la víctimas es urgente e inmediata. Cerrar la brecha de desigualdad, acabar con un modelo social y alumbrar una convivencia educadora en los valores de la igualdad son los objetivos a medio y largo plazo. Y contra eso, un análisis de más calado nos permite afirmar que las políticas de recortes y de cambio de las competencias en materia de igualdad han tenido un efecto negativo en la protección de las víctimas y en la lucha contra la desigualdad.

El Gobierno de Rajoy ha recortado un 27% con respecto a los Presupuestos de 2011 en políticas de igualdad y en la lucha contra la violencia de Género. En España ha crecido un 23%, según el Fondo Monetario Internacional (FMI), el número de personas en riesgo de pobreza o de exclusión social, y éstas son fundamentalmente mujeres y jóvenes. Se han perdido más de 250.000 puestos de trabajo femeninos. En el sector público la destrucción de empleo femenino alcanza el 72%. Por primera vez en 40 años está cayendo la población activa femenina. Tras la reforma laboral se han perdido 183.00 empleos, de los cuales, el 60% del empleo asalariado es de mujeres. La pérdida de empleo femenino triplica la pérdida de empleo masculino.

¿Por qué son relevantes estas cifras en materia de violencia? Porque la dependencia económica es un caldo de cultivo de esa violencia y solo la emancipación económica asegura mujeres realmente libres e iguales.

Amelia Valcárcel, filósofa y consejera de Estado, se preguntaba ayer en Twitter: “¿Acaso es la violencia el mayor problema de las mujeres? Radicalmente no. Pero ella asegura el orden que origina casi todos sus problemas”. La violencia tiene una o varias víctimas, un crimen inmediato. Sin embargo, la violencia petrifica un modelo social de desigualdad, el germen de los problemas de la mujer en la sociedad. De ahí que la violencia de género sea un asunto de estado. Así lo consideramos los socialistas, de ahí nuestra presión política en todos los frentes para que sea una realidad ese Pacto de Estado, no solo por el acuerdo político en sí, de unir a todas las fuerzas y asumir la cuestión como prioritaria al máximo nivel, sino principalmente por la aplicación de medidas y, sobre todo, la reversión de otras que han contribuido a una mayor desigualdad.

Las y los socialistas tenemos claro que ese pacto debe avanzar esta legislatura porque no hay más tiempo que perder y la debilidad parlamentaria del Partido Popular debe obligarlo a replantear decisiones que han representado grandes pasos atrás en la igualdad real entre hombres y mujeres.

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